Hórreo asturiano

El hórreo asturiano (en asturiano horru, hórrio u horro) es un hórreo, construcción tradicional rural, característico de Asturias (España). Originalmente fueron diseñados como almacenes de grano, carne o productos agrícolas, aunque su empleo se extendió a otros usos.^[1] El hórreo en Asturias no solo desempeña una función práctica, sino que también representa un símbolo cultural profundamente arraigado en la identidad local. Su diseño refleja siglos de adaptación al clima y a las necesidades de las comunidades rurales, convirtiéndolo en un elemento destacado del paisaje, pieza clave del patrimonio arquitectónico y cultural de la región.^[2]

Hórreo en la plaza del Carbayedo de Avilés.

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Características del hórreo asturiano

El hórreo asturiano "tipo" se encuentra perfectamente definido, con tres características invariables: La planta cuadrada, las paredes formadas por tablas dispuestas verticalmente y engarzadas en dos cuadros de cuatro vigas, uno en su parte inferior y otro superior y la disposición de la techumbre, a cuatro aguas y rematada en un solo vértice. La construcción descansa generalmente sobre cuatro pegollos,^[3] en número variable.^[4][5] El conjunto de los rasgos particulares, como son la existencia o carencia de corredor, la escala de sus elementos, los materiales empleados o su decoración, informan no sólo del poder económico del usuario o de la productividad de las tierras, sino también del espacio en el que el hórreo está ubicado, de su cronología y muchas veces de su constructor.^[1]

En el siglo XVIII Gaspar Melchor de Jovellanos realiza los primeros trabajos de descripción y análisis de hórreos de la Península Ibérica, reduciendo el análisis al hórreo asturiano, que recoge en sus Diarios y en otros escritos. Su información la repetirán todos los estudiosos posteriores y pese al tiempo transcurrido aún resulta válida.ref name=Catuxo/> En 1917 el etnólogo polaco Eugeniusz Frankowski estudia el resto de los hórreos españoles.^[6]

«...y pues no hay otra cosa que hacer, voy a ver una nueva panera u horrio, recién construido, con el carpintero, que me dará razón de las partes. Los pies sobre que se sostiene este edificio, que son de piedra de grano, se llaman pegollos, y las piedras llanas y cuadradas que están encima sobre las cuales apoyan las maderas, muelas, porque siendo muchas veces redondas, este es su verdadero nombre. Las vigas fundamentales se llaman trabes, las tablas colocadas perpendicularmente sobre ellas y unidas en forma de pared o tabi-que, colondras. las otras vigas transversales que están sobre ellas, liños; los cuartones, transversales también, que están sobre ellas, tocas, porque cubren. Las vigas curvas sobre que apoya la cubrición, vigas paneras, porque se forman en peculiar para estas obras; las que unen con ellas el encuentro, gatos porque traban y agarran unas partes con otras: Los maderos que van desde los cuatro ángulos al centro de cubrición, aguilones, por igual razón de analogía, y por la misma, llaman filera a la vigueta que corre por medio de toda la cubrición, y en que terminan los aguilones y las tijeras, que son unas tornapuntas que bajan desde el ápice a los costados o tocas. Las viguetas que corren por bajo en los cabrios llaman tercias y cabrios a las tablas de la cubrición que desde el ápice bajan por todas partes a los extremos, saliendo fuera a formar las alas, que es la parte inferior del tejado, que se arrojan para evacuar las aguas. Los cabrios, apoyan sobre otros pontones o viguetas que los reciben donde caen las tejas, y llaman por lo mismo agujeros o aguaderas. Vigazón es la viga inferior que corre de trabe a trabe para sostener los puentes, que son las tablas del suelo o piso, y cadenas las viguetas que sirven al mismo fin en sentido contrario. Tenovia (a cuyo nombre es difícil hallar raíz), es el tablón que sirve de subidera desde la escalera al horrio.»^[1]

Tradicionalmente, el hórreo servía también como taller artesanal, almacén de aperos, ropa, menaje del hogar, curado de embutidos, carnes o quesos (pudiendo incluso encenderse un fuego en su interior para ahumarlos, que es el método de curado tradicional en Asturias), colmenar o palomar e incluso espacio habitable, especialmente por los hijos mayores de la familia o empleado en partos. El espacio de debajo también sería aprovechado como cuadra, para carros o garajes u otras actividades. La relación del hórreo con la casa es directa, considerándose como una dependencia más de la vivienda de servicio constante y casi imprescindible en el hábitat rural asturiano.^[5]

Sobre su uso, Jovellanos^[5] dice:

"Sirve para ropero de los «vestidos de fiesta» y aún dormitorio «no bien se aumenta la familia, cuando el matrimonio principal se traslada al hórreo (...) Por el exterior el hórreo suele albergar buenos palomares y colmenas, y bajo él se guardan la leña, el carro y otros muchos aperos del campo."

Estos hórreos, al margen de las modificaciones que los propietarios hayan podido hacer en los varios siglos que tienen algunas de estas construcciones, no tienen clavos o fijaciones permanentes, de forma que podrían desmontarse y transportarse en caso de que la familia propietaria tuviera que reubicarse.^[5]

Carte Ethnographique de L'Europe.

El Hórreo de tipo Asturiano puede encontrarse en las regiones que se engloban bajo la demarcación histórica de Las Asturias. Los límites administrativos actuales sirven de poco a la hora de abordar aspectos de la cultura popular que a veces tienen mucho que ver con otros límites culturales de pueblos antiguos.^[6] Puede encontrarse en el Actual territorio del Principado de Asturias (Las Asturias de Oviedo), el occidente de Cantabria (las Asturias de Santiyana) así como en la actual Galicia, hasta la montaña oriental lucense. Prevalece en los concejos gallegos de A Pontenova, Ribeira de Piquín, Negueira de Muñiz, Fonsagrada, Navia de Suarna, Cervantes y Becerreé. En comarcas del Norte de León (Babia, LLaciana, Oumaña, La Balouta, Villablino, Oseja de Sajambre o Soto de Valdeón, entre otros).^[1]

Historia del hórreo asturiano

Se considera que los hórreos "tipo" más antiguos aún en pie son los de Batón, parroquia de El Bustíu (1505), el de Piedrafita, parroquia de San Martín de Vallés (1507) y el hórreo de Anxel, en Lloses. La escasa presencia de construcciones de esa época sugiere que fueron sustituidos durante los siglos XVIII y XIX, a causa del desarrollo demográfico y agrícola.^[1]

Edad Antigua

El hórreo atlántico, familia constructiva al que pertenece el hórreo asturiano, tiene presencia desde comienzos de la Edad del Hierro, ya en la Meseta, probablemente como una solución sencilla al progresivo enfriamiento climático del periodo.^{[cita requerida]} El Noroeste peninsular va adquiriendo un clima más similar al actual, lo que podría haber supuesto la inundación y destrucción de los almacenes en forma de silos a nivel de suelo. No obstante, es durante la Segunda Edad del Hierro que los hórreos en altura se generalizan, especialmente en la Asturia (Cismontana y Trasmontana),^[7] su soporte, a juzgar por las pruebas arqueológicas, aún no sería mediante pegollos, sino mediante muros rectangulares (en la zona central y oriental) o circulares (en el extremo más occidental). Estos primeros hórreos ya orientaban sus accesos hacia calles principales o plazas donde convergerían con los accesos a múltiples casas, tal y como ocurre en la tradicional quintana asturiana.^[7]

Canasto.

Estos "almacenes en altura" evolucionaron en su técnica constructiva durante la época romana, en la que la piedra se sustituyó por madera, los muros por pegollos y la estructura adquirió su carácter de edificación más "móvil y liviana".^[7] Los primeros hórreos en Asturias elevados sobre pilares fueron de tipo "canasto", con referencias en los concejos bañados por el Narcea. Estaban formados por una estructura circular de varas vegetales trenzadas sobre una plataforma elevada del nivel del suelo sobre pilares con cubiertas de material vegetal sujetadas con una estructura de madera, aún observable en Teitos y algunos Hórreos "tipo" de Asturias. Sin embargo, no son exclusivas de la Europa atlántica, sino que pueden encontrarse en muchos lugares del mundo con la misma estructura.^[1]

En Ibias, a las tablas (colondras) del Hórreo se las denomina "sebe". La voz "sebe" en asturiano significa "cercado entretejido por ramaje, seto vivo o arbustos", lo que indudablemente apunta a un pasado, no muy lejano, en el que las paredes de la cámara del hórreo asturiano habían estado aún dispuestas de esa manera "en cesta".^[1]

Hórreo Asturiano de paredes de Sebe.

El etnólogo Frizt Krüger afirmaba: En la palabra sebe supervive el recuerdo de la construcción entretejida, y puesto que nada ha cambiado en la forma ni el material de la cubierta (en ambos casos con techo de paja cónico y puntiagudo), se puede presuponer que la forma originaria de tos graneros cuadrados más modernos es, sin duda alguna, el granero-cesto circular^[1] En esa época, el material almacenado sería cereal como la escanda o productos como las bellotas, pues sabemos gracias a obras como la Geografía de Estrabón (geógrafo griego del siglo I a.C.) o Historia Natural de Plinio el Viejoque estos productos eran consumidos durante todo el año por los pueblos astures.

Concretamente se sabe que la escanda de la Asturia gozó de gran popularidad durante entre los productos que los romanos extraían (junto con el oro o los caballos asturcones), y que estos pueblos almacenaban bellotas que secaban, después molían y guardaban la harina para consumir durante el año una especie de pan.^[7] Las referencias documentales lo sitúan aún a finales del siglo XVII en los concejos como Cangas de Narcea, Teverga o Ibias, y su descripción más significativa es la suministrada por P. Luis Alfonso de Carvallo en sus Antigüedades y Cosas Memorables del Principado de Asturias:

"Usase aún en Asturias esta manera de texido, pues vemos algunos graneros, que llaman orrios, hechos de barretones texidos con varas, tan firmes y seguras, que aunque, estan encima de quatro palos, expuestos a los ayres, y tempestades, y cargados de pan, y, otras cosas, lo sufren todo sin hazer vicio...".^[8]

No obstante, estos hórreos de canasto no habrían sido el antecedente inmediato al hórreo asturiano "tipo". Hay estudios que señalan al hórreo «Beyusco» como precedente inmediato.^[9]

La propia Real Academia de la Historia los define como una «variante arcaizante» del hórreo asturiano "tipo". Según los etnólogos, «se considera que estos hórreos beyuscos son testimonio de la tipología dominante de graneros existentes en Asturias antes de la generalización del hórreo "tipo" asturiano de esquineros (engüelgos),^[10] con cubierta a cuatro aguas y cámara con tablas (cureñas)^[11] verticales».^[9]

Edad Media

Hórreos en manuscrito medieval, muy similares a los Beyuscos.

En un momento indeterminado de la Edad Media, entre los siglos XI yXIII ya habrían aparecido los primeros modelos como los conocemos hoy, probablemente de estilo «Beyusco».^[1]

Las referencias más antiguas al hórreo en la documentación escrita asturiana datan al menos del siglo IX: Trubia en 863; Elaba, en el río Narcea en 889; Noantica, en el valle de Caso en 895, etc.^[5] Sin embargo, estas menciones iniciales son demasiado genéricas y carecen de valor descriptivo. En los registros de compraventas, donaciones y otros negocios, los hórreos aparecen mencionados junto a casas, lagares (torcularia), prados y pastos, en enumeraciones monótonas y formularias.^[1]

A partir del siglo XIII comienzan a aparecer descripciones más detalladas sobre los hórreos. Entre los siglos siglos XIII y XV, el único elemento distintivo entre estilos de hórreos era el material de su cubierta. La variedad en los tejados ya era suficiente como para que los escribanos de la época lo consignaran en los documentos. A partir de estas menciones, se observa una distinción clara en su estructura y materiales, especialmente en lo referido a las cubiertas, con tipologías que se distribuyen por distintas regiones e incluso en una misma construcción.^[1]

Hórreo teitado en Somiedo, inicios siglo XX.

En el siglo XV se generaliza el uso de la teja frente a la paja. En 1410 aparece la primera mención conocida de un hórreo de madera con cubierta de teja en Oviedo, en la calle La Rúa. Desde entonces, todas las referencias a hórreos de madera suelen indicar techado de teja, aunque aún hay coexistencia, como en 1447 (Grado), donde se menciona una techumbre vegetal, aunque solo para destacar un acuerdo para reemplazar su cubierta por tejas. También se registran hórreos con técnicas mixtas, combinando madera y cerramientos de varas entretejidas. Un ejemplo de 1474 en Olloniego (Oviedo) menciona un "orrio de tabla e madera, e techado de tella", y se ha comprobado la pervivencia de esta técnica en hórreos de Piloña y Parres.^{[cita requerida]}

Esquema, cerradura de hórreo.

Detalle fecha Hórreo de Batón.

Detalle fecha Hórreo de Piedrafita.

Detalle durmiente Hórreo de Anxel, Lloses.

Lámina botánica, maíz.

