zona de tierras cuya superficie se inunda de manera permanente o intermitente. De Wikipedia, la enciclopedia libre
Un humedal es una zona de tierra, generalmente plana, cuya superficie se inunda de manera permanente o intermitente.[2] Al cubrirse regularmente de agua, el suelo se satura, quedando desprovisto de oxígeno y da lugar a un ecosistemahíbrido entre los puramente acuáticos y los terrestres.
Considerando que el concepto fundamental de un humedal, chucua,[3] o zona húmeda no es el agua como tal sino la "humedad", se puede hablar de "ecosistemas húmedos" interdependientes de las aguas, ya sean superficiales o subterráneas.
Además de ser ambientes y ecosistemas muy importantes en la actualidad, los humedales fueron también muy comunes a lo largo de la historia de la Tierra, pues muchas rocas sedimentarias han sido interpretadas como formadas en antiguos humedales, tanto de agua dulce[5] como costeros.[6]
Desde el año 1700, la humanidad ha destruido el 87% de los humedales del planeta.[7] Desde el año 1900, la humanidad ha destruido el 64% de los humedales.[7]
"Un humedal es una zona de la superficie terrestre que está temporal o permanentemente inundada, regulada por factores climáticos y en constante interrelación con los seres vivos que la habitan."[8]
Según el artículo 1 del párrafo 1, se consideran humedales,
“Las extensiones de marismas, pantanos y turberas, o superficies cubiertas de aguas, sean éstas de régimen natural o artificial, permanentes o temporales, estancadas o corrientes, dulces, salobres o saladas, incluidas las extensiones de agua marina cuya profundidad en marea baja no exceda de seis metros”.[8]
Asimismo, contenido en el artículo 2 del párrafo 1, se estipula que,
“Podrán comprender sus zonas ribereñas o costeras adyacentes, así como las islas o extensiones de agua marina de una profundidad superior a los seis metros en marea baja, cuando se encuentren dentro del humedal”.
El carácter distintivo de los humedales está en la escasa profundidad del nivel freático, con la consecuente alteración del régimen del suelo. La vegetación específicamente adaptada a estas condiciones se denomina hidrófita, cuando se ubica sobre zonas inundadas de agua; y freatofita cuando estas zonas se ubican sobre zonas de agua oculta (criptohumedales); en estos casos se reemplaza a las especies terrestres normales.
Las peculiaridades del entorno hacen que la fauna presente sea por lo general endémica y netamente diferenciada de las zonas adyacentes; grandes familias de aves y entornos de este tipo.
La función principal del humedal, aparte de ser un gran ecosistema y un importante hábitat para muchos seres vivos, es que actúan como filtradores naturales de agua, esto se debe a que sus plantas hidrófitas, gracias a sus tejidos, almacenan y liberan agua, y de esta forma comienzan con el proceso de filtración. Antiguamente los humedales eran drenados por ser considerados una simple inundación de los terrenos, pero hoy en día se sabe que los humedales representan un gran ecosistema y se los valora más.[9]
Los humedales son diversos según diferencias existentes a nivel regional o local, en la topografía, hidrología, vegetación y otros factores como la actividad humana..
Hidrología
La hidrología de una zona húmeda está asociada con la dispersión temporal y espacial, flujo, y atributos fisicoquímicos de su agua superficial y subterránea. Basados en la hidrología, las zonas húmedas se pueden categorizar como Zona ribera (asociada a ríos), lacustre (asociada a lagos y reservas), y palustre (aisladas, sin corriente de agua).
La salinidad juega un papel clave en la química del agua de las zonas húmedas, especialmente aquellas situadas en la costa, y en regiones con grandes déficits de precipitación.[11] En las zonas húmedas de no ribera, la salinidad natural se regula por las interacciones entre las aguas superficiales y subterráneas, que pueden estar influenciadas por la actividad humana.[12]
Suelo
La mayoría de nutrientes, tales como azufre, fósforo, carbono y nitrógeno se encuentran en el suelo de las zonas húmedas. Según si se produce una respiración aeróbica o anaeróbica en el suelo influirá en los ciclos de carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno del suelo,[13] y la solubilidad del fósforo,[14] contribuyendo a cambios químicos en el agua.
Biodiversidad
Las zonas húmedas cubren una parte relativamente pequeña de la superficie de la Tierra. Aun así, son unos ecosistemas ricos en biodiversidad. Las zonas húmedas costeras como los manglares, los arrecifes de coral, estuarios y praderas marinas tienen las comunidades más productivas y biológicamente diversas del mundo.[15] Sin embargo, el papel de las zonas húmedas como reservas de biodiversidad está amenazado, ya que son un ecosistema que se está perdiendo y degradando a un ritmo más rápido que cualquier otro[16] (desde 1900, se han perdido más del 64% de zonas húmedas de todo el mundo).[17]
Algunas especies de fauna y flora son completamente dependientes de las zonas húmedas,[15] como es el caso del fartet, un pez de agua dulce que sólo vive en zonas húmedas litorales de la costa mediterránea ibérica y está amenazado de extinción.
