Teoría de Olduvai
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La teoría de Olduvai establece que la civilización industrial actual tendría una duración máxima de cien años, contados a partir de 1930. De 2030 en adelante, la humanidad iría poco a poco regresando a niveles de civilización comparables a otros anteriormente vividos, culminando dentro de unos mil años (3000 d. C.) en una cultura basada en la caza,[1] tal y como existía en la Tierra hace tres millones de años, cuando se desarrolló la industria olduvayense; de ahí el nombre de esta teoría,[2][nota 1] planteada por Richard C. Duncan basándose en su experiencia en el manejo de fuentes de energía y por su afición a la arqueología.
Originalmente, la teoría fue propuesta en 1989 con el nombre de «teoría de pulso-transitorio».[3] Posteriormente, en 1996, se adoptó su actual denominación inspirándose en el famoso sitio arqueológico, pero la teoría no depende en forma alguna de datos recopilados en ese sitio.[1] Richard C. Duncan ha publicado varias versiones desde la aparición de su primer artículo con distintos parámetros y pronósticos, lo que ha sido motivo de críticas y controversias.
En 2007, Duncan define cinco postulados fundamentándose en la observación de datos sobre:
- La producción de energía mundial per cápita.
- La capacidad de carga terrestre.
- La vuelta a la utilización del carbón como fuente primaria y el pico de la producción de petróleo.
- Los movimientos migratorios.
- Las etapas de utilización de energía en Estados Unidos (Duncan, 2007).
En 2009, nuevamente publica una actualización replanteando el postulado concerniente al consumo de energía per cápita mundial con respecto a los países de la OCDE, en donde anteriormente solo comparaba con Estados Unidos, restando importancia al papel de las economías emergentes.[4]
Distintas personas, como Pedro A. Prieto, basándose en esta y otras teorías del colapso catastrófico o die-off, han formulado probables escenarios con varias fechas y eventos sociales.[5][6] Por otro lado, existe una corriente de personas, como Richard Heinberg o Jared Diamond, que también creen en el colapso social, pero aún visualizan la posibilidad de escenarios más benevolentes en donde se puede dar el decrecimiento con continuidad del bienestar.[7][8][6]
Esta teoría ha sido criticada por la forma en que se plantea el problema de los movimientos migratorios y por la orientación ideológica de la editorial que ha publicado sus artículos, The social contract press, que es defensora de medidas antinmigratorias y del control de la natalidad.[9][10] Existen críticas importantes sobre cada una de las bases argumentativas y distintas ideologías contrarias a tales planteamientos como los cornucopianos,[11] los defensores de la economía basada en recursos naturales,[12] posturas ecologistas y posturas de distintas naciones, también fallan a la hora de establecer una base coherente con dichas aseveraciones.