Edad Moderna

La economía asturiana, basada principalmente en la agricultura hasta el siglo XIX, sufría regulares hambrunas y crisis, tal y como evidencian las muchas condonaciones de tributos que la corona de Castilla se vio obligada a conceder a la Junta de Asturias durante siglos con objetivo de evitar desastres demográficos mayores.^[12]

Los cultivos americanos, tales como el maíz, las habas o las patatas, llegan a Asturias en algún momento a finales del siglo XVI. Será sobretodo el maíz, por su valor nutricional, máximo aprovechamiento que se le dará al completo de la planta, alta resistencia y bajos requerimientos de cuidado, el cereal que verdaderamente revolucionará la agricultura asturiana.^[5][8]

«Tienen estos valles mijo y panizo, las cuales semillas se usan muy poco por el mucho maíz, que llaman trigo de las Indias, que se coge en gran cantidad... Es el maíz sustento de todos los animales, engordan mucho con ello y, juntamente, a las gallinas las hace sabrosas y muy tiernas, y también a los capones, que cuando más caros valen es a dos reales cada uno; las gallinas suelen valer a real y medio y a dos reales; los huevos, por las aldeas, a cuatro el cuarto y a ocho, y desque van de la Corte por ellos valen a maravedí en la ciudad de Oviedo».

El padre Luis Alfonso de Carvallo en sus Antigüedades y Cosas Memorables^[8] escribió:

«... Y en nuestros tiempos se ha comenzado la agricultura del maíz, que es el pan ordinario y común de las Indias, y lo produce esta tierra en grandísima pujanza...».

Otra referencia del peso que el maíz tuvo para la agricultura en Asturias nos lo da Francisco Martínez Marina:^[1]

«Aunque la conquista de aquel Hemisferio no hubiese tenido otras ventajas, sería esta adquisición suficiente a compensar los gastos y fatigas que ha costado, y motibo de gratitud eterna al inmortal Colón, porque el suelo de nuestra Probincia es el que más se ha aprovechado en este dichoso hallazgo y en el que menos degenera esta planta exótica... ¿Qual sería en lo antiguo, y aún en el glorioso tiempo de los Reyes Católicos, la población de Asturias, Galicia, Nabarra y Probincias Vascongadas, quando en el día con él y las patatas nada sobra? ¿Qual la del resto de la Península, que no le cultibó ni cultiba, y pudiera añadir que ni le cultibará por una preocupación grosera, arto perjudicial y común en las probincias del Centro?"

El corredor en los hórreos es, por tanto, una adición del siglo XVII que responde a esta nueva necesidad de almacenar estos productos no autóctonos para los que el hórreo no estaba acondicionado y que suponían nuevos métodos agrícolas y la necesidad de adaptarse.

Vieja postal de Hórreo, se aprecian cajas- nido y colmenas en sus trabes.

Las «paneras»

Panera asturiana.

La «panera» surge como respuesta a la necesidad de aumentar el espacio de almacenamiento en una época de crecimiento agrícola y económico en Asturias con el desarrollo de los nuevos cultivos. La panera surgió como una construcción propia de familias más pudientes, con mayores cosechas y más productos y bienes a almacenar. Las paneras se encuentran en mayor volumen en zonas llanas (valles) o la costa, los escasos lugares donde las características geográficas permiten en Asturias grandes extensiones cultivables (y que por tanto necesitan mayores espacios de almacenado) o simplemente la estabilidad de terreno necesaria para la elevación de una estructura de dimensiones más notables que aquellas de un hórreo, que alcanzan varios metros en longitud.^[5] Una panera es una evolución arquitectónica del hórreo que, con los mismos elementos, aumenta de tamaño alargándose su planta hasta formar un rectángulo, en lugar de un cuadrado. El tejado de la panera, por tanto, no será sencillamente a dos aguas como en el caso del hórreo, sino que estará configurado "en tijera". Por consiguiente, suele presentar más pegollos (al tener que sujetarse una superficie mayor) aunque este rasgo no resulta determinante para la clasificación arquitectónica. El resto de elementos, rasgos y funciones serán las mismas.^[1]

Quintana asturiana con panera.

Construcción de un Hórreo Asturiano, 1950-1960.

Siglo XX

La dificultad de acceso a servicios básicos como la educación, sanidad, electricidad o vías de comunicación en el medio rural y el impulsó del crecimiento industrial de las políticas de desarrollo del Estado durante las décadas de los 40 y 60 del siglo XX favoreció el éxodo del campo a la ciudad.^[13] Se abandonaron los pueblos y la agricultura, desapareciendo costumbres, oficios tradicionales y modos de vida ligados al campo, lo que supuso el inicio del declive de los hórreos, cuya nueva construcción pasa a ser algo puntual, con la reproducción de elementos y decoraciones tradicionales pero empleando nuevos materiales. A partir de aquí, las labores alrededor del hórreo asturiano se centrarán más en la reubicación, mantenimiento o restauración de los ya existentes.^[1]

Protección del hórreo

El interés por su protección inicia en la segunda mitad del siglo XX. En 1985, la Ley de Patrimonio Histórico Español^[14] supuso un punto de partida para incluir bienes etnográficos, como el hórreo asturiano, en la categoría de elementos protegidos.

El Catálogo Urbanístico del Principado de Asturias permite que los hórreos y paneras queden incluidos en los catálogos urbanísticos municipales, donde se identifican como bienes etnográficos protegidos. De esta manera, cada municipio tiene la obligación de incluir los hórreos significativos en su catálogo, lo que garantiza que no puedan ser demolidos, alterados o trasladados sin autorización previa.^[15]

La Ley de Patrimonio Cultural de Asturias de 6 de marzo de 2001^[16] establece el marco general para la protección, conservación y difusión del patrimonio cultural en Asturias reconociendo a los hórreos como bienes etnográficos de interés cultural, lo que implica restricciones sobre su uso, modificación y demolición, promoviendo mediante ayudas económicas^[17] la conservación in situ y la restauración de los hórreos siguiendo técnicas tradicionales y usando materiales originales.^[18]

Espacios alrededor del hórreo asturiano

La presencia del hórreo no debe entenderse como algo limitado solamente a la construcción en si.^[19] El hórreo es la pieza central de varios elementos que, en conjunto, son los que verdaderamente suponen una seña de identidad y una marca inconfundible del paisaje asturiano.^[20] Entre los espacios que rodean al hórreo asturiano encontraremos:

El solorru

Camino bajo Hórreo.

Solorru.

El espacio bajo el hórreo, que lejos de ser un espacio muerto, se encuentra siempre ocupado. Conocido como solorru, tenía la utilidad de "garaje" para los carros, espacio de trabajo, almacén de leña y picadero o guardado de grandes aperos, tales como arados. ^[21]En ocasiones, el solorru no es un espacio privativo de la familia propietaria del hórreo, sino público.^[22] Esto se debe a su condición de bien móvil, que le permite ubicarse en suelos comunales. Muchas veces los caminos del pueblo pasan por debajo de estas estructuras precisamente por la mencionada característica.^[23]Si la propiedad del espacio tuviera que ser reafirmada o fuera adquirida con posterioridad, sule marcarse con la instalación de un pilar en el espacio central.^[24]

El caramanchón

Hórreo sobre caramanchón, Quintanal, Puerto, Oviedo.

Nivelado del terreno mediante caramanchón.

En Asturias gran parte del terreno presenta una inclinación que podría desestabilizar una estructura cuyas piezas no se ensamblan más que por anclaje. Además este está destinado en su práctica totalidad a las labores agrícolas (pastoreo, siega o cultivo). ^[25]

Para solventar esto, está la figura del caramanchón, muy frecuente en muchos hórreos. Esta estructura consiste en la creación de una plataforma nivelada, en piedra generalmente aunque algunos pueden verse de ladrillo.^[26] Sobre ella, se instalará el hórreo. Las actividades que se desarrollarán en su interior son las ya descritas (almacenado y trabajo)^[27]y, antiguamente, era incluso aprovechado como vivienda.^[28]

La quintana

Quintana asturiana primera mitad del siglo XX.

La quintana asturiana es un concepto fundamental de la arquitectura y la organización tradicional asturiana. Se refiere al conjunto de edificaciones y espacios que conforman una unidad doméstica y productiva, o varias cercanas, típica en el medio rural asturiano.^[29] El hórreo ocupa un lugar central en este conjunto, tanto desde un punto de vista funcional como simbólico.^[30]

Una Quintana Asturiana.

Es un espacio más o menos cerrado o delimitado que incluye varias edificaciones destinadas a las actividades agrícolas, ganaderas y domésticas de una o varias familias. Estas construcciones, que varían en disposición, están organizadas alrededor de un patio o espacio despejado central, conocido como corral o eira, y que actúa como el núcleo funcional y social de la quintana asturiana.^[31]

Hórreos en Quintanal, Puerto (Oviedo) Década de 1950.

La quintana asturiana quedará compuesta de la vivienda, o las viviendas, el hórreo o la panera (en las familias pudientes, ambas), la cuadra (ya sea esta integrada en la vivienda, como ocurre en la arquitectura tradicional asturiana, o separada), corrales, el pajar (nuevamente, lo normal es que este estuviera integrado en la vivienda, pero puede encontrarse como una construcción separada), corrupias, talleres o cualquier edificación de la familia o la comunidad. Todas las entradas confluyen en la eira, haciendo del todo una unidad inseparable y característica constituyendo un modelo único de explotación y aprovechamiento de recursos.^[32] La conexión más estrecha hórreo-vivienda se establece en los casos de superposición con comunicación interior a través del caramanchón.

Una anécdota curiosa es la recurrente presencia de este término en la toponimía asturiana, como ocurre en La Quintana, Las Quintanas o Quintanal. Este último caso se trata de uno de los barrios (o lugares) que constituyen el pueblo de Puerto. El barrio contaba con una alta concentración de Hórreos, cuadras y casas que confluían a lo largo de la carretera principal, haciendo que esta atravesara múltiples Quintanas. Es decir, Quintanal claramente procede de "muchas Quintanas".^[33]

Estructura del hórreo asturiano

Esquema de Hórreo Asturiano "Tipo".

Los Hórreos Asturianos son estructuras móviles, cuyas piezas sencillamente encajan "sin usar ni un solo clavo" pudiendo ser desmontado y trasladado en caso de necesidad. Los distintos componentes encajan a modo de puzzle y, en ocasiones, utilizan fijaciones en forma de pequeñas estacas de madera que atraviesan los componentes que refuerzan el ensamblaje (los tornos).^[34]Para la elaboración de la estructura suelen preferirse maderas duras, que deben pasar un proceso de madurado previo a su utilización, siendo las preferidas aquellas de roble o castaño.^[35] Para otras fases de la construcción, no se necesitan estas maderas tan resistentes (que eran además más caras) por lo que se usaba avellano o fresno. Otro material siempre presente sería la roca, y finalmente, materia vegetal o cerámica (techumbre).^[36]

Detalle ensamblaje de liños en Hórreo, se aprecia torno recortado.

Detalle de encajes de las Colondras.

Esquema ensamblaje de colondras.

Elementos Varios

Tornos

Tornos atravesando el cabriu de un Hórreo.

Los tornos son pequeños listones de corte cuadrado cuyo lado mide tres o cuatro milímetros menos que el diámetro de la barrena. Se les afila un extremo para guiar la entrada y se colocan con las caras paralelas a las de las piezas. El agarre se consigue clavando lo cuadrado, por lo que la punta afilada, ya inútil y sobrante, debe quedar fuera del ensamble. A veces este sobrante es recortado, sobretodo en el interior de la cámara,^[37] pero no es necesario pudiendo observarse comúnmente sobresaliendo hacia abajo de los "aleros" del hórreo.^[38] La ausencia de piezas de hierro se debe tanto a su mayor precio, como a su escasa duración, pues el tanino del castaño y el roble lo atacan y destruyen en pocos años. Las soluciones de engarces y tornos resulta la más práctica.^[39]

Gavitu

Gavitu y liñu policromado en Hórreo.

El gavitu es una pieza de madera que se obtiene cortando una rama del árbol junto con un trozo del tronco por encima de esta, a modo de gancho, del que se colgarán las herramientas, cosecha, piezas del horru y demás. Igual que ocurre con otras herramientas del campo Asturiano, como las forquetes, la madera de Fresno es la más indicada.^[40] Los gavitos más grandes se consiguen doblando y atando los brotes jovenes, y dejándolos crecer hasta que alcanzan el tamaño adecuado para ser cortados. Se emplean para el colgado de herramienta o productos agrícolas cuando alguno de estos requiere un proceso de secado, bien en riestras o haces colgados.^[41] Si las paredes no son suficiente, se soluciona utilizando el suelo y el antepecho del corredor o la talamera, en la que también es frecuente ubicar los colmenares o palomares.^[42]

Soporte y elevación

Pegollos (Pegoyus)

Son los pilares de piedra que elevan la estructura del hórreo por encima del suelo. Estos pueden ser de madera o de piedra, de una sola pieza (roca o madera) o varias (apilamiento de roca). Un hórreo asturiano típico suele tener cuatro pegollos, uno en cada esquina, aunque pueden presentar más.^[43] Su función es elevar la estructura para evitar que la humedad del suelo afecte los alimentos almacenados e impedir el acceso de roedores y otros animales al interior del hórreo.^[44]

Pegollo de madera.

