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película de 1968 dirigida por Luis Alcoriza De Wikipedia, la enciclopedia libre
La puerta y la mujer del carnicero es una película mexicana de 1968 del género de suspenso, terror y comedia negra y es, en realidad, una compilación del cortometraje “La puerta” (dirigido por Luis Alcoriza) y el mediometraje “La mujer del carnicero” (dirigido por Ismael Rodríguez y Chano Urueta).
La puerta y la mujer del carnicero | ||
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Ficha técnica | ||
Dirección |
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Producción | Ismael Rodríguez | |
Guion |
Luis Alcoriza y Pedro Miret (primer episodio) Ismael Rodríguez, Pedro de Urdimalas y Mario Hernández (segundo episodio) | |
Música |
Los Inesperados y Los Jokers (primer episodio) Raúl Lavista (segundo episodio) | |
Sonido | Enrique Rodríguez | |
Fotografía |
Gabriel Figueroa (primer episodio) Alex Phillips Jr., Raúl Martínez Solares y Juan Manuel Herrera (segundo episodio, Martínez Solares y Herrera no aparecen en los créditos) | |
Montaje | Jorge Bustos | |
Narrador | Víctor Alcocer (no aparece en los créditos) | |
Protagonistas |
Ana Luisa Peluffo Armando Silvestre Carlos Piñar Luis Lomelí Ignacio López Tarso Katy Jurado Narciso Busquets Manuel López Ochoa Chano Urueta Ahui Camacho | |
Ver todos los créditos (IMDb) | ||
Datos y cifras | ||
País | México | |
Año | 1968 | |
Género |
Suspenso Terror Comedia negra | |
Duración | 85 minutos | |
Idioma(s) | Español | |
Compañías | ||
Productora | Películas Rodríguez, S.A. | |
Ficha en IMDb Ficha en FilmAffinity | ||
Partiendo de las premisas (mencionadas al comienzo del primer episodio y al empezar el segundo episodio) de que el hombre, por instinto, teme a lo inexplicable y, cuando ese temor se hace colectivo, en ocasiones mueve a la risa, ya que el mundo en que vivimos es tan absurdo que, si buscan bien, encontrarán a muchas personas -tal vez ustedes mismos- que tienen también su “monstruo en el clóset" y que cuando hay inquietudes de culpabilidad, ese temor puede convertirse en miedo, llegar al pánico, finalmente al pavor y hasta el horror se nos presentan dos historias ambientadas en el México contemporáneo (es decir, de finales de la década de 1960) y revolucionario, respectivamente.
Elenita y Jorge son un matrimonio de clase media alta quien se mudó a una nueva casa y deciden hacer una fiesta para celebrarlo. La misma transcurre normalmente hasta que el Dr. Gracia -uno de los invitados- descubre por accidente una puerta que da hacia un largo y oscuro pasillo y, en medio de la penumbra, súbitamente se le aparece un extraño hombre alto, corpulento y desnudo quien, sin mediar palabra, camina hacia él.
Aterrado por esta aparición el galeno cierra la puerta pero, al volver a abrirla un rato después, descubre que el mismo sujeto regresa hacia él y vuelve a cerrarla de golpe; sólo que ahora otros invitados también presenciaron este descubrimiento y, poco a poco, todos se percatan de este hallazgo (incluyendo a los anfitriones, quienes tampoco conocían de la existencia de dicha puerta y el pasillo) para, seguidamente, comenzar a hacer todo tipo de elucubraciones y especulaciones sobre qué o quién es ese misterioso sujeto que está detrás de la puerta hasta que Raúl, otro de los invitados de la fiesta, decide abrirla para enfrentarse al enigmático invitado pero tras el miedo colectivo causado al ver que éste se les acerca, tanto Jorge como el Dr. Gracia, el padre de Raúl y otros invitados más deciden clausurar la puerta colocando frente a ella un aparador -y, más tarde, vemos que alguien coloca sigilosamente un crucifijo- para luego ir todos a cenar.