Flora
La vegetación que podemos encontrar en una zona húmeda son las plantas acuáticas o hidrófitas, que son aquellas adaptadas a los ambientes acuáticos. Se pueden diferenciar 4 categorías: las emergentes están arraigadas en el suelo inundado pero la mayor parte está fuera del agua (boga, phragmites); las plantas con hojas flotantes son las que tienen las raíces fijadas al suelo sumergido, pero las hojas flotante (Nimfea); las sumergidas están completamente sumergidas y son las más adaptadas a los ambientes acuáticos (miriofile); las flotantes flotan completamente con las raíces libres en el agua, pueden presentar una morfología muy reducida y como no tienen raíces fijadas al sustrato, han de absorber los nutrientes directamente del agua (salvinaceas, lechuga de agua).[18]
Fauna
Mamíferos: sólo unos 100 mamíferos son estrictamente dependientes de zonas húmedas[11],[19] incluyendo algunos de los mamíferos más pequeños del mundo como algunas especies de musarañas, algunos de los más grandes del mundo como los hipopótamos, o de otros también conocidos como las nutrias, los castores, los visones o la rata almizclera.[20]
Anfibios: se han descrito más de 5000 especies en todo el mundo, todas ellas dependen de zonas húmedas de agua dulce (a excepción de algunas especies que pueden tolerar agua salobre) en algún momento de su ciclo biológico.[19] La mayoría de anfibios adultos se alimentan de invertebrados, por lo que son un enlace importante en la red trófica entre insectos y otros vertebrados.[22] Son animales muy sensibles a cambios en la calidad de los hábitats terrestres y acuáticos que habitan, ya que tienen una piel semi-permeable y presentan etapas del ciclo biológico diferentes. Debido a esta alta sensibilidad, los anfibios son utilizados como bioindicadores para saber la calidad ambiental de un hábitat.[23][24]
A pesar de su importancia, las tierras húmedas en todo el mundo se encuentran amenazadas. Estos peligros provienen de la conversión intensiva a la agricultura o acuicultura, desarrollo industrial, cambios hidrológicos artificiales o degradación por medio de la explotación excesiva. Siendo este uno de los temas más importantes de cara a su futura conservación.[25]
Se pueden establecer varios criterios para clasificar los humedales, en función de los objetivos que se persiguen o de los estudios en los que se basen: criterio morfológico (general, principalmente para divulgación), hidrogenético (según el origen y usos del agua, para demandas de agua), funcional (ecológico, según sus hábitats, para conservación medioambiental); o los criterios estructurales (desde el punto de vista de gestión), etc.
En 1989 fueron clasificados más de treinta humedales naturales y nueve artificiales. A pesar de ello es posible identificar cinco grandes tipos morfológicos de sistemas de humedales:[26]
Marinos, son aquellos que no son afectados por caudales fluviales. Ejemplo de ellos son los arrecifes de coral y litorales.
Ribereños, son aquellas tierras inundables frecuentemente por el desbordamiento de los ríos. Ejemplo de ellos son los bosques anegados, lagos de meandro y llanuras.
Estuarios, son aquellos donde los ríos desembocan en el mar y el agua de estos alcanza una salinidad media entre el agua dulce y salada. Ejemplo de estos son los deltas, marismas y bancos fangosos.
Lacustres, son aquellas zonas cubiertas de agua permanentemente con baja circulación. Ejemplo de ellos son los lagos glaciales de volcanes y lagunas en general. Existen las lagunas costeras, como el claro ejemplo del Mar Menor, que son ecosistemas muy singulares y que precisan de la máxima protección.
Palustres, son aquellos ecosistemas que contienen agua casi permanentemente como las marismas, pantanos y ciénagas.
Desde el punto de vista estructural, se puede diferenciar los tipos de humedales basados, por una parte, en el criterio hidrológico de la estructura externa o de superficie; y por otra parte, en el criterio hidrogeológico que comprende la estructura interna o de conexión subterránea. Al conjunto de estos dos aspectos, también puede entenderse como criterio "hidrológico-estructural".[27] Son:
Epigénicos: desvinculada su estructura de flujos subterráneos localizados próximos.
Freatogénicos: vinculada su estructura a flujos subterráneos localizados próximos.
Y dentro de los humedales freatogénicos, según sus ámbitos hidrogeológicos de flujo, que es por lo que se consideran "ecosistemas húmedos" interdependientes de las aguas subterráneas (es decir pueden ser generados por estas y a su vez aquellos pueden también generarlas, en función del gradiente hidrogeológico, en el espacio y tiempo), se pueden subdividir en otros 3 grupos:
Humedales de recarga (en los umbrales piezométricos localizados de recarga): Navas, charcas de infiltración, tramos de recarga fluviales, etc..
Humedales de tránsito (en las zonas de circulación de flujo subparalelo al terreno o tendencia plana): Criptohumedales continentales, criptohumedales litorales, lagunas de lámina aflorante, etc..
