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ideología política De Wikipedia, la enciclopedia libre
El socioliberalismo o liberalismo social (también conocido en Estados Unidos y Canadá como liberalismo moderno, en España como liberalismo progresista y en Reino Unido como nuevo liberalismo),[1] es una corriente del liberalismo que, siguiendo en sus inicios a Juan Álvarez Mendizábal y más posteriormente a John Stuart Mill, coloca en el centro de su pensamiento el desarrollo interno y material de los seres humanos pensando en su interacción social.[2][3]
Las ideas y los partidos liberales sociales tienden a ser considerados de centro a centroizquierda, aunque existen desviaciones de estas posiciones tanto hacia la izquierda como hacia la derecha. Abordar cuestiones económicas y sociales, como la pobreza, el bienestar, la infraestructura, la atención médica y la educación mediante la intervención del gobierno, al tiempo que se enfatizan los derechos individuales y la autonomía, son perspectivas de un gobierno socioliberal. En el discurso político moderno, el liberalismo social se asocia con el progresismo, un liberalismo de izquierda en contraste con el neoliberalismo de tendencia derechista, y combina el apoyo a una economía mixta con el liberalismo cultural.[4]
En lo político, su ética se opone al autoritarismo y busca involucrar a los seres humanos en el proceso de toma de decisiones, de ahí el énfasis en la democracia. En lo económico propone una intervención moderada del Estado en la economía que castigue la formación de monopolios y la consolidación de intereses monopolísticos para conseguir una verdadera libertad de mercado. Los socioliberales son críticos con el socialismo real, debido a su pretensión de socializar la economía, que, según ellos, cae en el paternalismo, coarta la libertad de comercio y genera ineficiencia económica e injusticia social, no así con otras corrientes moderadas del socialismo, como por ejemplo la socialdemocracia. Según los socioliberales la función del Estado es la de garantizar la igualdad de oportunidades, fomentando el desarrollo personal y la libertad de todos los ciudadanos, pero en ningún caso la de sustituirlos en la toma de decisiones.
El socioliberalismo nace como corriente progresista del liberalismo clásico, e introduce el concepto de justicia social y la democracia liberal en su programa de reformas. Es una teoría de origen europeo basada en corrientes racionalistas ilustradas relacionadas, sobre todo, con Kant. Más allá, se pueden encontrar raíces en los orígenes del iusnaturalismo en Tomás de Aquino y Francisco Suárez, en la Escuela de Salamanca, y en el humanismo renacentista.
Los primeros socioliberales aparecieron durante el siglo XIX y formularon sus puntos de vista en respuesta al liberalismo clásico de los siglos XVII y XVIII. Los socioliberales pusieron gran énfasis en las libertades individuales y en la interacción de tales libertades con otras funciones esenciales de la vida comunitaria, como son la solidaridad y la empatía, que pueden servir para acrecentar las oportunidades de los menos privilegiados en la sociedad.
Tiene sus fuentes tanto en las tesis más racionalistas de la Ilustración, como en el desarrollo del capitalismo liberal e industrial del s. XIX, con el que comulga sin rubor. Sus fundamentos teóricos se encuentran en las filosofías liberales de Jeremy Bentham, Thomas Jefferson, John Stuart Mill, y, más recientemente, Isaiah Berlin, John Rawls o Norberto Bobbio.
El socioliberalismo se empieza a formar en del siglo XIX. A nivel político y social, está estrechamente vinculado a la Universidad de Oxford y emerge bajo el nombre de Nuevo Liberalismo. Económicamente, está influenciado por investigadores de la Universidad de Cambridge. A nivel internacional, con figuras como Woodrow Wilson, Norman Angell y David Mitrany, ha contribuido en gran medida al establecimiento de instituciones internacionales de regulación, tanto a nivel político (Sociedad de las Naciones y Naciones Unidas) como a nivel económico en el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial.
El liberalismo social como una ideología ha tenido una notable influencia en la vida política de Francia a través del solidarismo y en los Estados Unidos, a través del programa de la Nueva libertad (New liberty) de Woodrow Wilson. Sin embargo, esta ideología es dominante solo después de la Segunda Guerra Mundial.[5] Será muy discutida al final de los Treinta Años Gloriosos, perdiendo gran parte de su influencia en beneficio de otras corrientes liberales. En particular, se le acusa de ceder a la tentación de la pericia, particularmente fuerte en economía. En Latinoamérica, el socioliberalismo está emparentado con el radicalismo, que provienen del ala izquierda de los partidos liberales.
