Revolución Constitucionalista de 1932
De Wikipedia, la enciclopedia encyclopedia
La Revolución Constitucionalista de 1932, también conocida como la Revolución de 1932 o Guerra Paulista, fue un movimiento armado ocurrido en los estados de São Paulo, Mato Grosso del Sur y Río Grande del Sur, entre julio y octubre de 1932, cuyo objetivo era derrocar al gobierno provisional de Getúlio Vargas y convocar a una Asamblea Nacional Constituyente.[6]
Guerra Civil Brasileña | ||||
---|---|---|---|---|
Parte de Era de Vargas | ||||
Fecha | 9 de julio-2 de octubre de 1932 | |||
Lugar | Estado de São Paulo, sur del Mato Grosso (hoy Mato Grosso del Sur) | |||
Resultado | Constitución brasileña de 1934 | |||
Beligerantes | ||||
| ||||
Comandantes | ||||
| ||||
Fuerzas en combate | ||||
| ||||
Unos 15.000 muertos y heridos[5] | ||||
El golpe de Estado que surge de la Revolución de 1930 derrocó al entonces presidente de la República, Washington Luís; impedió la toma de poder de su sucesor electo en las elecciones de marzo de 1930, Júlio Prestes; depuso a la mayoría de los presidentes estaduales (que actualmente se denominan "gobernadores"); cerró el Congreso Nacional, las Asambleas Legislativas Estaduales y las Cámaras Municipales; y, por último, suspendió la Constitución de 1891, vigente hasta ese momento. Getúlio Vargas, candidato derrotado en las elecciones presidenciales de 1930 y uno de los líderes del movimiento revolucionario de 1930, asumió la presidencia del gobierno provisional nacional en noviembre de ese año con amplios poderes, dando fin al periodo histórico conocido como la República Velha y a la política del café con leche — durante el cual tanto São Paulo como Minas Gerais se alternaban en la Presidencia de la República, impidiendo que el principal cargo del Poder Ejecutivo fuese ocupado por representantes de otros estados económicamente importantes en esos tiempos como Río Grande del Sur y Pernambuco. Había el compromiso de convocar a nuevas elecciones y la formación de una nueva Constitución pero en los años siguientes esa expectativa dio lugar a un sentimiento de frustración por la indefinición respecto a cuándo se cumplirían esas promesas aunado al resentimiento contra el gobierno provisional sobre todo en el estado de São Paulo.[7] Ese sentimento estaba motivado por el hecho de que Getúlio Vargas gobernaba de forma arbitraria por medio de decretos, sin respaldo de una Constitución ni de un Poder Legislativo. Esa situación conllevó también la disminución de la autonomía que los estados brasileños gozaban durante la vigencia de la Constitución de 1891, ya que los interventores nombrados por Vargas, en su mayoría tenientes, no se correspondían con los intereses de los grupos políticos locales. Para São Paulo fue nombrado el teniente João Alberto Lins de Barros, al que los oligarcas paulistas trataban peyorativamente como "forastero y plebeyo" o le llamaban "el pernambucano".[8] Otro revés fue la grave crisis económica consecuencia de la Gran Depresión de 1929, que derrumbó los precios internacionales del café, arruinando a la oligarquía paulista.[8] Fue la primera gran revuelta contra el gobierno de Getúlio Vargas.[9][10][11]
El levantamiento armado comenzó de hecho el 9 de julio de 1932, precipitado por la revuelta popular luego de la muerte de cuatro jóvenes a manos de tropas getulistas el 23 de mayo de 1932, durante una protesta contra el gobierno federal. Luego de la muerte de esos jóvenes, se organizó un movimiento clandestino denominado MMDC (iniciales de los nombres de los cuatro jóvenes muertos: Martins, Miragaia, Dráusio y Camargo), que comenzó a conspirar contra el gobierno provisional de Vargas, articulando junto con otros movimientos políticas una revuelta sustancial. Hubo también una quinta víctima, Orlando de Oliveira Alvarenga, que también fue baleado ese día en el mismo lugar, pero murió meses después. Los meses anteriores al movimiento, el resentimiento contra el presidente ganaba fuerza indicando una posible revuelta armada y el gobierno provisional empezó a entretener la hipótesis de que el objetivo de los rebeldes era la secesión de São Paulo del Brasil. Sin embargo, jamás se pudo probar que el argumento separatista fuera fidedigno. No obstante, el gobierno provisional lo utilizó igual durante todo el conflicto para instigar a la opinión pública del resto del país contra los paulistas, obtener voluntarios en la ofensiva contra las tropas constitucionalistas y ganar aliados políticos en los demás estados contra el movimiento de São Paulo.[12]
Cuando el estado de São Paulo precipitó la revuelta contra el gobierno de Vargas, sus líderes tenían la expectativa de la automática adhesión de otros estados brasileños, dada la solidaridad manifestada por parte de las élites políticas de los estdos de Minas Gerais, Río Grande del Sur y del entonces estado de Mato Grosso. Así, los políticos de São Paulo esperaban sólo un breve conflicto militar con una rápida marcha para Río de Janeiro, donde entonce se encontraba la capital del país, para deponer a Getúlio. Por ello los rebeldes no organizaron un sistema defensivo en sus fronteras contra posibles ofensivas militares de los estados vecinos. No obstante, la solidaridad de aquellos estados no se tradujo en apoyo efectivo y, con la espera de los paulistas de los apoyos supuestamente prometidos, Getúlio Vargas tuvo tiempo de articular una reacción militar que sofocara la revolución aún en sus estados iniciales, obligando al estado de São Paulo a tener que improvisar un poco tiempo un amplio sistema militar defensivo en sus fronteras contra la ofensiva de todos los estados brasileños, con la excepción de Mato Grosso que fue el único estado en ser aliado de los paulistas. Luego de casi tres meses de intensos combates en los cuatro lados del estado, el conflicto terminó el 2 de octubre de 1932 con la rendición del Ejército Constitucionalista.[13][14]
Actualmente, el día 9 de julio, que marca el inicio de la Revolución de 1932, es la fecha cívica más importante del estado de São Paulo y es feriado estadual. Los paulistas consideran la revolución constitucionalista como el mayor movimiento cívico de su historia. La Ley N° 12,430 del 20 de junio del 2011, inscribió los nombres de Martins, Miragaia, Dráusio y Camargo, héroes paulistas de la Revolución Constitucionalista de 1932, en el Livro dos Heróis da Pátria.[15] En total, fueron 87 días de combates (del 9 de julio al 4 de octubre de 1932 - siendo los dos últimos días posteriores a la rendición paulista), con un saldo oficial de 934 muertos aunque las estimaciones no oficiales reportan hasta 2,200}} muertos siendo que varias ciudades del interior del estado de São Paulo sufrieron daños debido a los combates.[16] A pesar de la derrota militar del movimiento, algunas de sus principales reivindicaciones fueron obtenidas posteriormente, por ejemplo, con el nombramiento de un interventor civil y paulista, la convocatoria a una asamblea constituyente y la promulgación de una nueva constitución en 1934.[17] No obstante, esa Constitución tuvo corta duración porque en 1937, Vargas cerró el Congreso Nacional, suspendió la vigencia de la constitución y otorgó una nueva, justificando esas medidas en un supuesto extremismo de los movimientos políticos de la época. Así, a partir de entonces, se estableció un régimen dictatorial conocido como el Estado Novo que perduró hasta 1945, año en que Vargas fue depuesto por un grupo militar compuesto por generales, antiguos aliados.[18]