abundancia de palabras en la elocución, especialmente si son más de las necesarias De Wikipedia, la enciclopedia libre
Verbosidad (del latín tardíoverbosĭtas, -ātis) es la abundancia de palabras en la elocución.[4]Verboso es lo abundante y copioso de palabras.[5]Locuaz (del latín loquax, -ācis) es el "que habla mucho o demasiado".[6]Hablador no sólo es el "que habla mucho", sino el que en ese exceso llega a ser impertinente y molesto,[7] o el que comete una indiscreción.[8]Palabrería es la abundancia de palabras vanas y ociosas (inútiles, innecesarias, sin fundamento).[9]Palabrero, además del "que habla mucho", también es el que promete fácilmente para luego no cumplir lo prometido[10] (es decir, paradójicamente, el que no tiene palabra).[11]Parlar es "hablar mucho y sin sustancia", y en algunas aves (aves parlantes) "hacer sonidos que se asemejan a la locución humana";[12] también es hablar con indiscreción,[13] con lo que se identifica perfectamente con las primeras acepciones de "charlatán"[14] y con las acepciones metafóricas de "cotorra"[15] y "loro".[16]
La locuacidad o verbosidad puede referirse tanto a un discurso como a un escrito ("tocho",[17] "mamotreto",[18] "peñazo",[19] "rollo")[1] caracterizado por usar un exceso de palabras que, si no consiguen expresarse con fluidez y elocuencia (facilidad de palabra),[20] provocan el tedio (lo que permite calificarlo como "plúmbeo").[21] Lo opuesto de la verbosidad es la concisión, propia del lenguaje llano y el laconismo (economía lingüística); la elección de un tipo de discurso u otro marca el estilo de un hablante o autor, aunque los manuales preceptivos de retórica[22] recomiendan evitar ser prolijo[23] en exceso.
Mega biblion mega kakon (μέγα βιβλίον μέγα κακόν) / "Gran libro, gran mal"
Las siete clepsidras que a grandes voces reclamabas, Ceciliano, te las ha concedido el juez a regañadientes. Pero tú hablas largo y tendido y, medio recostado, bebes agua tibia de unas botellas de vidrio. Para que sacies de una vez tu voz y tu sed, te rogamos, Ceciliano, que bebas ya de la clepsidra.
Incluso el lenguaje poético puede caer en este vicio, cuando produce composiciones o versos tan largos y ampulosos[35] que reciben la denominación irónica de sesquipedálicos (del latín sesquipedālis, que mide un pie y medio); el mismo término se usa para denominar el uso innecesario de palabras largas, que habitualmente delatan una intención pedante o petulante,[36] y en algunos casos caen en la ultracorrección.[37]Sesquipedalia verba ("palabras de un pie y medio de longitud") es un tópico literario acuñado por Horacio:
La novela, particularmente algún subgénero, como el folletín o la novela río, se convirtió en un género muy propicio para la larga extensión, aunque en este caso la crítica literaria no lo considera un demérito por sí mismo, existiendo ejemplos excelsos: Los Miserables, de Víctor Hugo alcanzó mil cuatrocientas páginas; Guerra y Paz, de Leon Tolstoi tiene más de medio millón de caracteres; y la serie En busca del tiempo perdido, de Marcel Proust, está considerada como la más larga del mundo, con más de nueve millones y medio de caracteres.[41]
Existen distintos estereotipos que atribuyen a algún grupo humano ser más o menos hablador que otro,[54] aunque no parecen haberse probado científicamente.
Investigadores de la Universidad de Arizona en Tucson (Estados Unidos) han estudiado de forma científica el estereotipo de que las mujeres hablan más que los hombres, y han descubierto que tanto mujeres como hombres utilizan una media de 16.000 palabras al día, echando por tierra el tópico. (...) "Aunque mucha gente cree en el estereotipo de que las mujeres son habladoras y los hombres poco comunicativos, no existen estudios a gran escala que hayan registrado de forma sistemática las conversaciones naturales de grandes grupos de personas en periodos de tiempo amplios", ha explicado James W. Pennebaker,[55] coautor del estudio.[56]
La incontinencia verbal se asocia a una "personalidad volcán" que, sin necesidad de incurrir en lo patológico, convierte las conversaciones en un monólogo en el que no se escucha al interlocutor. Se encuentra en cuatro tipos de personalidades: el extrovertido, el ansioso, el histriónico y el narcisista.[57]
Parlamentar ("Dicho de una o de varias personas: Hablar o conversar con otra o con otras / Entablar conversaciones con la parte contraria para intentar ajustar la paz, una rendición, un contrato o para zanjar cualquier diferencia").[62]
Véase rollo (página de desambiguación). En el DRAE, las acepciones 9: "Papiro u otro material laminado que, enrollado, constituía el libro en la Antigüedad", 11: "Pieza de autos presentada ante los tribunales superiores", 13: "Discurso largo, pesado y aburrido", 14: "Cosa y, por extensión, persona, que resulta aburrida, pesada o fastidiosa", 15: "Mentira, historia inventada o falsa", y 20: "Aburrido, pesado"; y la expresión "rollo macabeo, o rollo patatero". Real Academia Española. «rollo». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).