El socioliberalismo, bajo la influencia de John Rawls, Amartya Sen y Martha Nussbaum, opera en torno a un mayor respeto por los ciudadanos, al mismo tiempo que esboza una crítica del «economismo liberal». Desarrolla una reflexión relacionada con las formas de responder a los nuevos retos del siglo XXI: la justicia social, los derechos civiles, multiculturalismo, la ética política, etc.[6]
En lo político, el pensamiento socioliberal se entiende como una evolución natural del progresismo liberal, como adaptación a los tiempos actuales, desarrollando sus propias teorías acerca de las soluciones necesarias para resolver los problemas de la sociedad.
El liberalismo social cree que la libertad se basa en el libre desarrollo de la persona sin coacción del Estado, siempre que se mantengan dentro de lo que es legal y sin que interfieran con el otros, creyendo en la mejor forma de garantizar servicios sociales de calidad, y se favorezca la actividad económica privada, el crecimiento económico, el ahorro e inversión para conseguir elevados salarios y un mayor volumen de beneficios en las empresas que les permitan recaudar más volumen en impuestos. Puede traducirse en un liberalismo con un estado de bienestar (aplicado solo a funciones realmente importantes como salud o educación, para que haya igualdad de oportunidades y justicia social, para que haya una cosa, la voluntad propia).
En Europa el socioliberalismo no pertenece a ningún partido u organización, sino que permea toda la construcción política europea; es una de las ideologías que ha configurado los partidos europeos en todo el espectro político. Así, la mayor parte de los partidos políticos europeos democráticos y moderados tiene raíces ideológicas en el socioliberalismo, como es el caso de la izquierda socialdemócrata y de la derecha liberal. Sin embargo, hay partidos más directamente inspirados por el socioliberalismo, y, en Europa, se encuentran en su mayoría en el entorno del Partido de la Alianza de los Liberales y Demócratas por Europa, que con el nombre de Renovar Europa conforma el tercer grupo más numeroso en el Parlamento Europeo. Su actual líder es el ex primer ministro de Bélgica, Guy Verhofstadt, cuyo hermano, el pensador Dirk Verhofstadt, ha sido uno de los grandes contribuidores contemporáneos al socioliberalismo tanto en Bélgica como en Países Bajos.
Por lo general, los social liberales europeos están a favor del federalismo europeo. Esto le ha acarreado críticas desde sectores euro-escépticos, que tumbaron su candidatura en el año 2004 a la presidencia de la Comisión Europea. También fue conocida su postura contraria a la invasión de Irak planeada por George W. Bush.
El actual presidente de ELDR, el británico liberal demócrata Graham Watson, fue elegido el 25 de noviembre de 2011 en el Congreso celebrado en Palermo. Nada más se supo su nombramiento, dijo: «Mis tres principales metas serán expandir el partido, poner al día las técnicas de campaña y construir un partido verdaderamente pan europeo en su pensamiento».
A esto, añadió: «Las múltiples crisis en las que actualmente nos encontramos —económica, política y medioambiental— son una oportunidad para los liberales para mostrar de qué estamos hechos. Es nuestro trabajo como liberales explicar cómo ofrecemos una verdadera alternativa responsable al conservadurismo y al socialismo».
De los partidos estatales europeos, destacan por su tamaño los siguientes partidos de inspiración directamente socioliberal:
En Estados Unidos, el socioliberalismo se identifica muy decididamente con el Partido Demócrata, cuyo fundador, Thomas Jefferson, fue uno de los primeros teóricos socioliberales (la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, redactada en su mayoría por Jefferson, recoge explícitamente algunos importantes principios del socioliberalismo, como los concernientes a los derechos humanos, y a la separación de Iglesia y Estado).
En Canadá está el Partido Liberal, basado en las teorías de diversos autores liberales que incluyen la libertad individual para las generaciones presentes y futuras, la responsabilidad, la dignidad humana, el concepto de sociedad justa, libertad política y religiosa, unidad nacional en el marco de un Canadá federal, igualdad de oportunidades, diversidad cultural, bilingüismo y multilateralismo. Este partido impulsó medidas sociales tales como la legalización del matrimonio gay y el uso del cannabis terapéutico, además de una propuesta para legalizar su posesión en pequeñas cantidades.
En Chile, el socioliberalismo está representado por el Partido Liberal de Chile. Uno de los autores que han aportado a la literatura socioliberal desde ese país ha sido el abogado y filósofo Agustín Squella.
