En Castilla han sucedido a lo largo de la historia varias guerras civiles.

Alta Edad Media

Durante la Alta Edad Media no se suele emplear la expresión "guerra civil castellana", en un periodo en el que la formación del condado de Castilla, primero dependiente y luego independiente del reino de León (932), se encuadra en la dinámica inicial de la Reconquista y la Repoblación, en el que los enfrentamientos bélicos eran consustanciales a la conformación social del territorio castellano, fronterizo entre cristianos y musulmanes, y entre los propios núcleos cristianos, de una forma que se ha llegado a describir como "la guerra como oficio".[1]

Plena Edad Media

Durante la Plena Edad Media sí que se refieren conflictos caracterizados por divisiones internas en "banderías" en el conjunto territorial en el que se encuentra el antiguo condado, que se comienza a denominar reino de Castilla, junto al reino de León, cuya unión se va realizando y deshaciendo sucesivamente (únicamente se habla de "Corona de Castilla" desde 1230 con Fernando III "el Santo"):

«¿Qué tenéis, conde, que decir de mi barba?

«Que desde que nació con honor fue criada;

«que por hijo de mujer nunca jamás fue mesada,

«no me la mesó hijo de moro ni de cristiana,

«como yo os la mesé, conde, en el castillo de Cabra.

«Cuando tomé a Cabra y a vos también por la barba;

«no hubo entonces muchacho, que no mesó su pulgada;

«de la que yo os mesé aún se os nota la falta.

«¡Aquí la traigo yo en esta bolsa alzada!»[2]

El Tratado de Sahagún solucionó temporalmente las tensiones surgidas en la zona fronteriza entre los reyes de León y de Castilla dejando en una posición de inferioridad al reino leonés frente al castellano. Sancho III había forzado a Fernando II a una serie de concesiones que evidenciaban el apoyo del monarca castellano a la nobleza que poseía intereses en la frontera entre ambos reinos. Esto le colocaba en una posición privilegiada si se decidía a una intervención armada en el futuro sobre el reino leonés. No se llegó a producir, puesto que la muerte prematura del monarca castellano en primer lugar, y en poco tiempo la de su tía, la infanta Sancha, precipitó los hechos y Fernando II se aventuró en la Tierra de Campos con el objetivo claro de someter a la nobleza castellana que se debatía en la lucha por la tutela del rey Alfonso VIII y por el control del espacio del Infantazgo de Campos que se había quedado sin titular. La suerte de los tres condes desnaturalizados de León fue distinta. Fernando II los readmitió de nuevo en su reino, pero, si bien la carrera de Ponce de Minerva siguió siendo bastante luminosa al lado del monarca leonés hasta 1168, la de Ponce de Cabrera sufrió un cierto parón, si lo comparamos con su trayectoria en el reinado de Alfonso VII... a pesar de seguir manteniendo su título de mayordomo real y las tenencias de Sanabria y Zamora. Sus descendientes siguieron estando vinculados al rey de León y desempeñando cargos y tenencias importantes para él. Osorio Martínez, sin embargo, no mejoró en su relación con el monarca leonés tras el tratado de Sahagún y, ... desde sus dominios de Villalobos combatió, aliado al linaje castellano de los Lara, al rey leonés cuando éste, tras la muerte de su tía la infanta Sancha, penetró en el Infantazgo y tomó varios lugares, entre ellos Villalobos. Osorio Martínez encontró la muerte en 1160 a manos de su yerno, Fernando Rodríguez de Castro, castellano que combatía en las filas del rey de León. ... la actitud de estos tres nobles... [pone] de manifiesto la importancia de la aristocracia con intereses en la zona fronteriza entre el Cea y el Pisuerga de cara a garantizar la estabilidad política de los reinos de Castilla y de León durante la Alta y la Plena Edad Media. La vinculación personal de estos nobles hacia uno u otro monarca, como había sucedido ya en el pasado, hizo que ... la frontera castellano-leonesa estuviera fluctuando en la zona terracampina hasta 1230.[4]
  • Desde 1214, durante el breve reinado de Enrique I (todo él en minoría), Álvaro Núñez de Lara se subleva contra la regente, Berenguela de Castilla (hermana de Enrique —ambos son hijos de Alfonso VIII—), apoyada por el mayordomo Gonzalo Rodríguez Girón. A la muerte de Enrique (1217), Berenguela consigue que se corone rey de Castilla a su hijo Fernando (el futuro Fernando III "el Santo", hijo de su matrimonio anulado con Alfonso IX de León). El rey leonés apoya a los Lara contra su propio hijo y exmujer hasta el Pacto de Toro (26 de agosto de 1218).
  • Desde 1272 se producen rebeliones nobiliarias contra la política "imperial" de Alfonso X "el Sabio", protagonizadas por los Lara.[5] La parte final del reinado de Alfonso X, especialmente entre 1282 y 1284, hubo hostilidades abiertas entre los partidarios del infante Alfonso de la Cerda y los del príncipe Sancho (futuro Sancho IV).
En 1275, Fernando de la Cerda, hijo mayor de Alfonso X, murió en Ciudad Real cuando se dirigía a la Frontera para enfrentarse a los benimerines, quienes habían cruzado el Estrecho. La Crónica de Alfonso X detalla cómo, desde ese momento, se planteó el conflicto sucesorio que su fallecimiento acarreaba. Mientras que Juan Núñez de Lara se comprometió ante el agonizante Fernando a criar a su hijo, Alfonso, y defender sus derechos al trono como sucesor del rey Sabio, el otro gran magnate del reino, Lope Díaz de Haro, se vinculó al infante Sancho, para que fuera este quien heredase la corona.

