Relaciones Estados Unidos-Uzbekistán
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Las relaciones Estados Unidos-Uzbekistán son las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Uzbekistán. Las relaciones uzbekas-estadounidenses comenzaron formalmente cuando Estados Unidos reconoció la independencia de Uzbekistán el 25 de diciembre de 1991 y abrió una embajada en Tashkent en marzo de 1992. Las relaciones entre Estados Unidos y Uzbekistán se desarrollaron lentamente y alcanzó un pico tras la decisión de los Estados Unidos de invadir Afganistán luego de los ataques del 11 de septiembre de 2001. Las relaciones se enfriaron significativamente después de las revoluciones de colores en las antiguas repúblicas soviéticas: Georgia, Ucrania y Kirguistán en 2003-2005. El gobierno de Uzbekistán trató de limitar la influencia de Estados Unidos y otras organizaciones no gubernamentales extranjeras (ONG) que trabajan en la sociedad civil, la reforma política y los derechos humanos dentro del país.
Las relaciones mejoraron ligeramente en la segunda mitad de 2007, pero los EE. UU. siguen pidiendo a Uzbekistán que cumpla con todos sus compromisos en virtud de la Declaración de Asociación Estratégica de marzo de 2002 entre los dos países. La declaración abarca no solo la seguridad y las relaciones económicas, sino también la reforma política, la reforma económica y los derechos humanos. Uzbekistán tiene la población más grande de Asia Central y es vital para los esfuerzos de Estados Unidos, regionales e internacionales para promover la estabilidad y la seguridad.
Según una encuesta de opinión global de 2002, el 85% de los uzbekos ve a Estados Unidos favorablemente, en comparación con solo el 10% que ve a los Estados Unidos de manera negativa.[1] De acuerdo con el Informe de liderazgo global de EE. UU. de 2012, el 40% de uzbekos aprueba el liderazgo de EE. UU., con un 22% de desaprobación y un 39% de incertidumbre.[2]