Pegollo de piedra.

Pegollo de piedra apilada.

Muela

Muela de piedra.

Muela en Madera.

Es una pieza, en forma generalmente cuadrangular o irregular dispuestas en horizontal, con una superficie media de 1 m y 15 cm de grosor que se coloca sobre cada uno de los pegollos. ^[45]Su rasgo más importante es que sobresale más allá del borde del pegollo. Lejos de ser un simple capricho estético, el borde sobresaliente actúa como una barrera física para los roedores, ya que su forma lisa y saliente dificulta que los animales trepen desde los pegollos hasta el hórreo.^[46]Se trata de una ingeniería simple pero efectiva, pues este diseño ha demostrado ser altamente eficiente y es uno de los aspectos más ingeniosos del hórreo asturiano, fruto de siglos de perfeccionamiento desde que sus predecesores fueron "elevados del suelo".^[47] Cuando aparecen de forma circular suele deberse a que se ha reaprovechado la pieza del mismo nombre del molino.^[48]

En algunos hórreos de gran antigüedad, la muela está construida también en madera, lo que hace pensar que en tiempos pasados sería más frecuente de ver, tal vez una opción más económica.^[49]

Pilpayu

Pilpayu.

El Pilpayu es esencial para garantizar la estabilidad de la estructura.Tradicionalmente, el pilpayu puede estar hecho de madera o de piedra, aunque en la actualidad también pueden encontraste de otros materiales más contemporáneos.^[50]Tiene forma rectangular o cuadrada y su tamaño depende del diámetro del pegollo y del diseño general del hórreo. Es un elemento "discreto", suele pasar desapercibido pero resulta fundamental para la estabilidad. Su ubicación es directamente sobre el suelo actuando como base sobre la que se coloca el pegoyu, así su función principal es aquella de nivelar, permitiendo corregir posibles irregularidades en los pegoyos (pues recordemos suelen ser de una sola pieza, lo que dificulta la uniformidad en características como longitud o grosor).^[51]

Así se asegura que la planta del hórreo esté completamente horizontal. Además aporta estabilidad, pues actúa como un amortiguador estructural entre el pegollo y el suelo, reforzando la seguridad de la construcción. ^[52]

Tazu.

Detalle del hórreo de Gobiendes, Colunga.

Tazu

El tazu se encuentra en la parte superior del pegoyu. Este espacio está diseñado para encajar la base de la muela, que es el disco de piedra que actúa como barrera contra los roedores, con el resto de la estructura (que descansa directamente sobre esta). De esta forma se asegura que la unión muela-trabes se mantenga firme y no se desplace al mismo tiempo que distancia la muela (y por tanto el pegoyu) del interior de la construcción, ayudando a su aislamiento.^[53] Las dimensiones de la pieza varían según el tamaño del pegollo y la muela, pero siempre están diseñadas para ajustarse de manera precisa a la base de esta última. ^[54]

Hórreo de Gobiendes, Colunga.

Por lo general, está compuesta de piedra, lo que garantiza su durabilidad, aunque existen diferentes casos como el curioso del Hórreo de Gobiendes, en Colunga, que emplea una vértebra de ballena.^[55] Sirve al mismo tiempo como ejemplo del ingenio del campesino astur, que aprovecha e integra al máximo beneficio todo cuanto tiene disponible, y como recuerdo del pasado ballenero de la costa asturiana, donde la caza de ballenas fue pieza angular de la economía de la sociedad.

La Cámara

Inmediatamente sobre los pilares encontraríamos el suelo de la estancia, del hórreo, la planta y sobre esta lo demás. Esta está a su vez compuesta de múltiples piezas. Suele buscarse la oscuridad en el interior, lo que facilita la conservación de productos.^[56] Sin embargo, modificaciones posteriores han podido alterar esta característica. La luz y ventilación la proporcionan los respiraderos tallados en las colondras.^[57]

Vista inferior de un Hórreo.

Trabes y Sobigañu

Son las vigas de madera que descansan sobre los pegollos y forman la base estructural del hórreo. Se utilizan maderas resistentes, como roble o castaño, debido a su durabilidad y capacidad para soportar el peso de la estructura y el contenido almacenado. ^[58]

Les Trabes son las cuatro vigas principales que se colocan paralelas dos a dos, uniendo las puntas de los cuatro pegoyus, formando la base (un cuadrado) sobre la que se monta el resto del hórreo y distribuyendo uniformemente el peso de la estructura y los productos almacenados.^[59]

El Sobigañu es otra viga (o varias) que atraviesa la porción central de la cámara, de un trabe al trabe contrario, añadiendo otro punto de soporte para la repartición del peso del suelo.^[60]

Suelo (Pontes)

El suelo del hórreo está construido con anchas tablas de madera, los pontes, que se apoyan y encajan en los trabes y el sobigañu.^[61]

Paredes (Colondras)

Detalle, colocación de las colondras.

Las paredes laterales del hórreo están compuestas por tablas que reciben el nombre de colondras. Estas suelen tener distintos elementos que hacen único a cada Hórreo, como grabados, pinturas o añadidos prácticos en forma, por ejemplo, de ganchos (gavitos) que permitan colgar aperos o alimentos. Algunas de estas colondras presentan ranuras o espacios abiertos para mejorar la ventilación interior.^[62] Además de proteger el interior del hórreo de la lluvia y el viento. Tienen una función estructural de gran relevancia, uniendo los trabes y los liños (cohesión de la edificación) y al estar engarzada entre dichas vigas, reparte uniformemente el peso de la cubierta.^[63]

Engüelgo.

La característica planta cuadrada reparte las presiones verticales de la techumbre a lo largo de toda la pared de tablas, pero sobre todo en sus esquinas debido a la disposición de los aguilones. Estas fuerzas tienden a desplazar hacia afuera cada costado, lo que desmoronaría la cámara. Así que las esquinas están talladas en una sola pieza de madera, el engüelgo.^[64]

Será en las colondras donde se encuentren las ranuras de ventilación que es un elemento clave del diseño del hórreo asturiano para asegurar el correcto almacenado de bienes en su interior y que no se acumule humedad en el interior. Por lo general, está mediado por ranuras en las paredes, que pueden adquirir distinta forma según la ornamentación o sencillez de la estructura, incluso mimetizándose con la decoración en el caso del estilo Carreño.^[65]

Esquema liños y su ubicación.

Liños

Los liños constituyen el marco superior de la pared del hórreo.^[66] También suelen presentar decoración, especialmente alrededor de la puerta. Los extremos de los liños sobresalen de "la caja", encajando dos a dos. Los extremos de cada liño, las cabezuelas, suelen presentar tallados de distinto tipo. Sobre estos encontramos los sobreliños, una estructura de madera que sirve para reposar la cubierta.^[67]Predominan en la decoración de liños los motivos geométricos, de entre los cuales, pequeños triángulos que conforman por sí solos toda la decoración o bien delimitan o enmarcan al resto de los motivos decorativos.

Pared de bárganu.

División Interior

Se realiza mediante tablones más finos o varas de madera (avellano) que incluso pueden rellenarse con grava, yerba y barro haciendo ligeramente más robusta la pared, dividiendo el espacio en compartimentos para diferentes usos. ^[68]

El corredor

Talamera.

Como se indica más arriba, antiguamente los hórreos no tenían corredor, tampoco lo presentan los más sencillos actualmente. Sin embargo sí era frecuente la existencia de una plataforma, la talamera, compuesta de un tablón ancho que, apoyada sobre los gavitus, recorrería el perímetro externo de la cámara. ^[69]

Vida social alrededor del Hórreo.

A partir del S. XVII comienzan a aparecer corredores propiamente dichos, como los actuales. En términos prácticos, es un pasillo abierto que rodea parcial o completamente la estructura, elevándose al nivel del cuerpo del hórreo. Esta estructura suele estar delimitada por barandillas o balaustres de madera, que cumplen una función tanto decorativa, de seguridad y permitiendo el colgado de ristras de maíz, ajos o habas.^[70]

Grupo de mujeres en el corredor de un hórreo, década de 1950.

El corredor sirve como una zona de trabajo adicional para actividades relacionadas con la agricultura para la selección y limpieza de los productos antes de almacenarlos, para secado de pequeños cultivos, hierbas o alimentos y también se usaba como área de tránsito para realizar tareas que requerían acceso constante al contenido almacenado.^[71] En ocasiones, el corredor se utilizaba para almacenar temporalmente herramientas agrícolas, leña o panales o productos que no requerían protección contra la humedad.^[72] Adicionalmente, actúa como una especie de parasol o paraguas para las paredes del hórreo, protegiendo la madera de la lluvia directa o del exceso de sol, lo que ayudaba a prolongar la vida útil de la estructura.^[73] También sirve como espacio social, especialmente en hórreos cercanos a la vivienda principal, el corredor podía servir como un espacio para descansar, charlar o realizar actividades domésticas al aire libre.^[74]

Hórreo con mandil.

La barandilla del hórreo podía ser más o menos elaborado, sirviendo también como indicativo de estatus de los propietarios.^[75] La barandilla vista es la forma más común en los valles asturianos, mientras que en las zonas de costa o ciertas áreas de montaña (donde arrecian fuertes vientos) es común ver el mandil, una estructura vertical de madera que recubre el espacio entre los trabes y el alero, tapando el corredor total o parcialmente protegiendo la propia construcción de las inclemencias medioambientales. ^[76]

Detalle, puertas en un hórreo.

Puerta y Acceso

La puerta es uno de los elementos del hórreo que sufre una mayor transformación desde que se traza el hórreo de tipo asturiano hasta los ejemplares actuales. En los hórreos del estilo Villaviciosa es en los que mejor se aprecia el proceso de evolución. Las puertas están formadas por dos tablones de distinto ancho generalmente unidos por tornos, o atados a partir de la segunda mitad del siglo XVI por listones clavados.^[77]

Puerta de Busllaz (Villaviciosa).

El marco que suponen los trabes (en el espacio inferior) y los liños (en el superior) permiten la retirada de algunas colondras y su sustitución por una puerta. La ornamentación de los liños suele estar (hasta en los más austeros, pero no necesariamente limitando a esta zona) alrededor de la puerta, a imitación de "pórtico" (realmente suele establecerse paralelismos entre los pórticos románicos y estas decoraciones).^[78] La puerta es también uno de los elementos del hórreo que más decoración suele presentar.^[79]

En rojo, subidoria y talamera.

Es muy común observar múltiples puertas en un mismo Hórreo, esto se debe a que, al ser un bien práctico familiar, solía repartirse entre los hijos en la herencia, de forma que resultaba (y resulta) frecuente la multipropiedad de un mismo hórreo.^[80] Cada familia añadía una entrada, donde accedería a su correspondiente porción del hórreo, cuyo interior se dividía mediante finas de bárganu o cebatu, (varas entretejidas), de tablas o de ladrillos macizos unidos con cal.^[81]

Lo mismo ocurre con las escaleras de acceso, la subidoria, hechas en piedra apilada y que jamás tocarán la estructura (salvo modificaciones personales). La escalera (o las escaleras) se dispone paralela a los trabes del hórreo, dejando una distancia entre la edificación y la escalera que podía reducirse en ocasiones con una talandoria (pero que tampoco tocaría los escalones de acceso). Esto se hace como medida de aislamiento, haciendo que el espacio escalera-estructura, salvable con una zancada, sirva de impedimento para el acceso de animales. ^[82]

Tejado

La innovación más destacada del Hórreo Asturiano reside en la solución única de la techumbre. Es esta construcción la única de entre los hórreos europeos que cuenta con un tejado construido a cuatro aguas.^[83]

Vigas del queso y puntal en un viejo hórreo.

Vigas del queso y el Puntal

Son elementos estructurales ubicados en la parte superior de la construcción. Estas vigas se empotran en las caras laterales interiores de los liños, formando una cruz en cuya intersección se apoya el puntal, el pequeño pilar central que recorre la distancia vertical desde el punto de intersección de las vigas del queso (justo el centro de la cámara) hasta el ápice del tejado y que sostiene la cubierta del hórreo.^[84] Tienen varias funciones, primero una estructural como soporte del puntal central, pues la intersección de estas vigas proporciona una base sólida para el puntal que sostiene la cumbrera del tejado, asegurando la estabilidad de la cubierta y distribuyendo las cargas de manera uniforme (al formar una cruz) el peso del tejado hacia las estructuras inferiores del hórreo, contribuyendo a la integridad estructural de la edificación, además para el curado de quesos, dejándolos reposar sobre ellas.^[85]

Cabriu y Faldón

Cabrio en el hórreo.

