Neuromito del cerebro con género
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El neuromito del cerebro con género es la creencia de que existe un cerebro masculino y un cerebro femenino claramente diferenciados. A pesar de que esta afirmación se repite en muchos estudios, no existen pruebas científicas de que haya realmente diferencias en la estructura o fisiología del cerebro. Las aparentes y supuestas diferencias (tamaño, cuerpo calloso) han sido históricamente utilizadas para definir supuestas desigualdades: como existirían diferencias profundas y fundamentales entre los cerebros de hombres y mujeres, entonces los portadores de esos cerebros tendrían acceso a diferentes habilidades, de las cuales las superiores quedarían adjudicadas al sexo masculino. Los varones serían mejores para matemáticas y raciocinio, y las mujeres más irracionales y empáticas.[1] Por eso se habla de neurosexismo, es decir, la interpretación y utilización de los hallazgos neurocientíficos para justificar estereotipos de género.[2][3][4][5] Para muchos científicos, la creencia de que existe un cerebro masculino y un cerebro femenino claramente diferenciados se trataría de otro neuromito.