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Rashtrakuta
En elk 972 d. de C.,[1] durante el reinado de Khottiga Amoghavarsha, el soberano paramara Siyaka Harsha atacó el imperio y saqueó Manyakheta, la capital de los Rashtrakutas. Este hecho causó el desprestigio de la dinastía que condujo finalmente a su desaparición.[2] La crisis final fue rápida: Tailapa II, vasallo de la provincia de Tardavadi en el actual distrito de Bijapur, se proclamó independiente aprovechando la derrota de su soberano a manos de los paramara.[3][4] Indra IV, el último de los emperadores, se suicidó empleando el método ritual Sallekhana (un ayuno motal practicado por los monjes jainitas) en Shravanabelagola. Con la desaparición de los Rashtrakutas, sus vasallos y los clanes emparentados con estos en el Decán y la India septentrional se declararon independientes. Los Chalukyas Occidentales se apoderaron de Manyakheta; la hicieron su capital hasta 1015 y establecieron un gran imperio en lo que había sido el núcleo del Estado rashtrakuta durante el siglo xi. El centro del poder político se desplazó al territorio entre el río Krishna y el Godavari, una región denominada Vengi. Los antiguos vasallos de los Rashtrakutas en el Decán occidental fueron sometidos por los Chalukyas, de los que los Cholas de Tanjore, al sur y hasta entonces dominados por los Rashtrakutas, se volvieron los enemigos más encarnizados.[5]
Se puede afirmar que la aparición de los Rashtrakutas de Manyakheta tuvo una gran influencia en toda la India, incluida la septentrional. Sulaiman (851), Al Masudi (944) y Ibn Khurdadba (912) escribieron que su imperio era el mayor de la época en el subcontinente y Sulaiman llegó incluso a clasificarlo como uno de los cuatro principales del mundo en su momento.[6][7][8] Según los viajeros árabes del siglo x Al Masudi y Ibn Khordidbih: «la mayoría de los reyes del Hindostán volviían el rostro hacia el rey rashtrakuta mientras rezaban, y se proternaban ante sus embajadores. Al rey rashtrakuta se lo conocía como el «rey de reyes» (Rajadhiraja) que poseía el más poderoso de los ejércitos y cuyos dominios se extendían de Konkan a Sind."[9] Algunos historiadores han denominado a la época la «era de la Kannauj imperial». Como los rashtrakutas conquistaron la ciudad Kannauj, sometieron a sus señores a tributo y se proclamaron señores de la India septentrional, se podría llamar también la «era de la Karnataka imperial».[8] Durante su periodo de expansión por la India central y septentrional entre los siglos viii y x, tanto los rashtrakutas como sus familiares establecieron varios reinos que gobernaron tanto mientras duró el imperio como más tarde, cuando este ya había desaparecido, en algunos casos durante siglos. Entre los linajes más conocidos de entre estos se contaban los rashtrakutas de Gujarat (757-888),[10] los Rattas de Saundatti (875-1230) en la moderna Karnataka,[11] los Gahadavalas de Kannauj (1068-1223),[12] los Rashtrakutas de Rajastán (conocido como Rajputana) que tenían su corte en Hastikundi, Hathundi (893-996),[13] Dahal (cerca de Jabalpur),[14] y Mandore (cerca de Jodhpur); los Rathores de Dhanop,[15] la dinastía Rashtraudha de Mayuragiri en el moderno Maharashtra[16] y los Rashtrakutas de Kannauj.[17] La conquista de Rajadhiraja Chola de Ceilán a principios del siglo xi causó la desaparición de cuatro reyes que gobernaban en la isla. Según el historiador K. Pillay, uno de ellos, el rey Madavarajah del reino de Jaffna, era un usurpador miembro de la dinastía Rashtrakuta.[18]
Los monarcas rashtrakuta apoyaron a las religiones más extendidas de la época según el espíritu tradicional de tolerancia religiosa.[19] Los expertos han propuesto diversas teorías sobre las religión preferida por los Rashtrakutas basándose en el estudio de inscripciones, monedas y la literatura de la época. Algunos afirman que los Rashtrakutas preferían el jainismo ya que muchos de los eruditos que medraron en la corte y que escribían en sánscrito, kannada y —en menor número— en apabhramsha y prakrit eran jainitas.[20] La dinastía erigió célebres templos jainitas en lugares como Lokapura en el distrito de Bagalkot y sus leales vasallos de la dinastía Ganga Occidental construyeron los monumentos jainitas de Shravanabelagola y Kambadahalli. Los expertos afirman que el jainismo estaba muy extendido en el núcleo del imperio, en la región moderna de Karnataka, que a esta religión pertenecía más del 30 % de la población, y que dominaba la cultura de la zona.[21] El rey Amoghavarsha I fue discípilu de la acharya jainita Jinasena y escribió en us obra religiosa Prashnottara Ratnamalika: «habiéndoome inclunado antes el Varaddhamana (Mahavira), escribí el Prashnottara Ratnamalika". El matemático Mahaviracharya indicó en su Ganita Sarasangraha: «los súbditos de Amoghavarsha son felices y la tierra rinde gran cantidad de grano Que los dominios del rey Nripatunga Amoghavarsha, seguidor del jainismo, se extiendan sin cesar». Amoghavarsha pudo haberse convertido al jainismo ya anciano.[22][23]