El cabrio es una estructura de tablas de madera inclinada que conforma la estructura principal del tejado, funcionan como un esqueleto rígido que asegura la estabilidad del tejado frente a los efectos del viento y otros factores climáticos. Estas parten desde el punto más alto de la cubierta, conocido como la cumbrera, hasta los extremos inferiores que descansan sobre los sobreliños, sobresaliendo de las paredes de la cámara. Su función es la de sostener los materiales que forman la cubierta del tejado, como tejas, paja o pizarra, distribuyendo el peso del tejado hacia las vigas principales y las colondras o los liños.^[86] Estos determinan la inclinación y la forma característica a cuatro aguas del tejado de los hórreos asturianos que facilita el desagüe de agua de lluvia, protegiendo el interior del hórreo.^[87]

Estas tablas se ensamblan en el extremo con otra que une los extremos transversalmente, el Faldón, un listón que ata los cabrios por su cara superior mediante tornos levantando la primera fila de tejas.^[88]

Tentemozos en Hórreo.

Tentemozos

Los tentemozos son unos soportes de madera inclinados, unos puntales colocados de manera diagonal que van desde los trabes hasta el cabrio que sobresale, el alero. Ayudan a sostener la techumbre y el alero, siendo capaces de resistir tensiones y presiones prolongadas.^[89]

Aguilones, tiyeras y tercias

Colocación de Aguilones en Hórreo.

Los aguilones son las vigas de los extremos del tejado. Están formados por los extremos de las vigas inclinadas y constituyen los puntos donde la pendiente del tejado se encuentra con la pared de la cámara.^[90] Los cabrios se disponen de manera simétrica, formando una estructura sólida sobre la que se asientan el cabrio. Los aguilones forman las aristas de la pirámide en que se constituye el tejado. Así, las cargas se concentran en estas vigas, que reposan directamente en las esquinas de las colondras, transmitiéndo las cargas verticalmente a los pegoyos. A menudo sobresalen ligeramente más allá de las paredes del hórreo, formando aleros que protegen las paredes del agua de lluvia. ^[91]

Les tiyeres son unas vigas más ligeras que los aguilones que recorren perpendiculares la distancia entre el puntal y el punto medio de cada pared de la cámara.^[92]Las tercias son vigas , aún más ligeras, que conectan transversalmente los aguilones y las tiyeras entre si.^[93]La interconexión entre esta red de vigas que constituye el tejado ayudará a repartir la carga de la techumbre.^[94]

Moño

Moños en una panera moderna.

Moño cruciforme.

Moño antropomórfico.

El moño es una pieza que recibe multitud de nombres cuanto menos curiosos, siendo otro muy extendido el de "l'Obispín". Es el remate ornamental que se coloca en la cúspide del tejado del hórreo, específicamente en la intersección de las vertientes del tejado.^[95] Tradicionalmente está hecho de piedra, aunque en algunas variantes o reparaciones modernas puede ser incluso de metal. Suelen ser pesados, lo que contribuye a su función practica como estabilizador. Los moños pueden ser de formas variadas, como Cilíndricas o cónicas, cruces u otras figuras geométricas.^[96] El tamaño del moño varía dependiendo del hórreo, pero suele ser proporcional al tamaño de la construcción. Es considerado un elemento distintivo que da personalidad al hórreo, haciendo que cada estructura tenga un toque especial.^[97] Además aporta estabilidad estructural, pues su peso ayuda a fijar la cumbrera (la viga superior del tejado) y a mantener la estabilidad del tejado en su lugar actuando también como un elemento de protección adicional contra el viento, reforzando la estructura del tejado.^[98]

Del moño se dice que tiene también una carga de simbolismo, al menos en su origen, ya sea religioso (como cruces) o relacionado con la prosperidad y la fertilidad, reflejando su función protectora sobre los productos agrícolas almacenados. Se dice también que no hay dos moños exactamente iguales.^[99] Cada artesano plasma su estilo o sigue las tendencias de su área, haciendo que cada hórreo sea único, cada uno con un rasgo de personalidad. En tiempos pasados, los moños también son vistos como un símbolo de estatus, pues podían ser más elaborados en hórreos pertenecientes a familias adineradas, reflejando su posición social.^[100]

Techumbre

La techumbre o cubierta es una de las partes fundamentales, ya que protege el interior de la cámara y, por tanto, los productos almacenados de las inclemencias meteorológicas y asegura su conservación en condiciones óptimas. Según los materiales utilizados y las técnicas de construcción, se distinguen tres tipos principales de techumbres: Tsosa, Teya y Teitu. Cada una tiene características adaptadas al entorno y la disponibilidad de recursos, fruto de los procesos de adaptación.^[101]

Distribución actual materiales de cubierta de Hórreo en el Principado de Asturias.

Hórreo con techumbre de tsosa.

Panera techada de tsosa.

La Tsosa es la cubierta construida con losas pétreas, generalmente losas de pizarra (tsosas). Es una de las opciones más resistentes y duraderas, adaptada a regiones con una buena disponibilidad de este tipo de roca.^[102] El material es extraído de canteras locales por lo que depende de las características geológicas de la zona.^[103]La pendiente suele ser menor que en otros tipos de techumbre debido al peso de las piedras, que requieren un equilibrio estructural cuidado. Resulta ser extremadamente resistente y puede durar largos periodos de tiempo con un mantenimiento mínimo. Es típica de áreas montañosas o cercanas a canteras de pizarra, como el occidente de Asturias, donde este material era abundante y accesible.^[104]Proporciona una cubierta resistente y más económica (al menos en el pasado) que la de Teja y útil en lugares donde no hay los barros adecuados para la elaboración de las tejas. Las grandes losas de pizarra son sujetadas con tornos de madera y en el remate de su vértice se emplea una pieza circular que sirve de base al moño. ^[105]

Hórreo asturiano de teja.

Hórreo asturiano de teja.

Hórreo asturiano recién teitado.

La Teya se refiere a la cubierta de tejas (teyas), que es probablemente la más extendida actualmente y reconocida en los hórreos asturianos,^[106] pero durante siglos Teyar (tejar un tejado) era particularmente caro, pues se dependía de el oficio especializado de los teyeros (quienes para mantener en secreto el proceso y técnica de fabricación, como son las mezclas o mejores materias primas, tenían su propio Bron (jerga)). Las materias primas específicas pueden no abundar en ciertas zonas ni estar disponible la infraestructura para su fabricación, como hornos de cocción o espacios para el mezclado de barros y su secado. Sin embargo, es probablemente la opción más práctica y de mejores resultados.^[107]Las tejas curvas de cerámica (conocidas como teja árabe) son colocadas sobre la base de madera superpuestas para garantizar la impermeabilización del tejado. Las tejas antiguas eran irregulares y más pesadas que las actuales. Se utilizaban fragmentos de tejas rotas para forrar las canales y evitar el balanceo de las demás.^[108] En ocasiones, las tejas se aseguraban colocando piedras sobre ellas dando ese aspecto irregular y "descuidado" de las construcciones antiguas.^[109]El mero hecho de tener un hórreo teyado ya suponía un símbolo de estatus.^[110] El Teitu es el tipo de techumbre fabricado con material vegetal como paja de escanda, brezo o escoba. ^[111]Está profundamente arraigado en la arquitectura popular, habiendo sido antiguamente su distribución habría sido la más extendida en la geografía asturiana, aunque hoy sea de los menos frecuentes.^[112] El teitado asturiano es el proceso tradicional de construcción o reparación de las cubiertas de los hórreos, paneras y otras edificaciones rurales utilizando materiales vegetales. El Teitado, como otros oficios, es una técnica artesanal que requiere de experiencia y habilidad.^[113]

Selección de materiales:

Labores de tentado en un Hórreo.

Los materiales vegetales más comunes para el teitado son:^[114]

La paja de cereales como la escanda, muy utilizada por su flexibilidad y capacidad de impermeabilización. El brezo, que resulta particularmente práctico por su resistencia y durabilidad. La escoba, bastante frecuente en el tentado en zonas donde exista disponibilidad. Finalmente, los juncos o helechos, entre otros follajes, se utilizan en algunos casos como capa adicional o secundaria.

Techo teitado, detalle.

Los materiales deben recolectarse en el momento adecuado del año para garantizar su calidad y durabilidad.^[115]

Preparación de la estructura del tejado:

Antes de iniciar el teitado, se revisa y refuerza la estructura de soporte (habitualmente de madera), que incluye cabrios y vigas. Se instalan las varas de madera donde se fijarán los haces de paja o brezo.^[116]

Colocación de las capas

El material vegetal se agrupa en haces (manojos) que se colocan en filas ascendentes, comenzando desde la base del tejado.^[117] Cada capa se solapa con la anterior para evitar filtraciones de agua. Los haces se fijan a la estructura mediante varas de madera o cuerdas, asegurando que queden compactos y bien sujetos.^[118]

Compactación y acabado:

Una vez colocadas todas las capas, se comprimen cuidadosamente con herramientas o a mano para garantizar que la cubierta sea densa y resistente al viento. Las fibras vegetales se colocan en capas gruesas e inclinadas, creando una cubierta densa y bien compactada.^[119] La pendiente del tejado es más pronunciada que en otros tipos de techumbre para permitir un drenaje eficiente del agua. Su durabilidad es menor que en los otros tipos y requiere reparaciones frecuentes para reemplazar el material vegetal deteriorado. Su vida útil oscila entre quince y veinte años, aunque puede requerir reparaciones menores antes de ese tiempo si las condiciones climáticas son adversas. ^[120]

Los estilos de hórreo asturiano

Esquema Hórrreo Asturiano "tipo".

Aunque todos comparten sus elementos básicos, como sus componentes, fabricación, distribución o modo de empleo, sí presentan una variedad de estilos que reflejan las diferencias en su ornamentación, pues los hórreos no solo eran almacenes, sino también símbolos de riqueza y estatus social.^[121] Los tallados y la ornamentación reflejaban la posición del propietario y son otra seña de identidad propia para cada edificación. Los maestros carpinteros, autores de estas edificaciones, nunca creaban dos estructuras exactamente iguales y algunos de ellos tenían estilos muy característicos.^[122]

La primera clasificación académica se realizó a finales del siglo XX. Esta clasificación divide los hórreos asturianos "tipo" (atendiendo puramente a los criterios de decoración) en los estilos Villaviciosa, Allande y Carreño. Los que llamamos "Carreño" y "Allande", son más recientes, y el "Villaviciosa" es más antiguo a los anteriores, con un origen medieval. La denominación de cada estilo es arbitraria, y responde al nombre del concejo en donde se encuentran abundantes ejemplos del estilo correspondiente.^[123]

Sin embargo, ya en ese primer trabajo la denominación de los estilos se decía "provisional".^[124] Actualmente los etnólogos consideran que dicha clasificación resulta demasiado genérica y que realmente deberían considerarse más estilos que, por sus características, no pueden englobarse bajo ninguno de los anteriormente citados.^[125] Así mismo se debate también sobre los criterios de clasificación, que dejarían de centrarse meramente en la decoración para analizarse otros aspectos como materiales, antigüedad o técnica. Por ejemplo, al estilo Villaviciosa se le ha definido recientemente con el nombre de hórreos de tradición medieval, y al estilo Carreño con el de hórreos de tradición barroca, es decir, atendiendo a la antigüedad e influencias técnicas artísticas.^[126]

Como es natural en cualquier arte, no debe entenderse este fenómeno como algo particularista de una zona. Los estilos no sólo se hallan zonas estancas, sino que se mezclan incluso en una misma construcción, siendo unos más frecuentes en ciertos periodos históricos que otros. También debe contarse con las obras de determinados maestros carpinteros que por su calidad e innovación llegan incluso a alterar las normas estéticas de los estilos en los que se integran.^[127]

1. Hórreo de "Estilo Villaviciosa"

Vista lateral Hórreo de Batón.

Este estilo es uno de los más antiguos de Asturias, siendo los hórreos mas antiguos aún en pie (siglos XV y XVI) de la región de este estilo. Se asocia principalmente con la "comarca de la sidra" y los valles del centro-oriente de Asturias.^[128]Cabranes, Colunga, Piloña o Villaviciosa serían algunos lugares donde se encontraría el núcleo más numeroso de estos ejemplares.

Estos hórreos son de unas características y dimensiones bastante uniformes. Con un tamaño medio, sus lados son de entre 5 y 6 metros. Las paredes del hórreo son de una altura que oscila entre 1 y 1,50 m y pegoyos, generalmente de madera, altos.^[129]

Vista lateral Hórreo de Buslaz.