Más tarde, Raúl se percata de que los invitados están un poco aburridos y le propone a su grupo de amigos que jueguen con el extraño invitado al hacer que cada uno de ellos abra y cierre la puerta de golpe. En un principio la familia de Raúl se opone a esta idea por miedo, pero aquel termina por convencerlos y luego vemos que los demás invitados terminan siguiendo su ejemplo en forma entusiasta y divertida, concluyendo así este episodio.
En pleno apogeo de la Revolución Mexicana un tren con un importante cargamento de monedas de oro es asaltado a la altura del poblado de San Gabriel por un grupo de tropas villistas comandadas por el coronel Soberón y éste le pide a Melitón Torres, un humilde carnicero del lugar quien está casado con la bella, sensual, coqueta y ambiciosa Remedios, que le guarde temporalmente el botín proveniente del asalto.
El coronel esconde las monedas de oro dentro de unos cinturones, los cuales son bautizados por los villistas como “víboras” (por el tintineo que hacen al llevarlas uno consigo, similar a una cascabel) y le encarga al teniente Juan Ramírez que vaya a casa de Melitón con dicho cargamento y espere allí hasta que llegue Jones, un traficante de armas estadounidense, para recogerlo y entregarle las armas y municiones a los revolucionarios. Juan llega a casa de Melitón y, al enterarse Remedios de la existencia del botín, ella convence en secreto a su marido de asesinar al visitante para quedarse con el mismo, aprovechando también el hecho de que el recién llegado fue, en el pasado, otro de los tantos amantes de Remedios.
Sin embargo, justo cuando la pareja terminó de enterrar el cadáver del teniente en el chiquero de la casa, llega el cura del pueblo a preguntar por Juan, ya que es su sobrino y lo había visto de lejos poco tiempo antes. Melitón lo niega todo pero, al ver que están allí el caballo y el sombrero del difunto, el sacerdote discute con el dueño de la casa y éste, asustado, lo corre del lugar por lo que, a estas alturas, Remedios decide arriesgarse colocándose los cinturones y huyendo de la casa.
Al día siguiente Melitón va a la iglesia a confesar el homicidio de Juan pero chantajea al cura aduciendo que no puede denunciarlo a las autoridades so pena de romper el secreto de confesión, para luego irse a la cantina. Horas más tarde y ya completamente borracho Melitón llega a la casa y se encuentra con una desconocida botella de licor, se la toma y, de repente, comienza a sufrir unas extrañas alucinaciones en donde tanto los objetos y los cuadros de santos y vírgenes de la casa comienzan a tener vida propia y su asombro termina convirtiéndose en terror al ver frente a frente al cura, el coronel y al mismísimo Juan en la casa por lo que, atormentado, finalmente lo admite todo para luego desmayarse; posteriormente el espectador descubre que lo anterior no fue más que un plan orquestado por Soberón, Pedro -el hermano gemelo de Juan- y el cura (quien colocó en la botella una mezcla de peyote con mezcal) para que el carnicero confesara.
Por otra parte Remedios es descubierta por soldados villistas, pero logra zafarse de sus captores aduciendo que está embarazada y, cuando uno de ellos le comenta el exagerado tamaño de su vientre, les contesta a modo de broma que está cargando víboras pero, un rato más tarde y mientras ella sigue caminando, vemos que extrañamente se le zafa... ¡Una víbora de verdad! finalizando así la película.
La película (compuesta por el cortometraje "La puerta" que dura 26 minutos y el mediometraje "La mujer del carnicero", el cual dura 59 minutos) fue estrenada el 25 de septiembre de 1969 en los ya desaparecidos cines Mariscala y Carrusel de Ciudad de México y se mantuvo en cartelera durante cuatro semanas.
