Sexta generación de cazas de reacción
De Wikipedia, la enciclopedia libre
De Wikipedia, la enciclopedia libre
El término caza de sexta generación (y el mismo concepto de generaciones de cazas de reacción) es un marco conceptual del avión que se espera que entre en servicio en diversas fuerzas aéreas del mundo en el periodo 2035-2040.
A medida que los nuevos desarrollos de aviones de 5ª generación (como los cazas chinos Chengdu J-20 y Shenyang J-31) puedan ofrecer un oponente comparable en combate a los aviones estadounidenses (F/A-22 Raptor y F-35 Lightning II), y al modelo de caza ruso Sukhoi Su-57, su adopción por parte de las fuerzas aéreas respectivas se limitan debido a su alto coste operacional y de desarrollo, por lo que su entrada sólo será posible en la medida en que dichos programas sean adoptados más decididamente por las naciones involucradas en su desarrollo.
En el caso de Rusia, la pronta integración del Su-57 en su arsenal aéreo, que se debe a la vejez de su parque actual (los MiG-29 y Sukhoi Su-27 que operan actualmente, y que ya han llegado a su vida útil límite) siendo la razón de peso para su pronta aparición la adopción del T-50 y además de deducir la crónica fatiga del aparato anterior y del futuro caza en servicio, además de la aparición de condiciones geopolíticas comprometedoras, y entornos de combate desfavorables.[2] Aparte, con el avance en el programa ruso para un caza de esta generación, la sexta generación rusa debería ser contemporánea a la estadounidense, y ofrecer una amplia gama de variantes, además de un caza, un bombardero y un interceptor de gran altura.[3]
Además, el desarrollo de un avión de caza de sexta generación podría resolverse en el futuro próximo como algo muy preocupante para los militares de Estados Unidos, por lo que la aparición de nuevas aeronaves de dicha generación no debe ser descartado.
Bautizada como la "próxima generación de aeronaves tácticas", la Fuerza Aérea de EE.UU. busca un avión de combate con "una mayor capacidad en áreas tales como alcance, persistencia, capacidad de supervivencia, neto-centralidad, conocimiento de la situación, sistema de integración humana y efectos de las armas". "El futuro sistema tendrá que hacer frente a adversarios equipados con avanzados sistemas de ataque electrónico, sofisticados sistemas de defensa aérea integrada, detección pasiva, integrado de protección de uno mismo, las armas de energía dirigida, y la capacidad de ataque cibernético. Debe ser capaz de operar en el entorno anti-acceso (area-denial) que existirá en el calendario 2030-2050."
Si bien no hay en proyecto aviones que puedan ser merecedores de la asignación a esta categoría, son muchas las naciones que están en pleno estudio de las muy diversas nuevas tecnologías que permitan la aparición de esta generación de cazas. Se especula que las características que marcaran esta generación serían: sigilo extremo, eficiencia en todos los regímenes de vuelo (subsónicos, supersónicos e hipersónicos), posible capacidad de "camuflaje", y la posibilidad de la irrupción del vehículo aéreo de combate no tripulado plenamente operativo. Además de muchas mejoras en las tecnologías ya existentes, mejoras en los sistemas de detección, nuevos sistemas de armas, materiales más resistentes y avanzados, etcétera.
La electrónica cada vez ha ganado mayor importancia en los aviones militares, pero ahora se va un paso más allá. Las plataformas de aviones de combate de sexta generación se configuran como un sistema en red que interconecta diversos componentes, incluidos varios modelos de aviones, misiles y drones. La clave de este sistema es su capacidad de escalabilidad y modularidad, atribuible a su arquitectura abierta, la cual es fundamental para implementar actualizaciones significativas y adaptaciones en el diseño durante la vida del avión.
Los drones o UAV serán el complemento indispensable de los aviones tripulados de sexta generación. El avión tripulado será el avión principal y núcleo de un equipo junto a uno o varios UAV. Se prevén estos escenarios:
Un ejemplo de esta integración es el Boeing MQ-28 Ghost Bat de la Real Fuerza Aérea Australiana (RAAF). Este UAV está diseñado específicamente para aumentar las capacidades de los aviones de combate tripulados F-35 mediante el apoyo en misiones especializadas, mostrando cómo la coordinación y suma de capacidades entre diferentes tipos de aeronaves puede optimizar las operaciones aéreas.
De las tecnologías que se incorporarán en estos aviones destacarán las aplicaciones que hará posible la inteligencia artificial (IA). No solo la inteligencia artificial será parte de los drones, sino también un compañero de vuelo del piloto. Esto implica un comportamiento distinto en vuelo no tripulado y otro para el tripulado, donde la IA deberá ser entrenada para interactuar con el piloto durante vuelos reales y simulados que permitan conformar equipos de trabajo aptos para formar nuevos escuadrones totalmente diferentes a los actuales. Los futuros escuadrones estarán formados por pilotos humanos y muchos aviones pilotados por inteligencia artificial, que podrán ser totalmente independientes si es necesario y con objetivos específicos en cada misión. Así se podrá mantener una superioridad aérea incontestable contra potencias tradicionales como China y Rusia, pero también contra cualquier enemigos equipado con grandes cantidades de misiles tierra-aire y drones.
Seamless Wikipedia browsing. On steroids.
Every time you click a link to Wikipedia, Wiktionary or Wikiquote in your browser's search results, it will show the modern Wikiwand interface.
Wikiwand extension is a five stars, simple, with minimum permission required to keep your browsing private, safe and transparent.