Migración lombarda
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La migración lombarda fue un proceso plurisecular que llevó al pueblo germánico de los lombardos desde su tierra natal (en el sur de Escandinavia, que ocupaban en el siglo I a. C.) hasta la península itálica, a la que llegaron en el siglo VI d. C.. Después de haber desembarcado en la costa suroeste del mar Báltico (todavía en el siglo I a. C.), los germánicos remontaron el río Elba (siglo I d. C.-siglo IV d. C.) para asentarse a lo largo del curso medio del Danubio (siglos IV-VI). Desde aquí, en el año 568, los lombardos avanzaron hacia la península itálica, que ocuparon -aunque no del todo- hasta las zonas del sur, fundando allí un reino que duraría hasta el año 774.
Durante todo el proceso migratorio, que se desarrolló en función de las necesidades contingentes del momento y no según un plan predeterminado, los lombardos entraron repetidamente en contacto con otras poblaciones, tanto germánicas como de otros orígenes. Los lombardos tuvieron frecuentes enfrentamientos armados con ellos, pero también cultivaron relaciones comerciales más pacíficas; ambas relaciones modificaron profundamente, a lo largo de los siglos, la composición étnica de ese pueblo, cuyas estructuras sociales, culturales e institucionales conservaron, sin embargo, gran parte de sus raíces germánicas. En el curso de la migración, grupos de lombardos se separaron varias veces del grueso del pueblo, siguiendo caminos autónomos e independientes.
Según su origen mítico, también confirmado por evidencias históricas y arqueológicas, los lombardos eran originarios de Escania, en el extremo meridional de la península escandinava. Se sabe por Estrabón que los lombardos habitarían cerca de la desembocadura del río Elba poco después del comienzo de la era cristiana, cerca de los caucos.[Me. 1][1] Los hallazgos arqueológicos muestran que los lombardos eran entonces un pueblo agrícola.[Pr. 1]
La primera mención romana de los lombardos acontece en el año 5 d. C., cuando fueron derrotados durante la campaña germánica de Tiberio. Veleyo Patérculo, historiador de corte que acompañaba la expedición como prefecto de la caballería,[Me. 1] los describió como «más fieros que los salvajes germanos normales».[2] Tácito, que escribió más de ochenta años después de los hechos, contaba a los lombardos entre las tribus suevas,[Ta. 1] y refiere que eran súbditos de Marobod el rey de los marcomanos.[Ta. 2] Marobod habría hecho la paz con los romanos y por ello ni los marcomano ni los lombardos no formaron parte de la confederación de germanos a las órdenes de Arminio que venció en el año 9 a las legiones de Varo en la batalla del bosque de Teutoburgo. (Una misión diplomática de Arminio, enviada a Marobod para que los marcomanos a la rebelión, fracasó.) Las relaciones entre los dos líderes germánicos se deterioraron entonces. Los semnones y los lombardos lo aprovecharon para abandonar la clientela marcomana y unirse al partido querusco. En el año 17 d. C. los ejércitos de ambas confederaciones chocaron y Marobod fue derrotado.
La contribución lombarda en las coaliciones germánicas de la época era ya tan influyente que en el año 47 d. C., cuando estalló una lucha entre los queruscos que acabó con la expulsión de su país de su nuevo caudillo, el sobrino de Arminio, los lombardos consiguieron restaurarlo en el trono querusco,[Ta. 3][Ja. 1][Ca. 2] con suficiente poder, al parecer, para controlar el destino de la tribu que, treinta y ocho años antes, había encabezado la lucha por la independencia.