No obstante, los soberanos rashtrakuta también favorecieron el hinduismo y a los creyentes de las religiones Shaiva, Vaishnava y Shakta. Casi todas sus incripciones empiezan invocando al dios Vishnu o a Shiva. Las inscreipciones Sanjan mencionan el sacrificio de un dedo de la mano izquierda del rey Amoghavarsha I al templo Lakshmi de Kolhapur, realizado para proteger a su reino de las desdichas. El rey Dantidurga realizo el Hiranyagarbha (sacrificio caballar) y las placas de Sanjan y Cambay del monarca Govinda IV hablan de bramanes que celebran rituales como el Rajasuya, Vajapeya y Agnishtoma.[24] Un placa de bronce de principios del reinado de Dantidurga (753) muestra la imagen de Shiva y algunas monedas de su sucesor Krishna I (768) contienen la leyenda Parama Maheshwara (otro de los nombres de Shiva). Los títulos reales tales como Veeranarayana indican la preferencia por Vaishnava. Su pendón tenía el símbolo de los ríos Ganges y Yamuna,quizá por influencia de los Chalukyas de Bamani.[25] El famoso templo de Kailasnatha en Ellora y otros rupestres que se fechan en época imperial muestran un hinduismo floreciente.[24] La deidad familiar era una diosa de nombre Latana (también conocida como Rashtrashyena y Manasa Vindyavasini) que adoptó la forma de un halcón para salvar el reino.[26] Construyeron templos con iconos y decoración para las distintas religiones que se practicaban en el imperio. El templo de Salotgi se levantó para los devotos de Shiva y Vishnu, mientras que el de Kargudri lo fue para los de Shiva, Vishnu y Bhaskara (Surya, el dios del sol).[20]
En resumen, el gobierno rashtrakuta era tolerante con varias religiones populares: el jainismo, el vaishnavaismo y el shaivismo. El budismo también recibió el apoyo real y tenía adeptos en lugares como Dambal y Balligavi, aunque para entonces había decaído en número de seguidores.[27] El declive del budismo en la India meridional comenzó en el siglo viii con la entensión de la filosofía advaita de Adi Shankara.[28] Los primeros contactos de la India meridional con el islam datan ya del siglo vii y se debieron a las relaciones comerciales entre los reinos del sur del subcontinente y los territorios árabes. Existieron mezquitas en el Imperio rashtrakuta ya en el siglo x;[29] en la costa abundaban los musulmanes y las mezquitas, especialmente en las ciudades como Kayalpattanam y Nagore. Los inmigrantes musulmanes se casaron con mujeres de la región y a sus hijos se los conocía como mapilas (moplahs); destacaban en el comercio de caballos y como marineros en las flotas mercantes.[30]
Los rashtrakutas contribuyeron notablemente a ampliar el patrimonio cultural del Deccan. El historiador del arte Adam Hardy divide su construcciones en tres estilos: el de Ellora, cerca Badami, el de Aihole y Pattadakal, y el de Sirval, cerca Gulbarga.[31] La contribución artística rashtrakuta se evidencia en los espléndidos templos rupestres de Ellora y Elephanta, zonas ocupadas por monjes jainitas que se encuentran en el moderno estado de Maharashtra. El complejo de Ellora formaba parte de un conjunto de treinta y cuatro cuevas budistas creado probablemente en la primera mitad del siglo vi, con influencia pandya en los detalles de la estructura. Los templos rupestres hindúes datan de un época posterior.[32]
Los rashtrakutas remozaron las cuevas budistas y volvieron a consagrar los santuarios excavados en la roca. Amoghavarsha I se convirtió al jainismo y cinco de las cuevas jainitas de Ellora se han fechado en su reinado.[33] El mayor y más suntuoso de los monumentos rashtrakuta en Ellora es el monolítico templo de Kailasanath, obra espléndida erigida para confirmar el estado |Balhara» como «uno de los cuatro principales reyes del mundo».[7] Las paredes del templo cuentan con maravillosas estatuas de deidades de la mitología hindú, entre ellas Ravana, Shiva y Parvathi; el techo está decorado con pinturas.
