Educación informal

La educación informal (en inglés informal education) es un término que forma parte de la tripartición^[1] de la educación (la cual también incluye a la educación formal y a la educación no formal) que engloba a la educación configurada en sujetos educativos de manera espontánea^[2] en contextos concretos ligados a la vida cotidiana^[1] donde, a pesar de que no haya una intencionalidad educativa explícita y sistemática,^[3] o que dicha intencionalidad se encuentre subordinada a otro tipo de objetivos (como en los programas de televisión o en el cine comercial, en donde se prioriza una intencionalidad ligada principalmente al entretenimiento) lo educativo emerge. Frecuentemente acontece fuera de las instituciones educativas formales tradicionales, en donde está presente la obligatoriedad del sistema educativo oficial. Este concepto se refiere a las diversas formas de educación alternativa, como son:

• La desescolarización^[4] y educación en el hogar^[5] (aprendiendo en forma natural y espontánea, a través de experimentos personales, juegos informales o reglamentados, actividades familiares y educación familiar,^[6] actividades con preceptores, actividades deportivas, aficiones, viajes, lecturas, interacción social, cursos electivos^[7][8] -cursos eventualmente dictados en instituciones formales, pero que no forman parte de ninguna curricula de estudios ni generan ningún diploma o atestación específica-)
• Autodidacticismo (autoaprendizaje, estudios por cuenta propia)
• Trabajo juvenil (empleo juvenil)^[9][10]

Los aldeanos de Laos ensamblan mapas de rompecabezas del sudeste asiático. Estos mapas fueron hechos por Big Brother Mouse, un proyecto de alfabetización en Laos.

Los educadores informales (remunerados o no remunerados) trabajan con diferentes grupos de individuos, tanto a través de planes sociales y comunitarios como a través de instituciones de bien público, fundaciones, instituciones de beneficencia, etc.^[11] La educación informal de hecho también construye a través de los medios masivos de comunicación (televisión, radiodifusión, cine, revistas, periódicos, internet)^[12] así como a través de otros entornos educativos (zoológicos, museos, bibliotecas, centros sociales, ludotecas, actividades extraescolares, entre otros).

Breve historia conceptual

El origen de concepto de educación informal se ubica principalmente en las traducciones al español de un documento elaborado por Philip H. Coombs, economista estadounidense que fue el primer director del International Institute for Educational Planning [Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación] (creado en 1963 por la UNESCO) de 1963 a 1968. En 1967 fue invitado a escribir el documento principal de la International Conference on the World Crisis in Education [Conferencia Internacional sobre la Crisis Mundial de la Educación] y dicho documento fue base para que en 1968 se publicara el libro The world educational crisis: a systems analysis, el cual fue dado a conocer en español para 1971.^[3]

En dicho libro se emplean los términos “formal education” y “nonformal education” para hacer referencia a lo que acontece dentro y fuera de instituciones escolares en el marco de sistemas educativos nacionales, aunque no se aclaró de manera exhaustiva en qué consistía lo "no formal", lo cual se complejizó con su traducción al español porque aparecieron los términos de "educación tradicional" como equivalente a "formal education", y el de "educación informal" como equivalente a "nonformal education", respectivamente: incluso apareció en distintas partes el término "educación no formal" para también hacer referencia a "nonformal education", lo cual ocasionó un problema de indiferenciación que, posteriormente, permitió dar apertura a concebir modalidades educativas más allá del binomio formal-nonformal. ^[3]

En 1973 se publicó el libro New paths to learning for rural children and youth, bajo la autoría de Philip H. Coombs, Roy Prosser y Manzoor Ahmed y con el apoyo de la UNICEF, en donde se comenzó a definir cada uno de los tres términos, aunque la difusión de este libro no fue masiva. Posteriormente Coombs y Ahmed publicaron en 1974 Attacking rural poverty: how nonformal education can help (dado a conocer en español en 1975 como La lucha contra la pobreza rural: el aporte de la educación no formal) donde quedaron establecidas las definiciones a las tres modalidades educativas: educación formal, educación no formal y educación informal.^[3]

Algunas implicaciones conceptuales

Existe un amplio desarrollo conceptual para diferenciar cada uno de los conceptos de la tripartición de la educación,^[2][13] y resulta conveniente señalar algunas precisiones que caracterizan a cada modalidad educativa:

• La educación formal hace referencia a todo proceso educativo que se suscita en el marco de objetivos educativos explícitos en planes y programas de estudio reconocidos y validados por sistemas educativos nacionales, lo cual implica que los procesos educativos formales tienen la capacidad de otorgar grados y títulos con validez oficial.
• La educación no formal refiere a todo proceso educativo intencional, sistemático y organizado en función de objetivos educativos explícitos. Si bien pueden obtenerse constancias o reconocimientos de acreditación al concluir un proceso de educación no formal, estos documentos son de distinta naturaleza a los grados y títulos con validez oficial que solo la educación formal puede proporcionar.
• La educación informal emerge desde vivencias a lo largo de toda la vida en una multiplicidad de contextos. Tiene un carácter espontáneo e incidental,^[1] es decir, no posee el grado de organización y sistematicidad que tiene la educación no formal, y se puede suscitar a través de espacios con otro tipo de intenciones (como de entretenimiento, comerciales, laborales, etc.) que subordinan a cualquier posible intencionalidad educativa (si la hubiera).