Humedales de descarga (en las zonas de convergencia de flujo hidrogeológico): Encharcados manantiales, descargas de fondo, áreas de rezume, etc..
Por lo que, combinando entre sí ambos conjuntos de nomenclaturas, para sendos criterios externos e internos, resultarían 7 tipos hidrológico-estructurales:
Si bien la conservación de los humedales estuvo favorecida hasta épocas recientes por la dificultad para habitarlos, los proyectos de terraformación recientes constituyen un grave riesgo para las especies endémicas. La biodiversidad de los humedales los convierte en un recurso ecológico crucial. En el año 1971 la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN por sus siglas en inglés) formuló un listado de humedales.
La tasa de pérdida de humedales de al menos un 70% de los humedales del mundo por cada 100 años ha disminuido en Europa y se ha mantenido baja en Norteamérica. Sin embargo, en Asia se ha mantenido la tasa, donde el cambio de uso de suelo a gran escala ha continuado destruyendo los humedales. No hay evidencia concluyente sobre si la inversión pública de diferentes Estados partícipes de la convención de Ramsar ha podido paliar las tasas de cambio de uso del suelo que amenazan a los humedales del mundo. Existe una necesidad de mejorar el conocimiento del cambio de uso de suelos a nivel mundial, particularmente en África, Oceanía y las zonas tropicales de América.[28][7][29]
La mitad de los ríos, humedales y acuíferos españoles están en mal estado.[30]
En América Latina
Proyectos de conservación en el Pantanal de Brasil, el pantano de agua dulce más grande del mundo, por intermedio del Programa de Desarrollo del Noroeste y el Proyecto Nacional del Medio Ambiente de ese país.
Proyectos de Prevención, Mantenimiento y Conservación de los humedales a nivel nacional, Colombia.
SOS HUMEDALES - Proyecto de conservación sostenible de humedales, Villa La Angostura (NQN), Argentina.
En Chile
En la ciudad de Llanquihue, se están llevando a cabo proyectos de conservación y restauración de humedales urbanos por parte de la Fundación Legado Chile,[31] financiado en parte por la plataforma de conservación Pic Parks.[32]
En Argentina
En la Provincia de Santa Fe, en pleno litoral y con el río Paraná como protagonista se encuentran numerosos ecosistemas[33] de gran biodiversidad desarrollados en zonas que se inundan periódicamente, estos humedales cumplen un rol importante como la reserva de agua dulce. Están en un rango internacional como humedal,[34] el sitio Ramsar Delta del Paraná.[35]
Del Banco Mundial
El documento de política más importante es la Directiva Operacional 4.00, Anexo D: "Wildlands: Their Protection and Management", que considera a los humedales como tierras silvestres de particular importancia.
Los procedimientos del Banco Mundial, son apoyados por tales políticas internacionales como la Convención RAMSAR, que alienta a sus países miembros a señalar importantes humedales dentro de sus fronteras para una lista de áreas apreciadas por sus características biológicas y otras de interés científica. (Actualmente (año 2006) existen más de 395 sitios para tierras húmedas, señalados en 46 países). Sin embargo, es de importancia crítica recordar que casi todas los humedales desempeñan funciones importantes. Los sitios grandes o “en listados” no son los únicos a ser considerados en la preparación de los proyectos.
Vepraskas, Michael J.; Richardson, J. L.; Vepraskas, M. J.; Craft, Christopher B. (15 de septiembre de 2000). «Hydrology of Wetland and Related Soils». Wetland Soils: Genesis, Hydrology, Landscapes, and Classification(en inglés). CRC Press. pp.35-84. ISBN978-1-4200-2623-8. Consultado el 24 de septiembre de 2020.
«Les mammifères des zones humides». Zones humides infos (Société nationale de protection de la nature) (N° 64-65). 2009. Consultado el 24 de septiembre de 2020.
Banco Mundial. 1986. "Wildlands: Their Protection and Management in Economic Development". Nota Política Operacional, 11.02. Banco Mundial, Washington, D. C.
Crisp, P. 1986. Coastal Wetlands. Wellington, Nueva Zelandia: Nature Conservation.
Dugan, P.J., ed. 1990. Wetland Conservation, A Review of Current Issues and Required Action. Gland, Suiza: IUCN.
Drijver, C.A., y M. Marchand. 1985. Taming the Floods: Environmental Asoects of Floodplain Development in Africa, Leiden, Países Bajos: Centro de Estudios ambientales.
Ledec, G., y R. Goodland. 1988. Wildlands: Their Protection and Management in Economic Development. Washington, D.C.: Banco Mundial.
Lugo, A.E., y otros. 1989. Forested Wetlands Nueva York: Elsevier Scientific Publications.
Scodari, P.F. 1990. Wetlands Protection: The Role of Economics.Washington, D.C.: Environmental Law Institute.
Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Wetland Conservation and Sustainable Development Gland, Suiza.