Monarquismo en México
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El monarquismo en México es la ideología política que defiende el establecimiento, restauración y preservación de una forma monárquica de gobierno en México. El monarquismo fue un factor recurrente en las décadas durante y después de la lucha de México por la independencia.
A partir de 1808, cerca del final del reino del Virreinato de Nueva España, no estaba claro qué forma de gobierno (monárquico o republicano) podría reemplazar al absolutismo de Fernando VII de España, pero la posición predeterminada en esa época era la monarquía.[1] En 1821, México declaró la Independencia del Imperio Mexicano. Sin embargo, a falta de un príncipe que ascendiera al Trono de México, Agustín de Iturbide, general realista criollo que hizo alianza con los insurgentes por la independencia, fue proclamado presidente de la Regencia. Su Plan de Iguala unió facciones por la independencia e imaginó una nación soberana, con la esperanza declarada de que el nuevo estado estaría dirigido por un miembro de la familia real española o un príncipe de otra casa real europea.
En ausencia, aún, de un candidato voluntario o no prohibido de una casa real establecida, Iturbide fue elegido Emperador de México por el congreso mexicano en 1822 como Agustín I. Los conflictos entre el Congreso y el emperador, junto con la lucha del emperador por pagar a los militares que apuntalaban su régimen, llevaron al colapso del imperio. El emperador abdicó y se exilió en 1823. México estableció una república federada bajo la Constitución de 1824, pero la idea de la monarquía continuó entre los conservadores mexicanos.[2]
El monarquismo mexicano quedó desacreditado tras la caída del Primer Imperio Mexicano, y algunos estudiosos han escrito que "no hubo un apoyo monárquico efectivo en México entre el Imperio de Iturbide y el Imperio de Maximiliano".[3] No obstante, monárquicos como Lucas Alamán continuaron esperando que la monarquía fuera una solución viable a la agitación política de México al invitar a un príncipe europeo a asumir el trono mexicano, siguiendo el precedente establecido por naciones como Gran Bretaña, Grecia y Bélgica, que eligieron a sus monarcas de diferentes países.[4] Muchos en el Partido Conservador continuaron expresando aspiraciones monárquicas ya en 1832, y muchos creían que “sólo una monarquía podría salvar a México de la anarquía y a Estados Unidos”.[5] De todos modos, "muchas veces las propuestas monárquicas eran poco más que intrigas privadas, carentes de apoyo real".[6]
Estas ideas atrajeron el interés en las cortes europeas, culminando con una intervención francesa en México en 1861, con el objetivo de ayudar al Partido Conservador mexicano a establecer una monarquía mexicana, esta vez con el archiduque Maximiliano de Austria como emperador. La idea de una monarquía obtuvo un apoyo cada vez mayor en México tras la derrota militar de los conservadores en la Guerra de Reforma, provocada por la promulgación de la Constitución liberal de 1857 . El victorioso gobierno liberal de Benito Juárez suspendió los pagos a los tenedores de bonos, lo que dio a las potencias europeas el pretexto para intervenir militarmente para el cobro de deudas. En estas circunstancias, los conservadores mexicanos invitaron al archiduque Maximiliano a convertirse en emperador mientras las fuerzas francesas de Napoleón III invadían el centro de México . El establecimiento del Imperio por tropas francesas, con el apoyo de las fuerzas imperiales mexicanas, manchó la legitimidad del régimen imperial desde el principio. Esto se vio agravado aún más por el hecho de que Juárez nunca abandonó el territorio nacional y era considerado el jefe de Estado legítimo por Estados Unidos. Los conservadores mexicanos esperaban que el monarca se adhiriera a principios conservadores, pero el emperador Maximiliano era políticamente liberal y ratificó muchas de las reformas del gobierno republicano liberal que su régimen desplazó. El Segundo Imperio Mexicano se estableció cuando Estados Unidos estaba inmerso en su guerra civil (1861-1865), y con su fin pudo dar apoyo material a las fuerzas republicanas de Juárez. Con la retirada de las fuerzas francesas por parte de Napoleón III en 1866-67, el Imperio colapsó en 1867. El emperador Maximiliano fue capturado, juzgado y ejecutado. Su ejecución por un pelotón de fusilamiento de la República Restaurada marcó el fin de la monarquía en México.