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videojuego de 1987 De Wikipedia, la enciclopedia libre
La abadía del crimen es un videojuego de 1987 basado en la novela El nombre de la rosa de Umberto Eco. Programado por Paco Menéndez, el juego contó con la participación de Juan Delcán a cargo del diseño cuando este último era estudiante de arquitectura.[3] El título del videojuego es el que usó Umberto Eco provisionalmente para titular su novela.[4]
La abadía del crimen | ||
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Información general | ||
Desarrollador | Opera Soft | |
Distribuidor | Opera Soft | |
Diseñador | Paco Menéndez y Juan Delcán | |
Productor | Opera Soft | |
Datos del juego | ||
Género | Videoaventura | |
Modos de juego | Un jugador | |
Datos del software | ||
Plataformas | Amstrad CPC, Spectrum, MSX, MS-DOS | |
Datos del hardware | ||
Formato | casete y disquete | |
Desarrollo | ||
Lanzamiento |
Amstrad CPC
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A pesar de tener un discreto éxito comercial, el juego terminó convirtiéndose en un clásico de culto de la era de los 8 bits, tratándose por ejemplo de uno de los pocos videojuegos españoles sobre los que se ha publicado un libro comercial: Obsequium, lanzado en 2014 por la editorial Ocho Quilates.[5] Este seguimiento ha llevado al título a ser recreado y actualizado a nivel amateur numerosas veces. Finalmente, en 2016 se publicó La abadía del crimen Extensum; una versión extendida que incluye ciertas mejoras, cambios y rediseños desarrollada por Manuel Pazos (autor junto a Antonio Giner de varias de las recreaciones) y Daniel Celemín a cargo del grafismo.
Entre numerosos homenajes destaca por su importancia histórica la emisión de un sello conmemorativo por parte de Correos España con motivo de su trigésimo aniversario, promovido por la Asociación de Usuarios de Informática Clásica, y cuyo diseño ha corrido a cargo de Juan Delcán.[6]
El juego fue desarrollado inicialmente de forma freelance y publicado por la Academia Míster Chip[7] en noviembre de 1987,[3][8] posteriormente Opera Soft adquirió todos los derechos del videojuego a inicios de 1989.[7] Fue desarrollado para diversas plataformas de la época: MSX, Spectrum, Amstrad CPC y PC.
Para Amstrad se realizaron dos versiones diferentes, una en disquete para el CPC 6128, que es de hecho la primera versión de todas las plataformas, a partir de la cual se realizaron las distintas versiones, y otra para el CPC 664 (en disquete) y el CPC 464 (en casete), similar a la versión 6128, pero con una gran parte del mapa eliminado (sobre todo pasillos sin influencia en la trama) y menos detalles gráficos (sin cruces en los ventanales de la abadía), para adaptar el juego del CPC 6128, con 128 kB de memoria RAM, a los modelos inferiores con 64 kB.
En la versión de CPC, el videojuego lleva incorporado internamente un depurador que debió utilizar el autor para poder probar el juego en el momento de su desarrollo y que no fue eliminado en la versión comercial aunque no se puede acceder a él directamente.
La versión de Spectrum solo fue programada para el Spectrum 128, siendo considerado uno de los diez mejores juegos para dicha plataforma por la revista británica Retro Gamer.[9]
El juego incluía la música del álbum Anna Magdalena y la Sonata para flauta BWV 1033 de Bach así como Crystal Palace de Gwendal. La versión de PC también incluía una pequeña versión del Ave María de Schubert que sonaba durante las misas.
Existía un huevo de Pascua en la versión de PC consistente en un ingenioso sistema antipiratería. Si se hacía una mala copia del juego, en vez de cantar el Ave María en misa, sonaba una voz que decía «¡pirata! ¡pirata! ¡pirata!», lo que causaba que poco después la computadora se reiniciara sola.[10]
La abadía del crimen es una videoaventura, donde un fraile franciscano, Guillermo de Occam (Guillermo de Baskerville en el libro) y el joven novicio Adso tienen que descubrir al autor de una serie de asesinatos que suceden en una abadía situada en la península itálica durante el siglo XIV.