Su característica principal es su cargada decoración, que utiliza dos técnicas, la pintura y la talla buscando un efecto de fuertes contrastes de luz y sombra, que se logra por el empleo de la talla a bisel, en la que los dibujos están formados por dos planos oblicuos que se cortan perpendicularmente; la superficie excavada se pinta luego con colores fuertes, rojo, blanco y negro.^[130] Los motivos son tallados en las puertas, liños y, aunque en menor medida, colondras. En su gran mayoría se trata de pequeños diseños agrupados en series. Los diseños de este estilo son de gran arraigo en el arte popular asturiano y europeo-atlántico.^[131]

Además de representaciones de vegetales, antropomórficas o zoomórficas -que simbolizan desde la fertilidad hasta la protección- las decoraciones incluyen:^[132]

• Motivos geométricos y símbolos abstractos.
• Motivos rectos, como cuadrados a manera de metopas, con surcos verticales u horizontales también tallados a bisel en su interior; otros cuadrados rellenos de combinaciones reticulares.
• Series de triangulillos o cuadrados a bisel, bien en líneas rectas dispuestas de forma aislada, bien en varias líneas paralelas, siempre horizontales; las mismas líneas cruzadas en aspa, o formando una cruz de brazos irregulares, e incluso en círculo; son muy abundantes en este grupo las series de líneas oblicuas, aveces dobles a modo de espina de pez.
• Cruciformes, como cruces de San Andrés y pequeñas cruces de retícula triangular.

Claramente resultan ser el plasmado del sustrato religioso y creencias ancestrales del pueblo asturiano. ^[133]

Otros elementos que se decoran en la parte superior del hórreo son los sobreliños, que suelen aparecen pintados o con su canto inferior tallado con "dientes de sierra" especialmente formando el característico arco sobre la puerta , y las cabezas de liños, muy frecuentemente tallados en representaciones antropomórficas o zoomórficas.^[134]

Hórreo de estilo Allande en Cangas del Narcea.

2. Hórreo de "Estilo Allande"

El hórreo de estilo Allande es característico de la región occidental de Asturias y sur oriental de Lugo. Resulta particularmente difícil establecer una cronología para este estilo, pues los que por sus piezas parecen más antiguos, no suelen tener talla alguna determinante que sirva como comparativa o que especifique fecha alguna.^[135]

Su decoración es sencilla, las decoraciones en madera son más austeras o incluso inexistentes (geométricas, circulares y aisladas en las colondras o las puertas) y sin ofrecer conjuntos decorativos como sucede en los estilos anteriores, y suelen estar en un sitio de gran visibilidad para plasmar las tallas en la fachada más próxima al camino o donde se abre la puerta de acceso.^[136] En este estilo se prioriza la funcionalidad sobre la estética . ^[137]

Tipología, decoraciones Hórreo estilo Allande.

Entre los motivos decorativos más frecuentes tenemos: Tetrasqueles formados por cuatro comas unidas en sus extremos que en antropología se le denomina de muy diversas formas: cruz esvástica vasca, cruz de cuatro vírgulas, etc.^[138]Según la dirección de las comas, el tetrasquel puede ser destrorso o sinestrorso, aunque muchas veces no están bien construidos y los brazos no siguen una misma dirección. El tetrasquel es, junto a la roseta hexapétala, el motivo más extendido y abundante de toda la geografía asturiana. Rosetas realizadas a compás, de cuatro, seis u ocho pétalos.^[139]La más común y extendida es la sexapétala, trazada a partir de un hexágono. Este diseño es de muy larga historia y ha sido calificado por Violant i Simorra como "el motivo popular por excelencia de toda Europa".^[140]

Rostro en hórreo de C. del Narcea, 1823.

Las caras, como en el resto de "estilos" también están presentes, siendo en el "estilo Allande" principalmente esquemáticas son un diseño bastante presente, las figuras que se consiguen son dispares, desde muy geométricas hasta otras algo más realistas. Los rostros más repetidos logran los ojos con dos comas opuestas y unidas por sus extremos. A veces en esa unión se coloca un botón o una "nariz". También puede figurarse la boca y en algunos las líneas del entrecejo.^[141]

Su construcción es algo más pequeña y compacta que la de otros Horrus. Algo que da un aspecto muy distintivo a estos hórreos de Allande es la pequeña altura de sus pies, casi siempre de madera, y la forma que adoptan éstos, mucho más rechonchos y toscamente trabajados. La techumbre a fines del siglo XVIII era mayoritariamente de paja de centeno en todo el área, si bien quedó reducida en el siglo XX al extremo más montañoso, al ser sustituida por Tsosa (tejas curvas o losas de pizarra).^[142] En algunos lugares del valle del río Argancinas también se usaban tablas de madera de roble.^[143]

Panera asturiana Cangas.

En el siglo XIX surgirá del estilo Allande el estilo decorativo que algunos autores clasifican como Estilo Cangas, presente en Cangas, Allande y Tinéo donde el número de paneras es muy superior al de hórreos, probablemente habiendo barrido las primeras a los segundos.^[144] En este modelo desaparece la decoración de diseños geométricos circulares, que son desplazados por una ornamentación arquitectónica concentrada en el corredor y en la puerta, utilizando baluartes torneados, buhardillas y otra serie de menudos detalles tomados de la arquitectura de las villas de recreo.^[145]

En la actualidad, se conserva menor número de hórreos con este estilo que de otros.^[146]

3. Hórreo de "Estilo Carreño"

Puerta de Hórreo estilo Carreño.

Panera estilo Carreño.

El hórreo de estilo Carreño tiene su presencia en zonas como la central y oriental de Asturias. El núcleo de máxima concentración del estilo coincide con el antiguo territorio de Gozón y la zona que abarca no es tan extensa como la de los estilos "Villaviciosa" y "Allande".^[147]

Este es uno de los más característicos y representativos. El estilo Carreño destaca por "la búsqueda del ornato".^[148]Para ello reparte por la fachada principal de la estructura una decoración muy cargada con muchos motivos, en su mayor parte son de inspiración vegetal y de tradición culta, que ademas de las tallas tradicionales incluye una distintiva y cargada policromía. Aunque puede incluir desde motivos geométricos, florales y astrales, así como representaciones antropomorfas y zoomorfas y es que según los estudios de la década de 1980 resultaba una tarea casi inabarcable tratar de establecer la tipología de los motivos usados por los maestros carpinteros del estilo decorativo Carreño.^[149] La libertad con que se tratan todos los temas y las múltiples combinaciones que se observan en el estilo son las causas de tal complejidad, que impiden la confección de una tabla exhaustiva y minuciosa de diseños. Si bien sí dan una serie de grupos de motivos:^[150] 1) Motivos vegetales, 2) Jarrones con flores, 3) Motivos geométricos 4) Figuras de animales, 5) Imágenes religiosas 6) Fachadas de edificios. El origen y motivo de empleo de las representaciones aún parece tener una fuerte carga simbólica, muchas veces ligada a creencias y supersticiones, siendo las mismas que se usan en los otros estilos. Suelen figurar por pares en una misma construcción, presentando simetría, y son frecuentes las inscripciones que indican la fecha de construcción y las firmas de los maestros carpinteros o los dueños.^[151]

Colondras en panera estilo Carreño.

Las formas vegetales son las más frecuentes en este estilo, y se tratan a veces con gran naturalismo, y otras son puras esquematizaciones.^[152] Como es natural, siempre dependerá de las habilidades y formación de los maestros carpinteros. Florón gallonado con forma circular, cuadrada o romboidal, Florón de cuatro u ocho hojas lanceoladas, a veces denticuladas y de aspecto carnoso. Ramas estilizadas con pequeñas hojas lanceoladas y terminadas por lo común en abanicos. Abanicos en diversas combinaciones. Combinación de florones circulares, cuadrados o romboidales con abanicos a sus lados. Jarrones con flores o vegetales, muy corriente en las artes decorativas desde tiempos lejanos y que ha sido interpretado por algunos etnógrafos europeos como si se tratara del "árbol de la vida", aunque su estilo artístico también los relaciona con los que se tallan en retablos o piedra en obras renacentistas y barrocas, donde aparte de su valor estético se puede intuir un símbolo de pureza.^[153]

El origen de este decorativismo tan recargado habrá que buscarlo en los talleres carpinteros ubicados en los centros urbanos de la región (Oviedo, Avilés, Gijón) y dedicados a la entalladura de retablos de iglesias y capillas.^[154] Su presencia en la decoración de paneras y hórreos pudo deberse a una influencia de estos talleres urbanos sobre otros más populares y centrados en la construcción de hórreos, que representarían también motivos tradicionales, pero con un estilo más culto. Se trata de la influencia del medio urbano, directa o indirectamente, en el rural.^[155]

4. Hórreo de "Estilo Somiedo"

Hórreo de montaña.

El llamado "Estilo Somiedo" hace referencia a los hórreos de montaña, no atiende a motivos decorativos sino arquitectónicos, pues estos destacan por su diseño adaptado a las particulares condiciones climáticas, orográficas y la disponibilidad de recursos de las zonas montañosas. Estas estructuras presentan una cámara de menor volumen y unos pegoyos de menor altura, dando un aspecto más bajo y robusto, facilitando la resistencia de nevadas y fuertes vientos en terrenos que, por lo general, presentan gran inclinación. Estos hórreos tienen una escasa decoración en comparación con otros estilos.^[156]Techo de tsosa generalmente o teitado . Los hórreos de este estilo fueron descritos a raíz del análisis de un conjunto del concejo de Somiedo.^[157]

5.El Hórreo de "Estilo Beyuscu"

Hórreo beyusco, Ponga.

El estilo Beyuscu se encuentra en áreas del centro-oriente de Asturias, incluye el Valle alto del Nalón, particularmente en las zonas de Sobrescobio, Caso, Ponga o Amieva. Una concentración particular se da en Los Beyos, donde se centraron históricamente los estudios centrados en este estilo constructivo y que por tanto como en los otros estilos, dio nombre a la edificación. A lo largo de los concejos donde se encuentran, los modelos son variados y no todos ellos presentan una descripción esquemática única, por lo que este estilo presenta un "espectro heterogéneo". Algunas de las soluciones arquitectónicas que se encuentran en los beyuscos muestran la evolución hacia los hórreos más elaborados que será posible encontrar en el resto del territorio asturiano.^[158]

Hórreos asturianos tipo y beyusco a escasos metros.

El gran interés que tienen estos hórreos radica en que los últimos estudios lo señalan como antecedente directo del Hórreo Asturiano "tipo", siendo este último una versión evolutiva más compleja de el primero, como ocurrirá después con la panera.^[159]Su rango de distribución actual, reducido a zonas aisladas de montaña, se explicaría del mismo modo que la ausencia de construcciones anteriores al siglo XVI, pues pese a su presencia en escritos, el relevo llevado a cabo durante los siglos posteriores por el modelo mayor y más complejo, habría desplazado la construcción.^[160] En el hórreo beyusco, las cubiertas son por lo general a dos aguas, como los demás graneros europeos, lo que refuerza la hipótesis de su carácter previo a la especialización del asturiano "tipo". La cámara del hórreo beyusco es bastante más pequeña que la del hórreo asturiano "tipo", siendo la mayoría rectangulares, aunque la diferencia entre los lados es muy reducida, dándole un aspecto cuadrado a simple vista.^[161] A pesar de su pequeño tamaño, los hórreos beyuscos suelen ser de propiedad compartida entre familias, por lo que el interior de la cámara se divide mediante tabique de varas entretejidas. La mayoría están divididos en dos espacios, situándose las puertas emparejadas en el frontal y aprovechando la viga´l quesu para fijar la separación. Estas construcciones tienen una decoración menos elaborada, predominando motivos geométricos y símbolos aislados con connotaciones cristianas o paganas, lo que refuerza la teoría de su mayor antigüedad.^[162]Su estructura y el nombre de sus elementos son los mismos que aquellos del Hórreo tipo, igual que ocurre con la panera. De la misma manera que ocurre con esta última, la diferencia radica en el tejado (más sencillo en el caso Beyusco, a dos aguas) y la planta (más pequeña y baja). ^[163]

Simbología y decoración en el hórreo asturiano

"Altar cristiano entre simbología pagana". Detalle en Colondra.

El hórreo asturiano no es solo una estructura funcional sino que también es una obra cargada de simbolismo que refleja las creencias, supersticiones, e identidad cultural de las comunidad asturiana, que hereda muchos rasgos de las comunidades prerromanas.^[164] La rica decoración y los elementos ornamentales que encontramos en los hórreos tienen un propósito que va más allá de la estética, como proteger el contenido del hórreo o a la familia propietaria, invocar prosperidad y manifestar el estatus de sus dueños.^[165]

La variedad de simbología empleada tiene su origen en distintos momentos de la historia del pueblo asturiano. Algunos de sus motivos están inspirados en el arte románico (o también se interpreta en la otra dirección, que el arte románico tome sus elementos decorativos del sustrato pagano europeo previo), y también en el prerrománico así como en el popular, siendo los diseños tallados más frecuentes los que tienen como base el círculo: rosetas, molinetes, estrellas, triángulos o cuadrados, alineados en semicírculo; cuadrados formados por yuxtaposición de líneas verticales y horizontales, etc.^[166] Otros motivos frecuentes son las cruces, aves, serpientes, herramientas, criaturas antropomórficas e incluso símbolos o escenas eróticas.^[167]

En cuanto a las decoraciones pintadas, éstas se realizan enmarcando el motivo con una línea de color que se rellena de colores planos (blanco, negro y rojo). Los motivos decorativos son similares a los tallados, incluso los propios tallados son rellenados de color. También existen decoraciones grabadas, es decir, sin talla previa o pintura propiamente dicha, para dibujos aislados o formas geométricas.^[168]

Precisamente, respecto a la importancia del arte románico, que en el caso asturiano debe incluirse el prerrománico en toda la vida religiosa del pueblo, controlada por el clero, la aristocracia, la nobleza^[169]

"El Románico, pues, no fue sólo un arte religioso, sino también aristocrático, expresión de la superioridad de los estamentos que ocupaban la cima de la pirámide social: nobleza y alto clero. Ambos fueron los promotores del arte, que, de este modo, cumplió dos funciones: ilustrar a los analfabetos y ensalzar a las clases dominantes para dejar asentado que aquel poder teocrático se ejercía por delegación divina, constituyendo, pues, las manifestaciones artísticas un instrumento propagandístico al servicio de los poderosos"

Comparativa motivos prerromanicos con liño de Hórreo en Caranga de Abajo.