El proyecto del templo de Kailasanath project lo encargó el rey Krishna I una vez que su autoridad se hubo extendido desde el Deccan hacia el sur de la India. El estilo de la construcción es el denominado «dravídico de Karnata», según Adam Hardy. No contiene ninguno de las shikharas habituales del estilo Nagara y se levantó siguiendo el modelo del templo de Virupaksha en Pattadakal, en Karnataka.[34][35] Según el historiador del arte Vincent Smith, el templo de Kailasanath es la culminación de los templos rupestres monolíticos y merece que se incluya entre las maravillas del mundo.[36] De acuerdo al historiador del arte Percy Brown, se trata de una obra maestra del arte en roca, un monumento que siempre ha asombrado y entusiasmado a los viajeros.[37]
Aunque algunos estudiosos afirman que las cuevas de Elephanta se deben a los Kalachuri, otros disienten y señalan que se crearon durante el periodo rashtrakuta.[38] Algunas de las esculturas como Nataraja y Sadashiva superan en belleza y calidad incluso a las de Ellora.[39] Algunas de las más célebres esculturas de Elephanta son Ardhanarishvara y Maheshamurthy. Esta última, un busto de Shiva con tres caras, tiene 25 pies (8 m) de alto y se considera una de las mejoras piezas escultóricas de la India. Se afirma que pocas esculturas muestran con tanto equilibrio a una divinidad.[40] Otros templos rupestres famosos en Maharashtra son los de Dhumer Lena y Dashvatara en Ellora (afamadas por sus esculturas de Vishnu y Shivaleela) y el de Jogeshvari cercad de Bombái.
En Karnataka sus templos más conocidos son el de Kashivishvanatha y el de Jain Narayana en Pattadakal, Patrimonio de la Humanidad.[41][42] Otros templos famosos son el de Parameshwara temple en Konnur, el de Brahmadeva en Savadi, los de Settavva, Kontigudi II, Jadaragudi y Ambigeragudi en Aihole, el de Mallikarjuna en Ron, el de Andhakeshwara en Huli (Hooli), el de Someshwara Sogal, los jainitas de Lokapura, Navalinga en Kuknur, el de Kumaraswamy en Sandur, numerosos templos en Shirival en Gulbarga,[43] y el templo Trikuteshwara en Gadag, que luego ampliaron los Chalukyas Occidentales. Los estudios arqueológicos de estos templos han descubierto el uso de la planta estelar (multigonal) que más tarde emplearon con profusión los Hoysalas en Belur y en Halebidu.[44] Así, uno de los estilos arquitectónicos indios más habituales se desarrolló en el Deccan en este periodo; uno que Adam Hardy ha denominado «dravídico de Karnataka», para diferenciarlo del dravídico tradicional.[45]
Con la desaparición de la dinastía Gupta en la India septentrional a comienzos del siglo vi, se produjeron grandes cambios en el Decann, al sur del territorio de los Vindyas y en las regiones meridionales del subcontinente indio. Estos cambios fueron tanto políticos como lingüísticos y culturales. Las cortes reales de la India peninsular (salvo la de Tamilakam) conjugaron el auge del uso del kannada, un idioma regional, cono la expansión de la cultura sánscrita. Las inscripciones, incluidas las realizadas en dos idiomas, demuestran el uso del kannada como principal idioma de la Administración junto el sánscrito.[46][47] Los archivos gubernamentales empleaban el kannada para registrar información práctica relativa a la concesión de tierras.[48] El idioma regional servía para redactar la literatura popular (desi), en contraste con el empleo más formal (marga) del sánscrito. Mientras que los centros educativos y los especializados (ghatikas) enseñaban en sánscrito, lengua de los estudiosos brahmanes, el kannada fue ganando terreno como la lengua que los devotos empleaban para dirigirse a sus deidades predilectas. La protección que este idioma recibió de los jainitas ricos y cultos propició que lo empleasen más tarde ciertos movimientos religiosos hindúes.[49]
La literatura e inscripciones de la época prueban que el kannada se empleaba asiduamente no solamente en el territorio de la moderna Karnataka, sino también más al norte, en lo que hoy en día es el sur del estado de Maharashtra e incluso al norte de la meseta del Decán en el siglo viii.[50] Kavirajamarga, una obra sobre poesía, engloba toda la región entre los ríos Kaveri y Godavari en lo que denomina «el país del kannada».[51][52][53] La eduación superior en sánscrito incluía asignaturas de los Veda, Vyakarana (gramática), Jyotisha (astronomía y astrología), Sahitya (literatura), Mimansa (exégesis), Dharmashastra (Derecho), Puranas (rituales) y Nyaya (lógica). El análisis de las inscripciones de la época indica que el estilo Kavya de escritura (clásico) gozaba de popularidad. The awareness of the merits and defects in inscriptions by the archivists indicates that even they, though mediocre poets, had studied standard classical literature in Sanskrit.[54] Una inscripción en kannada del rey Krishna III, escrita en métrica kanda, se ha encontrado en el lejano Jabalpur, en el moderno Madhya Pradesh.[55] Kavirajamarga, una obra sobre poesía escrita en kannada por Amoghavarsha I, muestra que el estudio de la poesía era habitual en el Decán en aquellos tiempos. La obra de Trivikrama en sáncrito Nalachampu es quizá la primera de estilo champu redactada en el Decán.[56]
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