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arcángel De Wikipedia, la enciclopedia libre
Samael (en hebreo: סַמָּאֵל, que se traduce como «Veneno de Dios» o «Ceguera de Dios»;[1] en árabe: سمسمائيل, Samsama'il o سمائل, Samail; también conocido como Smil, Samil o Samiel)[2][3] es un arcángel en la tradición talmúdica y postmalmúdica, una figura que es el acusador o adversario (Satanás como se menciona en el Libro de Job), el seductor, y el ángel destructor (Mashhit, como se menciona en el Libro del Éxodo). Si bien muchas de sus funciones se asemejan a la noción cristiana de Satán, hasta el punto de que a veces se le identifica como un ángel caído,[4][5][6]: 257–60 no es necesariamente malvado, en tanto también se considera que sus funciones tienen como resultado el bien, por ejemplo, destruir a los pecadores.[7] Es el arcángel de la fuerza y de la voluntad, jefe del Quinto Cielo y uno de los siete regentes del mundo, servido por millones de ángeles. Residía en el Séptimo Cielo (Araboth, Geburah).
En textos midráshicos se le considera un miembro de las huestes celestiales con funciones a menudo sombrías y destructivas. Uno de los papeles más importantes de Samael en la tradición judía es el de principal ángel de la muerte y jefe de los satanes. Aunque condona los pecados humanos, sigue siendo uno de los siervos de Dios. Aparece con frecuencia en la historia del Jardín del Edén y en escritos del periodo del Segundo Templo se le atribuye el plan de la caída de Adán y Eva con una serpiente. Sin embargo, la serpiente no es una forma de Samael, sino una bestia que éste montaba como un camello.[8] Según algunas tradiciones, se trata de un ángel caído que se rebeló contra Dios urdiendo el pecado original de Adán y Eva.[9] En un relato en particular también se cree que es el padre de Caín,[5][10] así como la pareja de Lilith. En la literatura talmúdica y midráshica temprana aún no se le identifica con Satán. Sólo en Midrashim posteriores se le denomina «jefe de todos los satanes».[11]
Como ángel de la guarda y príncipe de Roma, es el archienemigo de Israel. Al comienzo de la cultura judía en Europa, Samael se había establecido como representante del cristianismo, debido a tal identificación con Roma.[12][6]: 263
En algunas cosmologías gnósticas, el papel de Samael como fuente del mal se identificó con el Demiurgo, el creador del mundo material. Aunque probablemente ambos relatos proceden de la misma fuente, el desarrollo gnóstico difiere del desarrollo judío de Samael, en el que Samael es simplemente un ángel y siervo de Dios.
Las primeras menciones a Samael aparecen por primera vez durante el periodo del Segundo Templo e inmediatamente después de su destrucción. Al parecer, se le menciona por primera vez en el Libro de Enoc junto con otros ángeles rebeldes. En Enoc 1 es uno de los Grigori (Vigilantes u Observadores), ángeles que descendieron a la Tierra para copular con mujeres humanas,[13][14] aunque no aparece aquí como su líder, cargo que corresponde a Semyazza.[15][16]
En el Apocalipsis griego de Baruc, es la figura maligna dominante. Samael planta el Árbol del Conocimiento, por lo que es desterrado y maldecido por Dios.[17]: 257–60 Para vengarse, tienta a Adán y Eva a pecar tomando la forma de la serpiente.[14][15]
Aparece además como la encarnación del mal en la Ascensión de Isaías, a menudo identificado como:
También se le aplican los nombres de Belial y Satanás y se apodera del rey Manasés para acusar a Isaías de traición.[15]
En la literatura talmúdica-midráshica, el papel de Samael como agente del mal es más bien marginal, pero a partir del siglo V o VI, este nombre vuelve a ser uno de los más prominentes entre las entidades demoníacas.[18]: 257–60 Samael no es identificado con el ángel de la muerte en el Talmud.[19]
En el Éxodo Rabbah (esto es, en el midrash del Éxodo), Samael es representado como el acusador en la corte celestial y como quien tienta a pecar, mientras que Miguel defiende las acciones de Israel.[20] Aquí, Samael es identificado con Satán. Mientras que Satán es un título que describe su función como «acusador», Samael es considerado su nombre propio. También cumple la función del Ángel de la Muerte, cuando viene a llevarse el alma de Moisés y es llamado líder de satanes.