La decoración existente en estas construcciones nunca pasó desapercibida para los estudiosos, pero su análisis y estudio en profundidad no empezará hasta la década de 1980.^[170]

Aún así, encontramos multitud de notas a cerca de estas construcciones. F. Canella escribiría en 1900 "son siempre -los hórreos- construcciones curiosas y no poco lujosas con singulares adornos de talla, pinturas vistosas en los lienzos y en los corredores". E. Frankowski dice en su libro en 1917:^[171] "Muchas veces las paredes de los hórreos, sobre todo de los que tienen una galería, están adornados con un dibujo original pintado en encarnado, azul y amarillo." W. Carié en 1942 recoge: "En la comarca interior de la Provincia de Oviedo, en la pared de madera blanqueada del hórreo se encuentran pintadas ruedas solares y cruces svásticas estilizadas".^[172]

Lo que resulta indudable es que las representaciones que se plasman en diversas partes del hórreo y la panera muestran todo el mundo del campesino: los animales, la vegetación, los elementos, los astros, su mundo espiritual e incluso a él mismo.^[173]

Tipología cruces en Hórreo Asturiano.

Simbología cristiana

Numerosos elementos de la simbología cristiana se inmiscuyeron con la simbología pagana. El cristianismo tardará siglos en convertirse en la religión predominante en Asturias, siendo practicada de una manera escasamente ortodoxa en algunas zonas de la región hasta el siglo XVIII. Así durante siglos el cristianismo y las creencias paganas locales habrían quedado inseparablemente unidas.^[174]Las cruces talladas o pintadas en las puertas, liños, y vigas de los hórreos tienen un propósito protector, actuando como amuletos contra el mal de ojo, los espíritus malignos y las desgracias desde una perspectiva católica. En muchos casos, estas cruces son sencillas, pero también pueden estar acompañadas de círculos o estrellas, reforzando su poder simbólico.^[175]

En muchos casos, en especial en los hórreos de mayor antigüedad, las cruces están figuradas como las cruces medievales de gemas incrustadas, que guardan gran similitud con las cruces de gran tradición en Asturias como la de la Cruz de los Ángeles o la Cruz de la Victoria.^[176]

Tipología cruces en Hórreos asturianos.

Detalle Hórreo de Anxel, Lloses.

Tipología motivos curvos en Hórreos Asturianos.

Rosetones y círculos solares

Estos motivos tienen raíces en tradiciones precristianas y se asocian con la energía vital y la prosperidad. Son comunes en toda la Europa atlántica, con gran tradición en las tierras asturianas. Así pueden encontrarse en herramientas cotidianas (como gaxapus, calderos o paletas), arcones, marcos etc. ^[177]

Un rosetón es un motivo decorativo en forma de círculo, frecuentemente utilizado en arquitectura, arte y diseño. Su forma radiante, a menudo dividida en secciones similares a los pétalos de una flor, tiene una larga historia simbólica que varía según las culturas y los contextos en los que se emplea. En el caso Astur, el rosetón se interpreta como un símbolo solar, que representa la fuente de luz, calor y vida por lo que en este contexto, su presencia en los hórreos asturianos invoca la fertilidad de la tierra y la prosperidad, esenciales en comunidades agrícolas. Estos motivos tienen raíces en tradiciones precristianas.^[178]

Una subclasificación dentro de los motivos circulares puede establecerse en:^[179]

1) Rosetas, del mayor esquematismo a cierta complejidad cuando se acompaña de otros trazados curvos, aunque generalmente se inscribe en un círculo bordeado de picos que reafirma su carácter astral. 2) Tetrásqueles formados por cuatro virgulas en cruz en una representación simbólica del movimiento. Este diseño se identifica tradicionalmente en Asturias con el signo de la buena suerte, además de poseer carácter solar. 3) Radiales de múltiples radios o de segmentos de arco dentro de un círculo, da lugar a diseños con significación solar más evidente.^[180]

Series de líneas en Hórreos Asturianos.

Motivos geométricos

Series de líneas en hórreo asturiano.

Triángulos, líneas entrelazadas y otros patrones decorativos que cumplen, además de un fin estético (destacando la habilidad del artesano), es interpretado como una herramienta protectora, ya que se creía que estos diseños confunden y ahuyentan a los espíritus malignos.^[181] Los motivos geométricos tienen probablemente un origen espiritual,^[182] pues pueden verse en lugares de culto y santuarios desde pinturas rupestres hasta en pórticos románicos. Los motivos que fundamentalmente se pueden clasificar en:^[183]

1) Aspas, Inscritas por regla general en un casetón rectangular, están conformadas por series de triángulos pintados en negro. En ocasiones, se destacan en color rojo. 2) Series en zig-zag, dispuestas vertical u horizontalmente, por lo común acompañan a otros diseños. 3) Flores tetrapétalas que se inscriben en un cuadrado o están delimitadas por pequeños rectángulos reticulados.

Figuras zoomorfas, vegetales, herramientas y antropomorfas

En algunos hórreos, especialmente los más ornamentados, se encuentran tallas de animales (como caballos, aves o serpientes) y figuras humanas estilizadas, antropomórficas o incluso herramientas. Estos elementos pueden representar símbolos de protección, poder o creencias específicas del propietario.^[184]

Detalles zoomorfos Hórreo de Anxel.

Zoomorfas

Puerta de hórreo pintada en Urbiés.

Detalle, Marco de puerta Hórreo de Cazanes.

Destaca la frecuente figura de la serpiente, la serpiente es un símbolo ambiguo que varía según el contexto, las costumbres y los tiempos. Representa tanto la virilidad como la dulzura, la maldad, la astucia, la tentación y el peligro. A menudo es vista como una manifestación del mal, el diablo o el "diañu", pero también encarnaría la astucia necesaria para vencer obstáculos y encontrar el camino hacia un futuro más seguro.^[185] Su dualidad refleja la lucha entre el bien y el mal, donde el mal se convierte en un elemento esencial que, al final, permite que el bien resplandezca y triunfe. Esta moral contradictoria, en la que la corrupción afecta tanto al clero, como a obispos, papas y señores feudales, también simboliza un "negocio" del mal que perdura a lo largo del tiempo, tanto en el pasado como en la actualidad. Las aves también tienen amplia presencia en la decoración de los hórreos y han estado presentes históricamente en el folklore astur.^[186] Según la interpretación etóloga, simbolizan mediadores entre el mundo de los muertos y los vivos también simbolizan la transición y los ciclos de la vida y la protección y los espíritus, como en el caso de la Diadema de Moñes.

Otros etnólogos señalan que mientras el ave representa el alma en el románico, aunque también en el mundo prerromano astur, la serpiente es el símbolo no cristiano del alma. A veces las representaciones de criaturas resultan especialmente difíciles de interpretar, pudiendo tratarse no de animales sino de bestias del imaginario popular.^[187]

Antropomorfas:

Antropomorfos con cabeza de ave. Camás.

Detalle. Hórreo de Prida, Buslaz.

No aparecen necesariamente en una escena coordinada con otros elementos, sino que en muchas ocasiones se encuentran aisladas. En algunos estilos es frecuente que intenten representar, al menos en la mayoría de los casos, a los dueños o carpinteros. Suelen tener atributos sexuales exagerados y, en ocasiones, si bien se distingue una figura humana (antropomórfica) no se están representando personas, aunque su interpretación varía.^[188]

Vegetales

Motivos vegetales tallados Panera de Ambás, Carreño.

Los motivos vegetales simbolizan la fertilidad de la tierra, esencial para la prosperidad del hogar. En las sociedades rurales, la abundancia de los cultivos era sinónimo de bienestar, por lo que la presencia de estos símbolos en los hórreos actúa como un deseo de continuidad y prosperidad. La representación de la naturaleza en los hórreos refuerza la relación profunda entre la economía tradicional asturiana y el medio natural que la rodea. Los motivos vegetales simbolizarían el ciclo constante de la vida.^[189] El grano almacenado en el hórreo, al igual que las plantas que crecen y renuevan la tierra, representaría la continuidad de la vida y la regeneración constante.^[190]Estos son muy variados, desde conjuntos de hojas de árboles silvestres, pero con propiedades protectoras o simbólicas (como robles o castaños) hasta flores, jarrones en los más recientes o follajes.

Motivos eróticos

En las sociedades agrícolas, como es el caso de la asturiana, los elementos relacionados con la fertilidad y la sexualidad eran esenciales en la vida cotidiana. En este sentido, los motivos eróticos en los hórreos asturianos se vinculan a las creencias sobre la fertilidad de la tierra y la abundancia de las cosechas. La idea de que la fertilidad humana y la fertilidad de la tierra están estrechamente conectadas es un tema recurrente en las tradiciones agrícolas y en las decoraciones de las estructuras rurales.^[191]

Talla fálica en cabeza de liñu.

Detalle, Hórreo de La Ribera.

Talla del Hórreo de Llorío, Laviana.

Uno de los elementos más comunes en cuanto a lo erótico en los hórreos asturianos es la presencia de falos o símbolos fálicos. Estos motivos están presentes en algunas decoraciones en madera o piedra. La representación del falo, en muchas culturas, es un símbolo de fertilidad y abundancia, ya que está asociado a la capacidad de procreación y de generar vida.^[192] En este caso, su presencia podría simbolizar la esperanza de buenas cosechas y la continuidad de la vida en la comunidad o la familia, como elementos que refuerzan la relación entre la energía vital de los seres humanos y el ciclo natural de la tierra.^[193]

En algunos hórreos se pueden observar figuras que representan parejas en poses entrelazadas o en representación de la cópula. Estas representaciones refuerzan la idea de la unidad entre lo humano y la naturaleza, la interacción entre el hombre y la mujer en su papel de procreadores y de impulso de la vida. Están profundamente conectados con las creencias agrícolas.^[194] En las sociedades rurales, la vida de la comunidad estaba intrínsecamente ligada a los ciclos naturales de la tierra (estableciendo un paralelismo con el ciclo de embarazo) y los hórreos, como estructuras dedicadas a la conservación de los alimentos, se veían como guardianes de la prosperidad y la fertilidad.^[195]

Inscripciones

Inscripción y tallas en panera.

Una de las manifestaciones más interesantes de este patrimonio son las inscripciones que a menudo aparecen en ellos. Estas inscripciones ofrecen detalles sobre su construcción, sus propietarios y las creencias de la comunidad. Estas incluyen dataciones, frases devocionales o refranes y advertencias.^[196]

Tallas e Inscripciones en Hórreo de Porceyo, Gijón.

Las más comunes son las Inscripciones constructivas, estas suelen indicar datos relacionados con la construcción del hórreo, como la fecha de construcción, una de las inscripciones más comunes, en que el hórreo fue erigido.^[197] Son frecuentes también las frases religiosas y protectoras o las oraciones, en una región profundamente religiosa, las inscripciones de este estilo aparecen rodeadas de simbología tanto cristiana como pagana. Estas frases buscan la protección divina para el hórreo, los bienes almacenados y la familia propietaria. "Ave María Purísima.", "Dios guarde esta cosecha." o "Jesús, María y José." Otras serían las de propiedad, estas inscripciones identifican al propietario del hórreo. Se grababan en las puertas, vigas o techos para evitar disputas sobre su propiedad.^[198] Por último, las inscripciones con mensajes populares, frases o refranes populares, cargados de sabiduría tradicional.^[199] La ubicación de las inscripciones suele ser cerca de las puertas (en las colondras contiguas, la propia puerta o el liñu), ya que es una parte visible y de fácil acceso. También pueden encontrarse en vigas y columnas, los aleros o las cornisas, y a menudo como parte del diseño ornamental.^[200]

Hórreo de finales del siglo XIX.