...

[El conflicto en torno a la legitimidad regia subsisitó durante más de un siglo]:

En 1386, Juan de Gante, duque de Lancaster y tío de Ricardo II de Inglaterra, aspiraba a ocupar el trono castellano en razón de su matrimonio con Constanza, hija del depuesto y asesinado Pedro I. Frente a esta amenaza, Juan I defendió sus derechos afirmando que él procedía del linaje de los de la Cerda, por su madre la reina doña Juana, que era nieta de don Alfonso de la Cerda, e visnieta del infante don Ferrando de la Cerda, que con derecho avía de heredar los regnos de Castilla, porque fue fijo legítimo primogénito del rey don Alfonso.

  • Entre 1295 y 1301, el conflicto sucesorio se reactivó como consecuencia de la minoría de Fernando IV, produciéndose enfrentamientos entre los partidarios de los infantes de la Cerda y los partidarios la María de Molina, viuda de Sancho y regente en nombre de su hijo Fernando. El reinado efectivo de Fernando IV siguió siendo conflictivo hasta su muerte en 1312 (en circunstancias que motivaron su mote de "el Emplazado").
  • Entre 1312 y 1325, de nuevo se produjo una minoría conflictiva, la de Alfonso XI, en la que ejercieron la regencia los infantes Pedro y Juan "el de Tarifa" (ambos muertos en el Desastre de la Vega de Granada, 25 de junio de 1319),[7] de nuevo María de Molina (abuela de Alfonso); y desde la muerte de ésta (1321) lucharon por ejercer la regencia Juan de Haro "el Tuerto" y el infante don Juan Manuel, dividiéndose entre ellos las preferencias de altos nobles y ciudades. Incloso durante la mayoría de edad del rey Alfonso continuaron las abiertas hostilidades entre los bandos nobiliarios, incluido el del propio rey, que tuvo que asentar su autoridad con gran violencia.
... al propio tiempo emplear, no ya la dureza y el rigor, sino a veces la violencia, a veces hasta la traición y alevosía en los tratos y guerras con sus vasallos rebeldes, de que había dado ya ejemplos con don Juan el Tuerto y con Alvar Núñez de Osorio. Eran los principales que se mantenían en rebelión el infante don Juan Manuel, don Juan Núñez de Lara y don Juan Alfonso de Haro, a quienes no había podido ni hacer que le ayudaran en la guerra contra los moros, ni atraer a su obediencia y servicio, antes continuaban corriendo y devastando la tierra en León y Castilla.[8]
... ordenaba ajusticiar a Juan "el Tuerto"; se iniciaron, así, las justicias o castigos que han ortorgado a Alfonso XI el sobrenombre de "el Justiciero", inspiradas en las que tiempo atrás había impulsado su abuelo, Sancho IV, y destinadas, igualmente, a apaciguar el país y a dominar a la levantisca nobleza. ... Fue el deseo de someter a la nobleza el que le llevó a casar con María de Portugal [incumpliendo un compromiso previo con la hija de Don Juan Manuel] y a concertar el matrimonio de su prima Blanca con el heredero del trono luso, pues a través de esa política matrimonial pretendía evitar que los nobles rebeldes obtuvieran ayuda del monarca portugués. Sin embargo, lo cierto es que los comienzos de su reinado contemplaron la reincidente rebeldía de don Juan Manuel, a la vez que el desacierto del valido del rey Álvar Núñez de Osorio, provocaba la sublevación de las ciudades castellanas. Pero