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Mijaíl Glinka

compositor ruso De Wikipedia, la enciclopedia libre

Mijaíl Glinka
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Mijaíl Ivánovich Glinka (en ruso: Михаил Иванович Глинка; Novospásskoie, Gobernación de Smolensk, 1 de junio de 1804-Berlín, 15 de febrero de 1857) fue un compositor ruso, considerado el padre del nacionalismo musical ruso.[1][2]

Datos rápidos Información personal, Nacimiento ...
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Noche de verano en Madrid. Edición de Mitrofán Beliáyev. Leipzig, 1901
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Biografía

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Glinka nació en la aldea de Novospasskoye, cerca del río Desna, en la Gobernación de Smolensk del Imperio ruso (actualmente en el distrito de Yelninsky del Óblast de Smolensk). Su adinerado padre se había retirado como capitán del ejército, y la familia tenía una sólida tradición de lealtad y servicio a los zares, y varios miembros de su extensa familia tenían un gran interés cultural. Su tatarabuelo fue un noble de la Mancomunidad de Polonia-Lituania, Wiktoryn Władysław Glinka, del escudo de armas de Trzaska, quien recibió tierras en el voivodato de Smolensk. En 1655, Wiktoryn se convirtió a la ortodoxia oriental con el nuevo nombre de Yakov Yakovlevich (Jacob, hijo de Jacob), y continuó siendo propietario de sus tierras bajo el zar. El escudo de armas se le otorgó originalmente tras su conversión del paganismo lituano al catolicismo, según la Unión de Horodło.[3][4]

Mijaíl fue criado por su sobreprotectora y consentidora abuela paterna, quien lo alimentaba con dulces, lo envolvía en pieles y lo confinaba en su habitación, que se mantenía a 25 °C (77 °F). En consecuencia, se volvió un poco hipocondríaco y, más tarde, recurrió a los servicios de numerosos médicos y a menudo fue víctima de charlatanes. La única música que escuchó durante su confinamiento juvenil fueron las campanas de la iglesia del pueblo y las canciones populares de los coros campesinos que pasaban por allí. Las campanas de la iglesia estaban afinadas con un acorde disonante, por lo que sus oídos se acostumbraron a la armonía estridente. Mientras que su niñera a veces cantaba canciones populares, los coros campesinos que cantaban con la técnica podgolosochnaya (un estilo improvisado, literalmente "bajo la voz", que utiliza armonías disonantes improvisadas debajo de la melodía) influyeron en su independencia de las suaves progresiones de la armonía occidental.

Tras la muerte de su abuela, se mudó a la finca de su tío materno, a unos 10 kilómetros de distancia, donde escuchó la orquesta de este, cuyo repertorio incluía a Haydn, Mozart y Beethoven. A los diez años, aproximadamente, los escuchó tocar un cuarteto para clarinetes del compositor finlandés Bernhard Henrik Crusell, lo cual le impactó profundamente. «La música es mi alma», escribió muchos años después, recordando la experiencia. Mientras su institutriz le enseñaba ruso, alemán, francés y geografía, también recibió instrucción en piano y violín.

A los 13 años, Glinka viajó a la capital, San Petersburgo, para asistir a una escuela para hijos de la nobleza. Aprendió latín, inglés y persa, estudió matemáticas y zoología, y amplió considerablemente su experiencia musical. Recibió tres clases de piano de John Field, el compositor irlandés de nocturnos, quien pasó un tiempo en San Petersburgo. Luego continuó sus clases de piano con Charles Mayer y comenzó a componer.[3]

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Glinka en 1856.

Al terminar la escuela, su padre quiso que se incorporara al Ministerio de Asuntos Exteriores, y fue nombrado subsecretario del Departamento de Carreteras Públicas. El trabajo ligero le permitió a Glinka integrarse en la vida de aficionado a la música, frecuentando los salones y las reuniones sociales de la ciudad. Ya componía una gran cantidad de música, como romances melancólicos que divertían a los aficionados adinerados. Sus canciones se encuentran entre las partes más interesantes de su obra de este período.

En 1830, por recomendación médica, Glinka viajó a Italia con el tenor Nikolai Kuzmich Ivanov. Recorrieron Alemania y Suiza a un ritmo pausado, antes de establecerse en Milán. Allí, Glinka tomó clases en el conservatorio con Francesco Basili. Tenía dificultades con el contrapunto, que le resultaba tedioso. Después de tres años escuchando cantantes, conquistando mujeres con su música y conociendo a personajes famosos como Mendelssohn y Berlioz, se desencantó de Italia. Comprendió que la misión de su vida era regresar a Rusia, escribir a la usanza rusa y hacer por la música rusa lo que Donizetti y Bellini habían hecho por la música italiana.

Su regreso lo llevó a través de los Alpes, y se detuvo un tiempo en Viena, donde escuchó la música de Franz Liszt. Permaneció cinco meses más en Berlín, donde estudió composición con el distinguido maestro Siegfried Dehn. Un Capricho sobre temas rusos para dúo de piano y una Sinfonía inacabada sobre dos temas rusos fueron productos importantes de este período.

Cuando Glinka se enteró de la muerte de su padre en 1834, abandonó Berlín y regresó a Novospasskoye.

Durante sus viajes visitó España, donde conoció y admiró la música popular española, de la cual utilizó el estilo de la jota en su obra La jota aragonesa. Recuerdos de Castilla, basado en su prolífica estancia en Fresdelval, «Recuerdo de una noche de verano en Madrid», sobre la base de la obertura La noche en Madrid, son parte de su música orquestal.

El método utilizado por Glinka para arreglar la forma y orquestación son influencia del folclore español. Las nuevas ideas de Glinka fueron plasmadas en las «oberturas españolas».