El título de satán también se le aplica en el midrash Pirke De-Rabbi Eliezer, donde es el jefe de los ángeles caídos,[18]: 257–60 y un serafín de doce alas.[21] Según el texto, Samael se opuso a la creación de Adán y descendió a la Tierra para tentarlo al mal. Montado en la serpiente, convence a Eva para que coma el fruto prohibido.[22] Su papel aquí podría ser similar a la idea islámica de Iblís, que se negó a postrarse ante Adán porque él está hecho de fuego mientras que Adán sólo de polvo. El Midrash también revela que Samael engendró a Caín con Eva.[22]
En el Midrash Konen, es el soberano del tercer infierno. Varias fuentes, como el Yalkut Shimoni (I, 110; una compilación agadáica de los libros de la biblia hebrea), lo describen como el ángel guardián de Esaú que lo relaciona con Roma, el ángel que luchó con Jacob, el ángel que ordenó a Abraham sacrificar a Isaac y un patrono de Edom.[23][24] Según el Sotah 10b, Samael es el ángel guardián de Edom.[cita requerida] Otros autores sostienen que es en realidad el mismo Samael, un arcángel de Dios.[25]
En la Cábala (A. E. Waite, 255), Samael es descrito como la «severidad de Dios», y figura como quinto de los arcángeles del mundo de Briah, uno de los globos del árbol de la vida. Entre sus porciones están Esaú (el pueblo que hereda la espada y trae la guerra), las cabras y los se'irim (demonios), y los ángeles destructores.[26]
Aunque tanto Samael como Lilith son demonios importantes en tradiciones judías más tempranas, no aparecen emparejados sino hasta la segunda mitad del siglo XIII, cuando se presentan juntos.[27] Lilith es un demonio creado junto a Adán, originalmente para el papel que desempeñaría Eva, que luego se convierte en la pareja de Samael. Con ella, Samael creó una hueste de hijos demonios, incluyendo un hijo, la «Espada de Samael» (o de Asmodeo).[28][29]
En la obra cabalística Tratado sobre la Emanación Izquierda, Samael forma parte de los Qlifot, príncipe de todos los demonios y esposo de Lilith.[30] Se dice que los dos son paralelos a Adán y Eva, siendo emanados juntos del Trono de Gloria como una contraparte. También se menciona que Asmodeo está subordinado a Samael y casado con una Lilith menor y más joven.[31] Según el tratado, Dios castró a Samael para no llenar el mundo con su descendencia demoníaca, siendo esta la razón por la que Lilith busca fornicar con hombres.[30]
En el Zohar, una de las principales obras de la Cábala, Samael es descrito como líder de las fuerzas divinas de destrucción, formando parte de los Qlifot. Se le menciona de nuevo como jinete de la serpiente,[32] y se le describe como apareado con Eisheth Zenunim, Naamá y Agrat bat Mahlat, todas ellas «ángeles» de la prostitución sagrada.[33] Notablemente, la misma obra lo llama más tarde Azazel,[32] lo que podría tratarse de un caso de identidad equivocada, ya que Azazel puede ser él mismo en la tradición zoharística una combinación de los ángeles Aza y Azrael.[34]
También se dice que el Baal Shem Tov invocó una vez a Samael para que cumpliera sus órdenes.[35]
La primera mención de Samael en el libro de Enoc le describe como uno de los ángeles que se rebelaron contra Dios, aunque no su líder.[9] Estos ángeles serían los grigori, que descendieron a la Tierra para emparejarse con mujeres.[36]
Otra versión de su rebelión se da en el Apocalipsis griego de Baruc, donde se dice que Samael, envidioso del rol de Adán en la creación, plantó el árbol del conocimiento para causar su caída en pecado. La misma fuente cuenta que la serpiente del Edén era realmente un disfraz de Samael para tentar a Eva.[36] Tras el acto, Samael fue descubierto y expulsado del cielo por Dios.[9]