el monarca logró capear el temporal, despidiendo a su privado y aplacando el descontento de ciudades y nobles, a la par que se concertaba con los reyes de Aragón y Portugal (1329), fortaleciendo considerablemente su posición. También en estos años iniciales... obtuvo de Alfonso de la Cerda la definitiva renuncia a sus derechos al trono castellano (1331)... Zanjado el ya prolongado pleito dinástico, el soberano se coronó solemnemente en Burgos (1332). Empero, esa solemne coronación mostró también con claridad las diferencias que separaban al rey de algunos de los más importantes magnates del reino. No acudieron a ella ni don Juan Manuel ni Juan Núñez de Lara. ... Ambos magnates se aliaron con el rey de Aragón, Pedro IV, enfrentado a su madrastra, la reina viuda Leonor, que era hermana de Alfonso XI, y con el rey de Portugal (1336). ... La guerra fue efímera, terminando en 1337. Su finalización no sólo supuso la recuperación de la concordia entre Castilla y Portugal, sino también el definitivo sometimiento de la nobleza a la Corona, debido a un acuerdo que fue ratificado en las Cortes de Burgos de 1338.[9]
...ricos ommes o infanzones o caballeros o otros ommes poderosos an fecho algunos males así commo en cercar algunas villas o los lugares del rey o en robar o en quemar o en toller panes o viñas o otras cosas de las villas e de los lugares del rey...
A mi todos miedo me han,

tiénenme por natural,

salvo si es don Johan

que quiso siemple mi mal

e me fizo crua guerra

con poder de robadores,

estragome la mi tierra,

matome mis labradores,

[si se tiene en cuenta la gran cantidad de "Don Juanes" que se contaban entre los enemigos del rey -Juan "el Tuerto", Juan Manuel, Juan Núñez de Lara, Juan Alonso de Haro-, además de uno de los primeros regentes -Juan "el de Tarifa"-, la lectura de ese "A mi todos... salvo si es don Johan" puede ser irónica]

...

Castilla anda robando

don Juan Núñez de Lara

Corridas vos ha las tierras

e mata vos los labradores

a Campos face guerras

con poder de robadores

Poema de Alfonso Onceno (229-230 y 461-462)[12]

Baja Edad Media

Más comúnmente la bibliografía denomina "guerra civil castellana" a conflictos internos de la Corona de Castilla durante la Baja Edad Media:

Es muy significativo el tratamiento que hacen las obras literarias de los enfrentamientos civiles, como algo cotidiano. Aquí, el desafío de doña Cuaresma a don Carnal:

Sepades que m'dexieron que ha cerca de un año

que anda don Carnal sañudo, muy estraño,

astragando mi tierra, faciendo mucho daño,

vertiendo mucha sangre: de lo que más me asaño

Decilde de todo en todo que de oy en siete días

la mi persona misma e las compañas mías

iremos pelear con él e con sus porfías:

...

Posó el emperante en sus carnicerías,

venienle a obedecer villas e alcarías ;

dijo con gran orgullo muchas bravas grandías.

Comenzó el fidalgo facer caballerías,

matando e degollando e desollando, reses

dando a cuantos veníen: castellanos e ingleses

todos le dan dineros, dellos le dan torneses.

Cobra cuanto ha perdido en los pasados meses

Libro del buen amor (versos 1070-1072 y 1223-1224)[14]

Edad Moderna

Notas

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