Real Academia Española. «verbosidad». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).. "Elocución" se define como "Manera de hablar para expresar los conceptos / Modo de elegir y distribuir los pensamientos y las palabras en el discurso". Real Academia Española. «elocución». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).
"No tener alguien palabra": "Faltar fácilmente a lo que ofrece o contrata." Real Academia Española. «palabra». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).
Véase charlatán (desambiguación), que en las dos primeras acepciones del DRAE ("que habla mucho y sin sustancia / hablador indiscreto") Real Academia Española. «charlatán». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). coincide con el uso de los términos "verboso", "locuaz", "hablador", "palabrero" o "cotorra"; mientras que en las siguientes amplía a otros campos: Charlatán, "embaucador" (acepción 3). Charlatán de feria, "persona que se dedica a la venta ambulante y anuncia a voces su mercancía" (acepción 4).
Que en la acepción 3 del DRAE es "persona que habla y se repite mucho." Real Academia Española. «loro». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).
"Número considerable de papeles escritos. / Libro de muchas páginas." Real Academia Española. «tocho». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).
"Libro o legajo muy abultado, principalmente cuando es irregular y deforme." Real Academia Española. «mamotreto». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).
"Facilidad para expresarse con brillantez de manera espontánea." Real Academia Española. «facilidad». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).
Las acepciones 1 y 2 de "prolijo" en el DRAE tienen sentido peyorativo: "Largo, dilatado con exceso. / Impertinente, pesado, molesto"; mientras que la acepción 2 no: "Cuidadoso o esmerado". Real Academia Española. «prolijo». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).
Umberto Eco encuentra un ejemplo de larga descripción en Operación Trueno de Ian Fleming: "emplea cinco páginas en describir con una precisión propia de Robbe-Grillet la cajetilla de cigarrillos Player's" (El superhombre de masas, pg. 157). Silvio Romero encomia unos versos de Gonçalvez Dias: "Se trata de una rápida descripción de un hecho sencillísimo, realizada con gran habilidad... Todavía no estaba de moda la moderna descripción que se extiende por páginas y páginas." (Ensayos literarios, pg. 73)
Traducción de Santos Santamaría, 1878, pg. 236. El mismo autor, en La science du beau: étudiée dans ses principes, dans ses applications et dans son histoire, 1861, Volumen 2, pg. 434-435: "L'orateur, dit Aristote, évitera les mots doubles ... qui refroidissent le style et qui sont poètiques. Il se gardera d'employer des épithètes ou trop longues ou trop fréquentes. In peut bien, en poésie, dire le lait blanc; mais les épithètes surabondantes fon évidemment, en prose, l'effet de la poésie. ... Les longues circonlocutions sont des tournures poétiques qui, dans un discours, trompent l'auditeur el tl¡entrainent à de téméraires décisions.- Assurément allonger les mots, redoubler les épithètes, amplifier l'objet par la métaphore, dérouler les plis de la phrase, tout cela, qu'Aristote en avertisse ou non, c'est agrandir l'expression et, par l'expression, la pensee. Et ce qui achève de prouver qu'aux yeux d'Aristote le style poètique est un langage agrandi, c'est qu'il autorise l'orateur à recourir accidentellement aux formes poétiques quand il s'agit de donner de l'ampleur à l'elocution ou de produire de grands effets, soit de pathètique, soit d'enthousiasme."
