Óperas perdidas de Claudio Monteverdi
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El compositor italiano Claudio Monteverdi (1567-1643), además de una gran producción de música eclesiástica y madrigales, compuso prolíficamente para el escenario. Escribió sus obras teatrales entre 1604 y 1643 e incluyeron óperas, de las cuales tres (La fábula de Orfeo —1607—, El regreso de Ulises a la patria —1640— y La coronación de Popea —1643—) han sobrevivido con su música y libretos intactos. En el caso de otras siete óperas, la música ha desaparecido casi por completo, aunque existen algunos de los libretos. La pérdida de estas obras, escritas durante un período crítico de la historia temprana de la ópera, ha sido muy lamentada por comentaristas y musicólogos.
La ópera, como género musical y teatral, comenzó a surgir durante la primera parte de la carrera de Monteverdi, inicialmente como una forma de entretenimiento cortesano. Con otros compositores, jugó un papel principal en su desarrollo en la forma principal de teatro musical público. Su primera ópera, La fábula de Orfeo, escrita en 1607 para la corte de Mantua, que lo empleó, fue un gran éxito. En los años que siguieron en Mantua y en su posterior puesto como maestro de capilla (director de música) en la Basílica de San Marcos en Venecia, Monteverdi continuó escribiendo música teatral en varios géneros, incluidas óperas, bailes e intermedios (cortos interludios musicales insertados en obras convencionales). Debido a que en los tiempos de Monteverdi rara vez se pensaba que la música escénica tuviera mucha utilidad después de su interpretación inicial, gran parte de esta música desapareció poco después de su creación.
La mayor parte de la información disponible relacionada con las siete óperas perdidas se ha deducido de documentos contemporáneos, incluidas las muchas cartas que Monteverdi escribió. Estos documentos proporcionan evidencia irrefutable de que cuatro de estas obras (L'Arianna, Andrómeda, Proserpina rapita y Le nozze d'Enea con Lavinia) se completaron y se representaron en la vida de Monteverdi, pero de su música, sólo sobrevivió el famoso «Lamento» de L'Arianna y un trío de Proserpina. Monteverdi abandonó las otras tres óperas perdidas: Le nozze di Tetide, La finta pazza Licori y Armida abbandonata. Se desconoce cuánta de su música realmente escribió.