El declive de las tallas y el surgimiento de nuevas decoraciones profanas

Desde la segunda mitad del siglo XIX la talla y pintura de las paredes de la cámara dejarán de ser la decoración predilecta y, aunque seguirán estando presentes, aparecerán con gran fuerza nuevas formas de decoración que incluiría los balaustres torneados, los pasamanos recortados, las guardamalletas caladas, etc., que centrarán los esfuerzos del carpintero y el ebanista frente a las viejas tallas de la corondia. Debe verse en este cambio "de moda" la influencia sobre la mentalidad del campesino que tendrán las nuevas viviendas, permanentes o de veraneo, de los burgueses de comienzos de siglo: palacetes profusamente decorados con maderas recortadas, balconcillos y galerías con graciosos balaustres, guardamalletas de encaje, etc. Es la penetración en el mundo rural de elementos burgueses, urbanos y modernos.^[201]

La transmisión de estas influencias ha de buscarse en los maestros carpinteros del momento, quienes se trasladan a formarse en su oficio a talleres dedicados a la carpintería y ebanistería fina , localizados en las villas (Cangas, Tineo) e incluso sabemos que algunos de los últimos maestros completaron su aprendizaje en núcleos urbanos mayores, como Oviedo o Gijón.^[202]

El hórreo asturiano como elemento de memoria histórica

Las inscripciones, tallas y pinturas sirven como una forma de memoria histórica. Por ejemplo, en el concejo de Amieva, se conservan hórreos y paneras decorados en sus colondras y liños con dibujos que hacen referencia a la Guerra de la Independencia.^[203] Estos grabados, realizados por simples aldeanos anónimos, carecen de técnica pictórica formal pero representan escenas de combate con pelotones de soldados, oficiales que portan prendas de distintos rangos del ejército napoleónico, milicianos asturianos (sencillos aldeanos armados por ls Junta General del Principado de Asturias tras su proclamación como soberana en los compases iniciales de la contienda) e incluso la representación de La Muerte, en forma de esqueleto portando un sable.^[204]

Cabeza de liño tallada en bestia, Casu.

Un hórreo de El Pedrosu, en Vis, que albergaba una rica variedad de estos dibujos alusivos a la guerra, se ha derrumbado en los últimos años.^[205] Estos grabados ofrecen una visión única de cómo los habitantes de Amieva plasmaron su experiencia durante la invasión napoleónica, particularmente cruenta en Asturias a causa de la temprana declaración de guerra presentada por la Junta, utilizando los hórreos y paneras como lienzos para expresarse, fundamentales para la memoria colectiva de la región.^[206] También sirven las decoraciones en hórreos y paneras para el plasmado de distintos elementos del folklore nativo, aunque muchos de los actuales amos de las caserías nunca habían reparado en la presencia de las viejas tallas en sus graneros, a cuya sombra y amparo transcurrió toda su vida.

Comparativa etnográfica.

Por ejemplo, tenemos las tallas de bestias, ya sea en la cabeza de un liño, o pintadas, como en la escena de lucha entre un caballo y una criatura que, pese a ser clasificada como "indeterminada" por los etnólogos, presenta una fuerte semejanza a la de un Basilisco, un concepto que pese a ser traído de otras regiones, cuenta con gran tradición en Asturias en representación de espíritus malignos.^[207] Finalmente, resaltar el valor etnográfico de las tallas de rostros, interpretados con un valor simbólico de protección y vigilancia,^[208] pero también como un posible deseo del dueño o carpintero de ser inmortalizado de alguna manera en su construcción. Por ejemplo en estilo Allande lo esquemático de sus trazos ha llevado a muchos estudiosos a clasificar las llamativas prendas que portan como "tocado indeterminado", pero que guardan una indudable similitud con la tradicional prenda asturiana de la Montera Picona.

Proceso de construcción del hórreo asturiano

Fase 1: Disposición de los elementos de sustentación

El proceso comienza con la preparación del terreno, despejando y allanando si fuera necesario o mediante la construcción de un caramanchón. A continuación, la colocación de los pilares (pilpayos, pegoyu, muela y tazu) piezas fundamentales que cumplen varias funciones clave como en la repartición uniforme de la carga de toda la estructura, proporcionan una superficie de apoyo nivelada, para garantizar la estabilidad, compensar las irregularidades del terreno natural mediante su altura y aislar de la humedad del suelo.^[209] Sobre los pilpayos se colocan los pegoyus, los cuatro pilares de forma troncocónica. A continuación, la muela (piedra cuadrada o circular que evita el acceso de roedores) y finalmente el tazu (pieza superior que conecta con la estructura de madera).^[210]

Pilpayos, esquema colocación.

Mueles, esquema.

Pegollos, esquema.

Ensamblaje de trabes, esquema.

Fase 2: Colocación de las trabes y los sobigaños

Las trabes, vigas de madera largas, se apoyan directamente sobre las tazas, formando un bastidor que será la base de la caja del hórreo. Estas vigas se ensamblan mediante uniones machihembradas para garantizar estabilidad y firmeza.^[211]A continuación, el  sobigañu (viga transversal) se encaja en las trabes (a veces pueden añadirse varios sobigaños) completando la estructura básica de soporte.^[212]

Trabes, esquema.

Sobigañu, esquema.

Fase 3: Instalación de las pontas

Se colocan las pontas, (pontes), (tablones longitudinales) que sirven de base para el entarimado del suelo.^[213] Estas piezas se ajustan en las regaduras (ranuras) talladas en los laterales interiores de las trabes y descansan también sobre los sobigaños.^[214]

Pontes, esquema construcción.

Fase 4: Colocación de las colondras, engüelgos y la puerta

Colondra, esquema construcción.

Engüelgos, esquema construcción.

Las colondras, tablones que conforman los laterales del hórreo, se encajan en las ranuras superiores de las trabes y en las inferiores de los liños (vigas superiores). Los engüelgos, piezas angulares de madera, se colocan en las esquinas para reforzar la estructura.^[215] La puerta se inserta en lugar de una de las colondras, permitiendo el acceso al interior.^[216]

Fase 5: Montaje de los liños

Los liños, vigas que forman la parte superior de la caja, se colocan sobre las colondras. Estas piezas se ensamblan entre sí mediante uniones machihembradas, asegurando que la caja sea sólida y bien sellada.^[217]

Fase 6: Colocación de los sobreliños (durmientes) y las vigas del queso

Sobre los liños se colocan los durmientes, vigas horizontales que refuerzan la estructura. Las vigas del queso, piezas colocadas en forma de cruz, se empotran en las caras laterales interiores de los liños. En el punto donde estas vigas se cruzan se apoyará el puntal, eje central que sostendrá la cubierta.^[218]

Sobreliños y vigas del queso.

Fase 7: Ensamblaje de la armadura de la cubierta

Para la construcción de la cubierta, se comienza con la colocación del puntal, pieza vertical central que servirá de soporte principal. Luego, se colocan los aguilones (esquineros) y las tiyeras (vigas centrales en forma de triángulo). Estas piezas unen los liños y durmientes con la cumbre de la cubierta, creando una estructura sólida. Posteriormente, se ensamblan los agueros (vigas auxiliares) y las tercias, que unen y refuerzan toda la armadura.^[219]

Aguilones, esquema construcción.

Fase 8: Instalación de los cabrios

Cabrio Horru asturiano a la espera de ser tejado.

Los cabrios, piezas inclinadas que se apoyan sobre la estructura de la cubierta, se colocan para sostener el material de cubrición (teja, pizarra, o paja, según el tipo de hórreo). Estos cabrios son esenciales para distribuir el peso del tejado y garantizar su resistencia.^[220]

Cabrios, esquema.

Fase 9: Colocación del moño

El moño es un remate decorativo y funcional que se coloca en la cima de la cubierta. Su función principal es aportar estabilidad al vértice del tejado, evitando corrimientos en la techumbre y dotando a la construcción de personalidad.^[221]

Colocación del moño, esquema.

Fase 10: Disposición de la techumbre

Para completar la cubierta, se coloca la techumbre correspondiente: tejas árabes, Tsosas de piedra o teitu. Siempre comenzando desde el alero y avanzando hacia la cumbre en sentido ascendente. Superponiéndose los haces de yerba, tejas o tsosas ligeramente para mejorar la impermeabilidad, cubriendo un tercio de su longitud.^[222]

Colocación de la techumbre, esquema.

Fase 11: Uso de tentemozos

Los tentemozos son elementos adicionales que se colocan después de completar la cubierta. Funcionan como tirantes para reforzar la estabilidad del tejado y evitar que las piezas se desplacen.^[223]

Colocación de los tentemozos, esquema.

Fase 12: Instalación de la subidora y la tenovia.

Finalmente, se instala la subidora, una escalera principal de mampostería que permite el acceso al hórreo. Para conectar esta escalera con la entrada, se fija una tabla de madera conocida como tenovia, que se ancla a una de las trabes.^[224]

Adición de subidoria, esquema.

Etapas Adicionales: compartimentación y equipamiento ^[225]

1. División Interior:
   • Se realiza mediante tablones más finos o varas de madera, dividiendo el espacio en compartimentos para diferentes usos.
2. Equipamiento:
   • Trojes: Pequeños depósitos elevados entre 50 y 70 cm para almacenar diferentes tipos de grano.
   • Fresqueras: Cajones ventilados en el exterior para conservar alimentos que requieren frío.

El hórreo asturiano como seña de identidad

El hórreo ha sido una pieza de carácter práctico fundamental de la vida rural asturiana durante siglos y, con el tiempo, su omnipresente imagen en el paisaje asturiano le ha convertido en todo un icono turístico y cultural. El uso de su imagen transmite tradición, autenticidad y conexión con la naturaleza, valores muy presentes en Asturias. ^[226]

Sidra asturiana el Hórreo, 1905.

Cartel de 1941.

El desarrollo turístico de España en la segunda mitad del siglo XX fue un fenómeno clave en la transformación económica y social del país. Desde los años 50 hasta finales del siglo XX, España pasó de ser un país predominantemente agrícola y con una economía cerrada a convertirse en una de las principales potencias turísticas del mundo.^[227] Esto fue impulsado en gran parte por el Estado, especialmente durante la dictadura franquista y los primeros años de la democracia. La principal institución encargada de su promoción fue el Ministerio de Información y Turismo, creado en 1951 bajo el régimen de Franco.^[228] Resultó clave la creación de la imagen turística de España, para movilizar turistas tanto a nivel nacional como internacional. Aunque los polos de atracción turística fueron fijados en zonas como la Costa del Sol o Andalucía, sí hubo actividad turística, aunque menor, en otras regiones, como es el caso de Asturias. ^[229]

Los carteles turísticos muestran lo más típico y tradicional del lugar, en el caso de Asturias, abundan los trajes folclóricos (Paxuellu Asturianu), la sidra (sidre), monumentos culturales o naturales y el hórreo asturiano (horru).^[230]

Postal costumbrista asturiana.

Postal costumbrista asturiana.

Postal conmemorativa Sidra El Gaitero.

También fueron populares las postales sobre las llamadas "situaciones típicas del país". Estas postales experimentaron su auge entre finales del siglo XIX y principios del XX con la popularización de la fotografía y la expansión del correo postal. En España, las postales costumbristas fueron especialmente relevantes durante la primera mitad del siglo XX, en un contexto en el que el país aún mantenía fuertes tradiciones rurales y regionales. Además de como souvenir, con el auge del turismo desde los años 50, estas tuvieron un cierto papel político con la exaltación del regionalismo.^[231]Durante el franquismo, se usaron para reforzar el concepto de la "unidad en la diversidad" de España, destacando las costumbres regionales dentro de una visión controlada del folclore por parte de las autoridades del Estado. A partir de los años 80 y 90, las postales costumbristas fueron perdiendo popularidad en favor de imágenes más modernas y del desarrollo de la fotografía digital. Sin embargo, estas postales siguen siendo un testimonio valioso de la España tradicional y de cómo el país se representó a sí mismo durante gran parte del siglo XX. Para algunas personas son objeto de colección y algunas series se han re-editado en los últimos años. El uso del horru como seña de identidad y relación con la región llevó a la conocida marca Sidra El Gaitero a promocionarse en múltiples ferias y conciertos entre finales del S. XIX y principios del XX construyendo un hórreo a tamaño real utilizando exclusivamente botellas de sidra, uniendo así dos de los símbolos más representativos de Asturias: el hórreo y la sidra. ^[232]

El Hórreo ha sido interpretado como una representación simbólica de Asturias desde hace siglos. Por ello, las Casas de Asturias o los Centros Asturianos alrededor del mundo suelen contar con una de estas construcciones, generalmente un ejemplar auténtico importado desde Asturias, Así como también se ha utilizado como obsequio en distintas ocasiones por asociaciones o grupos de origen asturiano.^[233]

Hórreo en el Centro Asturiano de México.

El hórreo asturiano y la onomástica

La Onomástica, el uso de nombre propios en fincas, casas y otros bienes, tiene una gran tradición en Asturias y los Hórreos asturianos no son la excepción.^[234] Estos nombres no tienen necesariamente relación con los de la familia propietaria, el pueblo o lugar donde se emplacen, son sencillamente otra marca de personalidad que adquiere la construcción o la propiedad y que es muy frecuente en territorio asturiano.

Hórreo de La Regalina, Valdés.