Famoso por su complejidad y dificultad, el juego se desarrolla en siete días en los que es necesario realizar las labores de un monje de aquella época,[11] mientras en los ratos libres se debe realizar la investigación por la laberíntica abadía.[12] Guillermo debe cumplir en todo momento las órdenes del abad, particularmente asistir a misa y al comedor cuando suena la campana, así como seguirle cuando se lo pida. Otra de las órdenes más tajantes es no salir de su celda por la noche, sin embargo esto es necesario para avanzar en la investigación y Guillermo tendrá que burlar la vigilancia del abad y evitar ser descubierto.
Las desobediencias leves harán bajar una barra llamada obsequium («obediencia», «disciplina» o «lealtad», en latín). Gastar esta barra o realizar una desobediencia grave (faltar a misa o la comida, o ser pillado de noche por el abad) supondrán la expulsión de la abadía, y con ello el final de la partida.
Antes de comenzar el juego se muestra un pergamino acompañado de una melodía donde se va escribiendo el siguiente texto introductorio (el cual es una versión modificada del texto original de la novela El nombre de la rosa):
Ya al final de mi vida de pecador, mientras espero el momento de perderme en el abismo sin fondo de la divinidad desierta y silenciosa; en esta celda de mi querido monasterio de Melk, donde aún me retiene mi cuerpo pesado y enfermo, me dispongo a dejar constancia en este pergamino de los hechos asombrosos y terribles que me fue dado presenciar en mi juventud... El Señor me concede la gracia de dar fiel testimonio de los acontecimientos que se produjeron en la abadía cuyo nombre incluso conviene ahora cubrir con un piadoso manto de silencio; hacia finales de 1327, cuando mi padre decidió que acompañara a fray Guillermo de Occam, sabio franciscano que estaba a punto de iniciar una misión en el desempeño de la cual tocaría muchas ciudades famosas y abadías antiquísimas. Así fue como me convertí al mismo tiempo en su amanuense y discípulo; y no tuve que arrepentirme, porque con él fui testigo de acontecimientos dignos de ser registrados, para memoria de los que vengan después... Así, mientras con los días iba conociendo mejor a mi maestro, llegamos a las faldas del monte donde se levantaba la abadía. Y ya es hora de que, como nosotros entonces, a ella se acerque mi relato, y ojalá mi mano no tiemble cuando me dispongo a narrar lo que sucedió después...
Independientemente de la plataforma en que se centre el estudio, tanto las versiones de 8 bits como la de 16 bits para PC, así como las versiones posteriores, son fieles a la misma trama compleja, simplemente se portó el código de un ordenador a otro. Los días en el juego están divididos cada uno en varias partes según las horas canónicas, resumiendo la organización real para un monje del claustro (ver organización real Archivado el 5 de noviembre de 2011 en Wayback Machine.): noche, prima, tercia, sexta, nona, vísperas y completas.
Una vez resuelta la trama se muestra un pergamino como el inicial con el siguiente contenido:
Desfigurado por la angustia, por el acoso del veneno que ya serpenteaba abundante por sus venas, el otrora venerable rostro del anciano se veía repulsivo y grotesco. Habríamos podido atraparlo con calma, pero nos precipitamos con vehemencia sobre él. Logró zafarse y apretó el libro contra su pecho para defenderlo. Yo lo tenía cogido con la mano izquierda, mientras con la derecha trataba de mantener en alto la lámpara. Pero rocé su rostro con la llama y emitió un sonido ahogado, casi un rugido, dejando caer trozos de folio por la boca. Su mano derecha soltó el libro, buscó la lámpara y, de un golpe, me la arrancó lanzándola hacia adelante... Se derramó el aceite y en seguida el fuego prendió en el pergamino que ardió como un haz de hornija reseca. Todo sucedió en pocos instantes; una llamarada se elevó desde los libros, como si aquellas páginas milenarias llevaran siglos esperando quemarse y gozaran al satisfacer de pronto una sed inmemorial de ecpirosis. La abadía ardió durante tres días y tres noches y de nada valieron los últimos esfuerzos. Al tercer día, curados los heridos, enterrados los cadáveres que habían quedado fuera de los edificios, los monjes y el resto de los pobladores de la abadía recogieron sus pertenencias y abandonaron la meseta, que aún humeaba, como un lugar maldito. Guillermo y yo nos alejamos de aquel paraje en dos cabalgaduras que encontramos por el bosque. Cuando llegamos a Múnich tuve que separarme, no sin derramar abundantes lágrimas, de mi buen maestro. Después de darme muchos buenos consejos para mis futuros estudios, me estrechó entre sus brazos, con la ternura de un padre, y me dijo adiós. Jamás volví a verlo. Ahora, ya en el umbral de la muerte, cuanto más releo la historia que de ello ha resultado, menos sé si ésta contiene o no una trama distinguible de la mera sucesión natural de los acontecimientos y de los momentos que los relacionan entre sí. Y es duro para este viejo monje no saber si la letra que ha escrito contiene o no algún sentido oculto, ni si contiene más de uno, o muchos, o ninguno. Pero quizás esta incapacidad sea producto de la sombra que la gran tiniebla que se aproxima proyecta sobre este mundo ya viejo. Hace frío en el scriptorium, me duele el pulgar. Dejo este texto, no se para quién, este texto, que ya no sé de qué habla.