A mediados del siglo II, los lombardos aparecen asimismo en Renania. Según Ptolomeo, los lombardos suevos se asentaron al sur de los sicambrios,[3][Me. 2] pero permanecieron en el Elba, entre los chauci y los suevos,[4] lo que indica una expansión lombarda. El Codex Gothanus menciona igualmente Patespruna (Paderborn) en relación con los lombardos.[5] Dión Casio informa de que justo antes de las guerras marcomanas, seis mil lombardos y los ubios cruzaron el Danubio e invadieron Panonia.[6][Me. 3] Las dos tribus fueron derrotadas, de ahí que desistieran de su empeño y enviaran a Ballomar, rey de los marcomanos, como embajador ante Iallo Basso, entonces gobernador de la Panonia Superior. Se hizo la paz y las dos tribus volvieron a su hogar, que en el caso de los lombardos estaba en las tierras del Elba inferior.[Pr. 2][7]
La razón por la que los lombardos desaparezcan como tales de la historia romana en el período 166-489 podría ser que habitaran tan profundamente en la Germania interior que solo se les detectase cuando reaparecieron en las orillas del Danubio, o bien porque los lombardos estuvieron sometidos a una tribu más grande, probablemente los sajones.[Pr. 3][Me. 3] Es, sin embargo, bastante probable que cuando el grueso de los lombardos emigrase, una parte considerable permaneciese detrás y más adelante sería absorbida por las tribus sajonas en la región, mientras que solo los emigrantes conservarían el nombre de lombardos.[8] Sin embargo, el Codex Gothanus recoge que los lombardos fueron sometidos por los sajones alrededor del año 300, pero que se alzaron de nuevo contra ellos con su rey Agelmundo.[9][Me. 4] En la segunda mitad del siglo IV, los lombardos dejaron su hogar, probablemente debido a años de cosechas escasas, y se embarcaron en su migración.[Pr. 4][10]
La ruta de migración de los lombardos, desde su tierra natal a Rugiland en 489 tuvo varias etapas: Scoringa (que se cree que fue su tierra en las orillas del Elba), Mauringa —la tierra al este del Elba, según el Anónimo de Rávena[11]—, Golanda,[15] Anthaib, Banthaib y Vurgundaib (Burgundaib), [16] las tierras antiguas de los burgundios.[Pr. 5][17] En Vurgundaib, los lombardos fueron derrotados por los «búlgaros» (probablemente hunos);[Me. 5] el rey Agelmundo fue asesinado y Laimicho ascendió al poder más tarde; estaba en su juventud y deseaba vengar la muerte de Agelmundo.[18] Los lombardos mismos probablemente fueran súbditos de los hunos tras la derrota, pero los lombardos se alzaron de nuevo contra ellos y los derrotaron con gran matanza.[19] La victoria dio a los lombardos un gran botín y confianza pues ellos «...se hicieron más atrevidos a la hora de enfrentarse en la guerra».[20]
En los años 540, Alduino (r. 546-565) guio a los lombardos al otro lado del Danubio de nuevo hacia Panonia. Se establecieron allí gracias a un foedus de 540 (o 541),[21] pues Justiniano los animó a luchar contra los gépidos para tenerlos como aliados y servir de barrera a Italia contra las invasiones de otros pueblos bárbaros. Dado que Justiniano les había apoyado en una guerra contra los gépidos, combatieron a cambio contra los ostrogodos. En la batalla contra los gépidos, se distinguió el hijo de Alduino, Alboino que le sucedió. Alboino se alió con el Kaganato ávaro contra los gépidos, cuyo reino destruyeron en el año 567, matando a su viejo rey Cunimundo y casándose Alboino a la fuerza con su hija, la princesa Rosamunda.
A principios de 568, a lo mejor por desconfianza contra los ávaros, pero también al corriente de la inestabilidad del dominio bizantino en Italia después de la guerra gótica, decidió la migración de su pueblo hacia Italia septentrional. Ordenó a su pueblo cruzar los Alpes, encabezando un grupo compuesto por hérulos, gépidos, búlgaros, turingios, sármatas, suevos, romanos que quedaban en Pannonia y algunos ostrogodos; pero destacaban los 20.000 guerreros sajones[22] con sus familias, que partieron desde Panonia.[29]
Salieron hacia Italia partiendo del lago de Balatón (en la Hungría actual) el lunes de Pascua del año 568[Di. 1] e invadieron Italia cruzando el Isonzo.[Ja. 2]