Muchos son conocidos a nivel local o incluso solamente familiar, pero algunos de estos nombres gozan de gran fama en la región, haciendo que desde cualquier punto de la geografía asturiana se sepa de que hórreo se está hablando solamente con oír su nombre, tal es el caso de La Regalina o el de Éndriga.^[235] De hecho, son más los hórreos asturianos que conservan nombre (ya sea este un nombre conocido en toda la zona o simplemente por la familia propietaria)^[236] que los que no, lo que indica que los que tienen no son una excepción, sino que dotar de nombre propio a esta construcción tan vital en la vida cotidiana del mundo rural era la norma, y aquellos que a día de hoy no tienen sencillamente lo habrán perdido en el transcurso de los años.

El hórreo asturiano en la actualidad

Antiguo hórreo asturiano abandonado y desaparecido.

El hórreo asturiano, uno de los símbolos de la cultura rural del Principado de Asturias, sigue siendo una construcción muy presente en el paisaje de la región.^[237] Aunque su función tradicional como almacén de grano y alimentos ha disminuido, su valor patrimonial, turístico y arquitectónico lo mantiene vigente. Sí es cierto que ha experimentado un notable declive desde mediados del siglo XX, hasta esta época, el hórreo y la panera se mantuvieron en pleno uso.Sin embargo, a partir de entonces, su utilidad comenzó a disminuir. Este proceso se debe a diversos factores que han afectado tanto a su número como a su conservación. ^[238]

Causas del Declive

1. Cambios en las Prácticas Agrícolas: La modernización de la agricultura y la introducción de nuevos métodos de almacenamiento han reducido la necesidad de hórreos para conservar cosechas. Además el motor económico de la región ya no es la labor agrícola, por lo que el carácter más estrictamente práctico de estas construcciones se ha visto reducido.
2. Despoblación Rural: El éxodo de población desde áreas rurales hacia zonas urbanas, en gran parte por el cambio de motor económico de Asturias del sector primario al servicios, ha llevado al abandono de muchas construcciones tradicionales, incluyendo hórreos.^[239]
3. Falta de Mantenimiento: El abandono y la falta de cuidados han provocado el deterioro de numerosas estructuras, algunas de las cuales han colapsado o en algunos casos han sido demolidas, aunque esto último está muy controlado por la administración debido a la legislación vigente.^[240]

Centro de Interpretación del Hórreo Asturiano.

Pese al evidente declive, aún está muy presente. Aún se cuentan en el Principado con más de 500 hórreos con más de cinco siglos de antigüedad,^[241] siendo el más antiguo aún en pie registrado (registrado) en Villaviciosa, del año 1505.^[242] En los últimos años son varias las iniciativas de protección y restauración buscan frenar este declive y realizar labores de difusión y concienciación sobre la importancia en la correcta preservación de estas estructuras, tanto a nivel administrativo, por parte del Gobierno del Principado de Asturias, como por iniciativas privadas. Aún así muchos hórreos aún enfrentan riesgos debido al abandono y la falta de recursos para su mantenimiento. ^[243]

Arquitectura moderna y el hórreo asturiano

Hórreo de nueva construcción.

La arquitectura moderna ha tenido repercusiones en el hórreo asturiano a través de su conservación y adaptaciones contemporáneas. Los nuevos materiales y técnicas han hecho que algunos elementos y técnicas tradicionales se reemplacen por otros más modernos, son los llamados "hórreos de albañilería". Además, pese a que la función del hórreo tradicional era almacenar grano y protegerlo de la humedad y los roedores, en la actualidad, se han explorado nuevas funciones y elementos que permiten que este emblema de la arquitectura rural se mantenga relevante y funcional en el siglo XXI. Además, las asociaciones recuerdan que una casa con un hórreo o panera, aunque sea recuperada y convencional, incrementa su valor en el mercado inmobiliario.^[244]

Viñeta polémica hórreo.

Estas reinterpretaciones de la arquitectura tradicional también han dado lugar a debate en los últimos años, entre quienes consideran que la modernización es la ruta de salvación para el Hórreo Asturiano y la perspectiva más purista, que considera que su modernización conlleva la pérdida de su esencia.^[245]

Los hórreos como alojamientos

Una de las formas más creativas de adaptación y reinterpretación del hórreo ha sido su conversión en espacios habitacionales o incluso hoteles. En algunas regiones de Asturias, la tendencia ha sido rehabilitar hórreos como casas rurales o habitaciones de hotel,^[246] lo que no solo da nueva vida a estas estructuras, sino que también las convierte en una atracción turística. Gracias a las actualizaciones normativas recientes,^[247] se han levantado ciertas restricciones para los hórreos que no cuentan con protección integral, permitiendo que puedan tener usos distintos al original, como habitacionales o comerciales, siempre que se respeten ciertos criterios.^[248]

Casa hórreo: Algunos propietarios o emprendedores han decidido convertir los hórreos en pequeños alojamientos rurales. La estructura original se mantiene, pero se le añaden elementos modernos de confort, como aislamiento térmico, electricidad y baños completos. Se preservan las características de la arquitectura tradicional, como el tejado a dos aguas y las columnas de madera, mientras que el interior se adapta a las necesidades contemporáneas.^[249] Hórreos-hoteles: Algunos hoteles rurales han incorporado hórreos adaptados como habitaciones temáticas. De este modo, los visitantes pueden experimentar el ambiente de la arquitectura rural asturiana sin renunciar a las comodidades modernas. El resultado es un equilibrio entre lo antiguo y lo moderno.^[250] Esta explotación económica del patrimonio tradicional también es un debate recurrente de los últimos años.^[251]

Casas Hórreo en Perlora.

Un ejemplo de esta nueva interpretación del Hórreo asturiano es el de las casas hórreo de la Ciudad de Vacaciones de Perlora, en el concejo de Carreño. Estas casas hórreo no son reconstrucciones de hórreos antiguos, sino nuevas edificaciones que imitan la estructura tradicional del hórreo, pero con materiales y técnicas modernas. ^[252]

Tienen la forma de un hórreo clásico con columnas , pero están pensadas para ser viviendas completas, con cocina, salones, baños, etc. Se combinan elementos tradicionales (madera, piedra) con nuevos materiales como acero y cristales. La estructura mantiene la esencia rural, pero busca integrarse en el contexto moderno.^[253]

Nuevos elementos en la arquitectura del hórreo

Hórreo de nueva construcción.

Con el paso del tiempo, el uso del hórreo asturiano ha experimentado algunas modificaciones para adaptarlo a las necesidades actuales, incorporando nuevos elementos como luz eléctrica, canalones, y otros sistemas modernos de conservación y funcionalidad.^[254]

Iluminación y ventilación pues pese a que los hórreos tradicionales no tenían electricidad, hoy en día, muchos de ellos se adaptan para tener luces para proporcionar una iluminación eficiente. Además, se incorporan ventiladores o ventanas para mejorar la ventilación. También se ha generalizado la instalación de canalones y desagües para mejorar el sistema de drenaje controlado y evitar la acumulación de agua en el cabrio, lo que puede deteriorar la madera.^[255] Algunos incorporan aislamiento térmico como es el caso de los hórreos rehabilitados para vivienda, mediante paneles de fibra o espuma que permiten mantener el interior cálido en invierno y fresco en verano.

El hórreo asturiano, a pesar de su declive como almacén de grano, sigue siendo un elemento arquitectónico vivo.^[256]En la actualidad, se considera tanto un símbolo del patrimonio cultural como una estructura funcional que busca adaptarse a los nuevos cambios.^[257] Su capacidad para albergar nuevas tecnologías y convertirse en espacios habitables asegura su incorporación en la arquitectura moderna y resulta, para algunos, el camino para que este símbolo de la identidad asturiana no solo sea adecuadamente conservado, sino que continúe siendo un elemento útil.^[258]

El hórreo asturiano y la legislación del Principado de Asturias

La protección del hórreo asturiano es fundamental para preservar un emblema de la cultura, la arquitectura y la historia de Asturias.^[259] A lo largo de las décadas, han existido diversas normativas, leyes y regulaciones que buscan garantizar la conservación de estos elementos arquitectónicos, que son una parte esencial del patrimonio rural asturiano.^[260]

1. Ley del Patrimonio Cultural de Asturias (Ley 1/2001, de 6 de marzo)

La Ley 1/2001, también conocida como Ley del Patrimonio Cultural de Asturias, establece el marco legal que regula la protección, conservación y divulgación del patrimonio cultural de la región, incluyendo los hórreos y las paneras.^[261] Esta ley tienecomo una de sus principales finalidades aquella de preservar las manifestaciones culturales más representativas de la comunidad autónoma.^[262]

Esta ley clasifica los bienes del patrimonio cultural en distintas categorías, y los hórreos son considerados dentro del patrimonio etnológico. Además regula los instrumentos de protección, lo que implica que cualquier intervención o restauración debe ser realizada respetando su valor histórico y arquitectónico.^[263] La ley establece que no se podrán realizar modificaciones que alteren la esencia de los elementos estructurales. A raíz de esta se produce una catalogación y regulación que establece la obligación de realizar un inventario o catálogo de los bienes patrimoniales, permitiendo documentar los hórreos y otras construcciones rurales. Esto facilita las tareas de conservación y las intervenciones necesarias para su restauración.^[264]

Todo ello regulando la responsabilidad pública y privada, estipulando que el Gobierno del Principado de Asturias tiene la responsabilidad de proteger estos elementos, pero también impone obligaciones a los propietarios de los hórreos, exigiendo su conservación y, en algunos casos, intervenciones para evitar su deterioro.^[265]

Destacan:

• Artículo 20: Protección de bienes etnológicos, que establece las condiciones bajo las cuales los elementos arquitectónicos como los hórreos están protegidos y regulados.^[266]
• Artículo 31: Menciona la necesidad de contar con planes de protección para aquellos bienes que se consideren especialmente relevantes.^[267]

2. Plan de Ordenación del Territorio de Asturias (POTA)

En el marco de la ordenación del territorio, Asturias cuenta con el Plan de Ordenación del Territorio (POTA), que establece regulaciones para el uso del suelo y la protección de los elementos de valor patrimonial, entre los que se incluyen los hórreos y las paneras.^[268] Regula unas zonas de protección, clasificando los territorios donde se encuentran los hórreos y otros bienes de interés cultural. Establece áreas de protección en las que no se pueden realizar intervenciones sin contar con la autorización de las autoridades competentes, con el fin de mantener intacto el paisaje y los elementos arquitectónicos tradicionales.^[269] Las regulaciones urbanísticas controlan la forma en que se pueden realizar intervenciones urbanísticas en las zonas rurales de Asturias, limitando las construcciones de carácter contemporáneo que puedan afectar el carácter de la arquitectura tradicional, incluida la de los hórreos.^[270]

3. El Decreto 51/2001, de 5 de julio: Normativa sobre los Hórreos y Paneras

Este decreto establece las normas específicas que regulan la conservación de hórreos y paneras en Asturias, brindando directrices claras sobre su restauración y conservación. Aunque fue una normativa específica que complementaba la Ley del Patrimonio Cultural de Asturias, este Decreto proporcionaba detalles más concretos y prácticos sobre los criterios y procedimientos para la restauración de los hórreos. Sus puntos clave son:

• Restauración y conservación: El Decreto detalla las técnicas adecuadas para restaurar los hórreos, priorizando el uso de materiales originales y métodos tradicionales.^[271]
• Criterios estéticos y técnicos: Establece que las intervenciones deben respetar la fisonomía original del hórreo. Por ejemplo, las restauraciones deben mantener las columnas de madera, las tejas de barro y el uso de la madera autóctona en la estructura.^[272]

Posibles modificaciones y adaptación:

• En 2017, hubo una modificación de este Decreto en relación con los hórreos y las paneras, lo que permitió que algunas de estas estructuras pudieran reconvertirse en viviendas o en uso turístico (ej. como casas rurales). No obstante, estas modificaciones deben respetar los elementos esenciales de las construcciones originales.^[273]

4. La Declaración de Bien de Interés Cultural (BIC)

En algunos casos, los hórreos han sido declarados Bienes de Interés Cultural (BIC), una categoría dentro de la legislación española que concede máxima protección a las construcciones de gran valor histórico, cultural o arquitectónico. Este tipo de declaración se realiza a nivel local o autonómico y tiene como objetivo preservar estas estructuras de la destrucción y el deterioro.^[274]

Los hórreos declarados BIC están sujetos a una protección integral, lo que significa que cualquier tipo de reforma o restauración debe estar autorizada por las autoridades competentes y debe cumplir con los criterios establecidos por la normativa.^[275]

Esta se aplica sobretodo a los hórreos más antiguos o emblemáticos de la región.^[276]

5. Regulación de las intervenciones en la zona rural

Las leyes de ordenación del territorio y el urbanismo en Asturias también regulan las intervenciones en la zona rural, donde muchos hórreos están ubicados. Estas regulaciones limitan el tipo de construcciones y modificaciones que se pueden realizar en áreas rurales para evitar la disminución del valor cultural de la arquitectura tradicional.^[277]