La planta principal está formada por una matriz de 16x10 pantallas. Cada casilla contiene el número de la pantalla que le corresponde, y que se mostrará al entrar en ella. En el mapa se puede ver en blanco las casillas que hacen referencia a pantallas definidas (que existen), en azul las que no hacen referencia a ninguna, y en rojo las que apuntan a pantallas en las que no podemos entrar.
En el caso de las dos del pórtico, apuntan a pantallas que no existen, no están definidas. Parece que en un principio el pórtico iba a ser más grande, pero que, por falta de memoria, se decidió reducirlo un poco.
La casilla que está a la derecha de la celda del herbolario apunta a la pantalla de la celda de Guillermo (arriba a la derecha). Esto significa que iba a haber una pantalla en ese lugar, es posible originalmente ahí iba a estar la celda de Guillermo, o simplemente otra pantalla cualquiera.
Hay dudas más que razonables, para sospechar que el mapa era distinto en un principio, y que debido a problemas de espacio se decidió cambiarlo. Además, contiene algunos gráficos que no son usados en ninguna parte y pantallas inaccesibles
Los personajes del videojuego son:
El videojuego original se programó enteramente en perspectiva isométrica menos la portada y la parte introductoria del pergamino con el texto de Adso.[13]
Los fondos del juego eran dibujados en dos pasadas, lo que hacía que en algunos sitios se vieran pequeños defectos gráficos que desaparecen al aumentar el número de pasadas. Se supone que por temas de memoria (o quizás velocidad) no se pudieron hacer más pasadas.
Por defecto, la cámara sigue siempre a Guillermo, pero, en ocasiones, cuando se queda quieto un rato, sigue a otros monjes.
El porcentaje de resolución del videojuego que se muestra al final se calcula según la fórmula siguiente:
Porcentaje final = (día - 1) * 7 + hora + (4 * bonos conseguidos)
Donde los bonos conseguidos son:
Y la hora: Noche = 0, ..., Completas = 6.
Si la partida termina en la Nona del primer día, el porcentaje es 0%.
Tanto en la iglesia, como en el comedor, hay un sitio que debemos ocupar para que el abad no nos sancione. Hay otros sitios alternativos en los que el abad nos dará el visto bueno, y eso que no están ni siquiera en la pantalla del comedor/iglesia.
El 8 de mayo de 2017 Correos emitió un mini pliego de seis sellos, de 0,60 euros cada uno, en conmemoración del 30 aniversario del videojuego.[16]
El 17 de noviembre de 2017 se inauguró en el Museo Histórico de Informática de la Universidad Politécnica de Madrid una exposición titulada «La abadía del Crimen: el Lado Humano del Videojuego», para conmemorar el 30 aniversario del juego. En el acto de inauguración, se incluyó una presentación del sello con un matasellado especial para la ocasión. La exposición, de carácter permanente, está abierta al público.[17]
Se han realizado diversas reconstrucciones y remakes de La abadía del crimen:
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