En la Ascensión de Isaías, Samael es identificado con Belial y Satán y coronado con los títulos de "rey de los malvados" (melek ra). Aparece en la historia manipulando al rey Manasés para acusar a Isaías de traición.[36]
En un escrito de midrash llamado Pirke De-Rabbi Eliezer, escrito durante el auge del Islam, Samael aparece de nuevo como la causa de la tentación de Adán y Eva. La representación de Samael que se da en el texto parece influida por el Iblis musulmán:[37][38] el ángel, hecho de fuego, desdeña a Adán por estar hecho de polvo, por lo que desciende del cielo para tentarle a comer de la fruta del conocimiento y así caer en desgracia.[39] En esta versión, la serpiente no es Samael, sino su montura, una bestia originalmente similar a un camello.[40] También se revela que Caín es hijo de Samael después de que este sedujera a Eva.[36][41]
El Tratado de la Emanación Izquierda, un texto cabalístico, Samael es parte del Qliphoth, príncipe de los demonios y compañero de Lilith.[36] Se especifica que Lilith y él pretenden ser una contraparte oscura a Adán y Eva, y que Asmodeo, cuya relación con ellos no está clara más allá de ser un sirviente, está casado con otra Lilith menor.[42]
En el Zohar se menciona de nuevo a Samael como el jinete de la serpiente y padre de Caín. Sin embargo, el mismo trabajo le confunde con Azazel, lo que podría provenir de una confusión zoharística que combinó a Aza y Azrael para dar a Azazel como resultado.[43] Según el texto, Samael se emparejó con Eisheth Zenunim, Naamá y Agrat bat Mahlat, todas ellas ángeles negativos de la prostitución sagrada.[44]
En los cultos satánicos, se considera uno de los demonios principales que conforma una trinidad demoníaca junto a Semyazza y Lucifer.
En el Libro secreto de Juan ―encontrado entre los Manuscritos de Nag Hammadi (Egipto, siglo IV d. C.)―, Samael es el tercer nombre del demiurgo, siendo los otros dos Yaldabaoth y Saklas.[45] En este contexto, Samael significaría "el dios ciego",[46] Su apariencia es la de una serpiente con rostro de león.[45] En el libro Sobre el origen del mundo ―también de los Manuscritos de Nag Hammadi―, es mencionado como Ariael.
Temido por la raza de los demonios y debido a su monumental fuerza, Mael fue víctima de un hechizo que le otorgaba el poder de la oscuridad pero eliminaba su gracia divina, sus memorias y su identidad, haciéndole creer que era no sólo un demonio, si no el mismísimo hijo del Rey Demonio. Ahora del lado de los demonios y creyéndose él mismo uno de ellos, Mael (llamado ahora Estarossa) estuvo durante años masacrando ángeles junto a las huestes del Rey Demonio, hasta que el hechizo fue deshecho más de 3000 años después. Cuando recobró sus memorias al enfrentarse a sus hermanos los Cuatro Arcángeles, la ira se adueñó de él y se dispuso a asesinar tanto a ángeles como a demonios.
Cuando era Mael de su espalda brotaban cuatro alas de plumas. Al ser víctima del hechizo demoníaco, las pierde y son sustituidas por dos alas de energía oscura durante su tiempo como Estarossa. Tras recuperar sus memorias como arcángel pero sin haber renunciado todavía al poder de la oscuridad, posee seis enormes alas. Tres de ellas son blancas y las otras tres son negras. La última sílaba de Estarossa enlaza con su nombre real para formar la palabra Samael.
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