Con relación a la intencionalidad educativa subordinada ante otro tipo de intencionalidades, es vital precisar que se enuncia de esa manera porque se tiende a concebir que la educación informal emerge desde la ausencia de sistemas o contextos organizados, aunque en realidad resulta más complejo. Para ilustrar lo anterior es posible hacer referencia al cine: dicho arte está basado en el lenguaje cinematográfico y tiene un alcance masivo gracias a distintos procesos de difusión y distribución de producciones cinematográficas, lo cual hace referencia a todo un sistema que opera con intencionalidades artísticas y/o de mercado, pero que tiene un potencial educativo en los sujetos que le pueden dar significado a lo que ven en una película, haciendo que configuren una experiencia educativa. En ese sentido, no es que el cine carezca de sistema, más bien, el sistema con el que opera no tiene una intencionalidad explícita o primordialmente educativa, y aun así genera condiciones de posibilidad para que emerja lo educativo.^[14]

En la realidad es complejo hacer distinciones exhaustivas para calificar a procesos y/o experiencias educativas con índole exclusivamente formal, no formal o informal. Por ejemplo: asistir a una clase en una escuela puede considerarse como un proceso de educación formal en primera instancia, pero si durante dicha clase el profesor o profesora le cuenta a sus estudiantes una anécdota significativa que no tiene nada que ver con el tema de la clase, a pesar de estar en un contexto de educación formal, la espontánea educación informal comienza a posibilitarse en función de la apropiación y significado que las y los estudiantes pudieron darle al relato del profesor o profesora. En ese sentido, la tripartición de la educación puede funcionar como una herramienta conceptual para analizar las distintas lógicas en las que lo educativo tiene condiciones de posibilidad de emerger y configurarse en sujetos educativos concretos.^[1]

Educación formal, no-formal, e informal

En el ámbito de la política educativa,^[15] se distingue frecuentemente entre aprendizaje (o educación) formal, informal, y no formal. La diferencia entre estas categorías, y especialmente entre las dos últimas (informal y no formal), no siempre es nítida, y se presta a confusión, pero si nos remontamos hasta el origen de la distinción es posible comprender mejor esta cuestión.

A finales de los años sesenta se empezó a hablar en el ámbito internacional de una crisis de las políticas educativas, haciendo referencia a los problemas económicos y políticos que encontraban diversos países para mejorar y ampliar sus sistemas tradicionales de enseñanza (educación formal). Se creía que esos sistemas tradicionales no estaban logrando adaptarse a los rápidos cambios socioeconómicos que se estaban produciendo en muchas regiones del mundo. A principios de los años setenta, diversas organizaciones internacionales de desarrollo empezaron a distinguir entre la educación formal, la no-formal y la informal, esta nueva categorización que venía a añadirse a otras ya existentes en el ámbito educativo.^[16]

Según las definiciones clásicas, la educación formal es la impartida en escuelas, colegios e instituciones de formación (primaria, secundaria, terciaria, nivel medio superior y superior), mientras que la educación no formal se encuentra asociada a grupos y organizaciones de la comunidad y de la sociedad civil, por su parte la educación informal está inmersa en el aprendizaje para toda la vida mediante experiencias y su interrelación con el entorno (interacción con amigos, familiares, compañeros de trabajo, líderes y tutores; autoaprendizaje; socialización; juegos).

En la práctica, y debido a la naturaleza misma del fenómeno educativo, las fronteras entre categorías se difuminan fácilmente, sobre todo entre la educación no formal y la informal, aunque en líneas generales la primera se caracteriza por ser un proceso educativo que se rige por un plan estructurado a seguir para la adquisición de conocimientos y habilidades fuera del ámbito educativo formal, mientras que la segunda es todo proceso educativo que no es ni formal ni no formal. Esta distinción tripartita pasó a asociarse además a un nuevo concepto que surgió también por entonces en el ámbito de la política educativa: el del aprendizaje permanente^[17] o a lo largo de toda la vida.

La educación informal es una alternativa que da la posibilidad de desarrollar procesos de aprendizaje no convencionales y en ocasiones más efectivos, ya que brinda herramientas distintas que no son cotidianas en la educación formal y no formal como la lúdica, la experiencia virtual, los juegos.

La educación informal ha sido reconocida como una de las mejores formas para desarrollar habilidades que requieren más práctica que teoría tal como los idiomas, la cocina, la informática, entre otras.

Educación informal en ciencia

La educación informal en ciencia se define como una modalidad intencionada no institucionalizada para la construcción de conocimientos y habilidades, la cual tiene como resultado el aprendizaje informal que es de carácter personal e idiosincrásico, que depende del contexto, los antecedentes y las motivaciones e intereses del individuo. De acuerdo con la National Association of Research in Science Teaching (NARST) se ha llegado al consenso de denominar Educación Informal Científica o Educación Informal en Ciencias a aquella que promueve un aprendizaje informal automotivado, voluntario y guiado por las necesidades e intereses de las personas.^[18]

Bibliografía

• Laura Mascaró Rotger, Enseñar a pescar: educando en casa Archivado el 4 de marzo de 2016 en Wayback Machine., Ediciones Lulú, España (2011), ISBN 5-800062-929050.

Véase también

• Educación
• Enseñanza
• Educación formal
• Educación no formal
• Educación permanente
• Educación para la paz
• Pedagogía
• Educación primaria
• Aprendizaje informal