Esta cinta originalmente formaría parte de una muy ambiciosa saga fílmica producida por Ismael Rodríguez titulada “Antología del Miedo”, el cual englobaría un total de 26 producciones cinematográficas en donde participarían tanto el mismo Ismael Rodríguez y Chano Urueta como otros directores y guionistas (entre ellos Roberto Gavaldón, Servando González, Abel Salazar, Julio Bracho, Luis Buñuel, Alejandro Galindo, Emilio el indio Fernández, Juan Ibáñez, Manolo Fábregas, Alberto Isaac, Juan Luis Buñuel, José Luis Ibáñez, Gilberto Gazcón, Manuel González Casado, Mario Hernández, Carlos Velo, Luis Spota y Enrique Rambal). Sin embargo, debido a la vasta envergadura del proyecto así como la falta de financiamiento del mismo y también a que varios de los involucrados adquirieron otros compromisos, este proyecto nunca llegó a realizarse.
El segmento de “La puerta” -el cual es considerado por la crítica como el más interesante y mejor logrado de este díptico- fue escrito por Luis Alcoriza quien, por cierto, en cierta forma retomaría acá el mismo argumento que ya había utilizado exitosamente en la cinta de Buñuel El ángel exterminador (1962), del cual también fue coguionista.
Por otra parte, en toda la película también se observan algunas alusiones tanto directas como indirectas al cine de Luis Buñuel como, por ejemplo:
Katy Jurado, quien interpreta a la pérfida y ligera de cascos Remedios en el episodio de “La mujer del carnicero”, tenía 44 años edad cuando filmó dicha cinta y estaba rolliza, a pesar de que en el guion original su personaje estaba escrito para una mujer un poco más joven y delgada.
Esta película fue la primera que realizaría Luis Alcoriza tras regresar de España en 1967 (y luego de más de 30 años de exilio), ya que viajó a su país natal con la intención de dirigir en colaboración con Ricardo Muñoz Suay una versión fílmica de la pieza teatral de Valle-Inclán “Divinas palabras” y que estaría protagonizada por Silvia Pinal, la cual no llegó a realizarse debido a problemas con los derechos de autor. Sin embargo, 10 años más tarde, el director mexicano Juan Ibáñez logró solventar este inconveniente y filmó su propia versión de esta obra teatral, la cual sería protagonizada por la misma Pinal.
Es de hacer notar que esta película significó una de las primeras apariciones fílmicas del luchador profesional (y también actor ocasional) mexicano Manuel Leal, mejor conocido por su nombre en el ring de Tinieblas, quien interpreta al misterioso hombre que emerge del pasillo secreto en el episodio de “La Puerta”. Como en esa época Leal era un desconocido fisicoculturista y doble cinematográfico, además de que él aún no se había dedicado a la lucha libre como tal (el debut como luchador llegaría en 1971), su nombre no aparece en los créditos.
Se dice que parte de la trama de “La mujer del carnicero” (cuando Melitón termina por asesinar a Juan para quedarse con el botín, así como su posterior confesión luego de las alucinaciones que él tiene al ver al -presunto- fantasma de Juan reclamándole su muerte, al igual que un anillo en forma de ojo que poseía el militar) estaría inspirada en el cuento de Edgar Allan Poe “El corazón delator” (1843), ya que posee un desarrollo bastante similar a éste.
Otra de las cintas de la pretendida saga de Ismael Rodríguez que resultaría inacaba fue el cortometraje El miedo de los niños, dirigida por Julio Bracho y protagonizada por John Carradine junto con el lanzamiento de una actriz infantil llamada Patricia Colín. Dicho cortometraje, según declararía Bracho en una entrevista realizada en aquella época: "constaría de un solo diálogo y el resto de puras imágenes" y este reto "es bastante difícil, pues hay que sostener el interés durante 40 minutos".
Mario Hernández, quien fue uno de los guionistas del segmento de “La mujer del carnicero” también habría debutado como director en la fallida saga de la “Antología del miedo” con la filmación de su argumento Muerte, ¿dónde estás?, en el que actuarían María Félix y Jorge Rivero, además de que se entablaron conversaciones con el actor hollywoodense Sal Mineo para que participara allí. Sin embargo, tras la cancelación del proyecto, la primera película de Hernández terminó siendo la cinta de corte campirano La yegua colorada (1972).
El joven director y guionista mexicano Roberto Javier López Rodríguez declaró en una entrevista que su cortometraje ¡No abras la puerta! (2012) estuvo inspirado en el episodio de “La Puerta”.
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