Glinka fue el primer compositor ruso en ser reconocido fuera de su país y, generalmente, se lo considera el 'padre' de la música rusa. Su trabajo ejerció una gran influencia en las generaciones siguientes de compositores de su país.

Sus obras más conocidas son las óperas Una vida por el Zar (1836), la primera ópera nacionalista rusa, y Ruslán y Liudmila (1842), cuyo libreto fue escrito por Aleksandr Pushkin y su obertura se suele interpretar en las salas de concierto. En Una vida por el Zar alternan arias propias del romanticismo europeo con melodías populares rusas.[5] No obstante, la alta sociedad occidentalizada no admitió fácilmente esa intrusión de «lo vulgar» en un género tradicional como la ópera.

Sus obras orquestales son menos conocidas.

Inspiró a un grupo de compositores a reunirse (más tarde, serían conocidos como Los Cinco: Modest Músorgski, Nikolái Rimski-Kórsakov, Aleksandr Borodín, Cesar Cui, Mili Balákirev) para crear música basada en la cultura rusa. Este grupo fundaría luego la Escuela Nacionalista Rusa. Es innegable la influencia de Glinka en otros compositores como Vasili Kalínnikov, Mijaíl Ippolítov-Ivánov, y aun en Piotr Chaikovski.

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Obras representativas

Música orquestal

  • Capricho brillante sobre la jota aragonesa — Obertura española n.° 1 (1845)
  • Kamárinskaya (1848)
  • Noche de verano en Madrid — Obertura española n.° 2 (1851)
  • Polka para orquesta en si bemol (1852)
  • Vals-fantasía para orquesta (1856).

Música de cámara

  • Septeto en mi bemol (1823)
  • Serenata sobre un tema de «Anna Bolena» de Donizetti (1832)
  • Trío patético (1832)
  • Divertimento brillante sobre un tema de «La sonnambula» de Bellini (1832)
  • Gran sexteto en mi bemol (1832)
  • Sonata para viola en re menor.

Óperas

Música vocal

  • Canto de despedida (1840)
  • Tarantela para coro y orquesta (1841)

Música para piano

  • Nocturno en fa menor La separación
  • Variaciones del ruiseñor
  • La alondra, Romance para piano con temas de «La alondra» (una de sus Canciones de despedida a San Petersburgo)
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Legado

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Tumba de Mijaíl Glinka en el cementerio de Tijvin de San Petersburgo.
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Estatua cerca del Teatro Mariinski de San Petersburgo.
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Placa conmemorativa sobre Michail Iwanowitsch Glinka en Marienstraße 6, Berlín-Mitte, Alemania. El texto dice: "En el verano de 1856 vivió aquí [M. I. Glinka] en Marienstr. 6.

Tras la muerte de Glinka, los méritos relativos de sus dos óperas se convirtieron en tema de acalorado debate en la prensa musical, especialmente entre Vladimir Stasov y su antiguo amigo Alexander Serov. La composición orquestal de Glinka, Kamarinskaya (1848), fue calificada por Piotr Ilich Chaikovski como «la bellota de la que brotó el roble» de la música sinfónica rusa posterior.[6]

En 1884, Mitrofán Beliáyev fundó el Premio Glinka, de carácter anual, entre cuyos primeros ganadores se encontraban Alexander Borodin, Mili Balákirev, Chaikovski, Nikolai Rimski-Kórsakov, César Cui y Anatoli Lyadov.

Fuera de Rusia, varias de las obras orquestales de Glinka han gozado de gran popularidad en conciertos y grabaciones. Además de las conocidas oberturas de óperas (en especial la brillante y enérgica obertura de Ruslán), sus principales obras orquestales incluyen el poema sinfónico Kamarinskaya (1848), basado en canciones populares rusas; y dos obras españolas: Una noche en Madrid (1848, 1851) y Jota Aragonesa (1845). También compuso numerosas canciones de arte y piezas para piano, así como música de cámara.[7]

Una obra menor que recibió atención en la última década del siglo XX fue "Patrioticheskaya Pesnya" de Glinka, supuestamente escrita para un concurso de himnos nacionales en 1833. En 1990, el Sóviet Supremo de Rusia la adoptó como himno regional de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia, que hasta entonces era el único estado constituyente soviético sin himno propio.[8] Tras la disolución de la Unión Soviética y la RSFS de Rusia, el himno se mantuvo de forma extraoficial hasta su confirmación oficial como himno nacional ruso en 1993, permaneciendo como tal hasta el año 2000, cuando fue reemplazado por el himno soviético con nueva letra.[9]

Hay tres conservatorios rusos llevan el nombre de Glinka:

  • Conservatorio Estatal de Nizhny Novgorod (ruso: Нижегородская государственная консерватория им. М.И.Глинки)[10]
  • Conservatorio Estatal de Novosibirsk (ruso: Новосибирская государственная консерватория (академия) им. М.И.Глинки)[11]
  • Conservatorio Estatal de Magnitogorsk (ruso: Магнитогорская государственная консерватория)[12]

La astrónoma soviética Liudmila Chernyj nombró a un planeta menor, 2205 Glinka, en su honor. Fue descubierto en 1973.[13] Un cráter de Mercurio también lleva su nombre.[14]

La calle Glinkastraße en Berlín recibió su nombre en honor a Glinka. Tras las protestas por George Floyd, se propuso renombrar la estación de metro berlinesa Mohrenstraße, adyacente a la estación, como "Glinkastraße". El plan se canceló debido al supuesto antisemitismo de Glinka.[15]

En septiembre de 2022, tras la invasión rusa de Ucrania, una calle en Dnipropetrovsk, Ucrania, que llevaba el nombre de Glinka, fue rebautizada en honor a la reina Isabel II del Reino Unido.[16]

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Referencias

Véase también

Enlaces externos

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