"Silvia Agosto... consideró que no es una buena solución duplicar las expresiones, como proponen varios de los manuales criticados. Puso como ejemplo la expresión “los niños y las niñas”, que consideró que “no solo no tienen sentido por la propia estructura de la lengua, sino que porque estas fórmulas son contrarias a uno de los principios básicos del lenguaje: la economía”. “Si es posible dar un mensaje con menos palabras, ¿por qué usar más?”, argumentó. Agosto puntualizó que “las repeticiones generan problemas sintácticos y complican la redacción”. Como ejemplo negativo puso el cambio de la frase “Los padres deben consultar a los maestros por el rendimiento de sus hijos” por: “Los padres y las madres deben consultar a los maestros y las maestras por el rendimiento de sus hijos y sus hijas”. Y se preguntó: “¿Para qué usar una frase doblemente extensa para decir lo mismo?”. Según Ignacio Bosque, si se aplicaran las directrices de las comunidades, sindicatos y universidades “no se podría hablar”, pues para hacerlo hay que aplicar el uso genérico del masculino para los dos sexos ya que eso, según la RAE, “está firmemente asentado en el sistema gramatical español” y de otras muchas lenguas. Bosque subrayó que “hay acuerdo general entre los lingüistas en que el uso no marcado (o uso genérico) del masculino para designar los dos sexos está firmemente asentado en el sistema gramatical del español”. Y puso como ejemplo textos de escritoras como las españolas Soledad Puértolas, Maruja Torres, Rosa Montero o Almudena Grandes, o la uruguaya Carmen Posadas y la mexicana Ángeles Mastretta, entre otras, en los que ninguna de ellas “sigue las directrices contra el supuesto sexismo verbal”. (Tito Drago, Las nuevas reglas de la Real Academia: entre machismo, feminismo e igualdad en La Red 21, 9 de marzo de 2012).
"Dicho del lenguaje o del estilo y del escritor o del orador: Hinchado y redundante." Real Academia Española. «ampuloso». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).. Véase también "grandilocuencia": "Elocuencia elevada o pomposa / Estilo elevado o pomposo. Real Academia Española. «grandilocuencia». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).. Véase también "pomposo": "Ostentoso, magnífico, grave y autorizado / Hueco, hinchado y extendido circularmente / Dicho del lenguaje, del estilo, etc.: Demasiado solemne y adornado / Dicho de una persona: Que se expresa de forma pomposa." Real Academia Española. «pomposo». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).. Véase también rimbombante: "Que rimbomba / Ostentoso, llamativo" (rimbombar, del latín rimbombare, es "Retumbar, resonar, sonar mucho o hacer eco" Real Academia Española. «rimbombante». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).Real Academia Española. «rimbombar». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).. Jesús Gil acuñó el término "ostentóreo" (por confusión de "ostentoso" -de ostentar, "Mostrar o hacer patente algo / Hacer gala de grandeza, lucimiento y boato / Tener un título u ocupar un cargo que confieren autoridad, prestigio, renombre"- y "estentóreo" -de Esténtor, personaje de la Ilíada a quien se atribuye una potente voz-). Real Academia Española. «ostentoso». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).José Antonio Pascual, No es lo mismo ostentoso que ostentóreo. La azarosa vida de las palabras, Espasa, 2013, citado en Antonio Astorga, Los veinte errores más vulgares de la lengua, ABC, 01/02/2013.
"Que tiene petulancia" Real Academia Española. «petulante». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).; definiéndose "petulancia" como "vana y exagerada presunción." Real Academia Española. «petulancia». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).. La petulancia caracteriza perfectamente al "pedante", que se define como la persona "engreída y que hace inoportuno y vano alarde de erudición, téngala o no en realidad" Real Academia Española. «pedante». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).
Acepción 2: "Dicho de un escritor, de un artista, etc.: Creador de muchas obras." Real Academia Española. «prolífico». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).
"Que tiene grafomanía" Real Academia Española. «grafómano». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).; y ésta, la "manía irresistible de escribir." Real Academia Española. «grafomanía». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).
Persona con grandes conocimientos en diversas materias científicas o humanísticas. Real Academia Española. «polímata». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).
"Escribió a mano más de 6,800 cartas en su vida, con ello se convirtió en el más prolífico de los escritores de cartas de su tiempo – o quizá de todos los tiempos." (loyolapress.comArchivado el 6 de marzo de 2016 en Wayback Machine.)
"No debe haber en la literatura universal otra obra tan abundante como la de Lope de Vega... Su biógrafo Juan Pérez de Montalbán adjudica a Lope de Vega la cifra fabulosa de 1.800 comedias y 400 autos... A esta monumental producción teatral hay que añadir la composición de cientos de poemas líricos, la escritura de más de media docena de extensos poemas épicos o épico-narrativos y la creación de tres novelas largas, cuatro novelas cortas y la ‘acción en prosa’ (al modo de La Celestina) La Dorotea, además de un abundante epistolario." Casa Museo Lope de Vega
"Que habla pronunciando las palabras con una perfección afectada." Real Academia Española. «redicho». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).