En Costa Rica las posturas del Socioliberalismo están representadas por el Partido Liberal Progresista. Esta agrupación política defiende la libertad económica, la defensa de los derechos LGTBI+, la legalización del consumo de marihuana, la fecundación in vitro, la separación Estado e Iglesia, políticas ambientales y políticas de asistencia social que busquen el empoderamiento de los beneficiados y que no dependan del Estado. [19][20]
En India, el socioliberalismo está representado por el Congreso Nacional Indio y en Sudáfrica por la Alianza Democrática. En Japón por el Partido Democrático de Japón.
Fueron varios los hechos que durante los siglos XVIII y XIX iban a alentar el surgimiento del liberalismo social.
Al principio del siglo XIX, el liberalismo era la fuerza política e intelectual dominante en Europa.[21] En Inglaterra, el Partido Liberal nació en 1839 a partir de la reunión del expartido Whigs y los radicales, los seguidores de Jeremy Bentham y el utilitarismo. Fue uno de los dos grandes partidos ingleses, con los Tories, hasta 1922. Sociológicamente, estuvo muy influenciado por la pequeña burguesía radical. Bajo su influencia, Richard Cobden y la Escuela de Mánchester terminan con la derogación de las Leyes de Maíz el 16 de mayo de 1846, y la conversión de Inglaterra al libre comercio. Mientras en los Estados Unidos, se estableció un consenso liberal después de la Guerra Civil,[22] en el continente europeo el liberalismo regresó a Francia y Alemania después de las revoluciones de 1848. El filósofo y economista John Stuart Mill, de la escuela clásica, se apartó de los estrictos dogmas del liberalismo económico clásico, y presentó su interés en el saint-simonismo,[23] incluyendo la idea de la igualdad de género y las críticas al liberalismo clásico, llevándolo a teorizar un nuevo estado social que uniría la mayor libertad individual de acción con «una propiedad común de las materias primas del globo» y «una participación igualitaria de todos en beneficios de la asociación laboral». El trabajo de Mill, favorablemente influenciada por la Revolución Francesa del mes de febrero de 1848, demuestran la consistencia de su interés en el socialismo.[24]
En las revoluciones liberales —que destruyen las bases jurídico-políticas establecidas hasta entonces por el absolutismo— y la revolución industrial —que arroja a los campesinos de la tierra y los incorpora a la industria—, enarbolando la postura del individualismo, no hay una consideración social de la pobreza, sino que se considera tener en esos casos mala suerte o malos hábitos. De esta situación surge el socialismo, que introduce una consideración social de los problemas empezando a propugnar medidas colectivas y postulando intervenciones del Estado en la economía. Los obreros empiezan a estar organizados y a exigir una democratización y una laicización de la educación.
En los años posteriores, desde el liberalismo se empieza a tomar conciencia de la cuestión obrera. Se produce una laicización de la educación y una generalización de la enseñanza obligatoria, suponiendo una mejora de la clase obrera al intentarse una incorporación de ésta en la sociedad liberal. Se produce aquí la primera gran diferenciación entre el liberalismo clásico y el liberalismo social, donde el primero utiliza la libertad individual como medio universal para la realización del ideal del individuo sin distinguir clases sociales y el segundo, en cambio, trata de integrarlo a la sociedad, visualizando al colectivo como una unidad corpórea que exige el sacrificio de parte del interés particular volcándolo en el concepto abstracto de "voluntad colectiva".
En el mundo anglosajón, estas ideas son conocidas como "liberalismo moderno", en contraposición al liberalismo clásico o a los neoconservadores o liberal-conservadores. En Estados Unidos, estas posturas están defendidas por el Partido Demócrata de Estados Unidos. Allí, los demócratas son conocidos, simplemente, como "liberales".
La Iglesia católica sufrió una embestida muy fuerte durante el siglo XIX. A partir de la amenaza social que consideraban que se producía con la organización de los obreros, los conservadores vieron en los principios católicos la manera de mantener al hombre. Sin embargo, el papa León XIII, en la encíclica Rerum novarum de 15 de mayo de 1891, da nota de la cuestión social y de las condiciones en la que viven los obreros, pero ve también que está siendo captada por lo que considera la subversión del socialismo. La Rerum novarum supone reconocer unas premisas sociales y nace de esta manera la doctrina social de la Iglesia.
La Internacional Liberal es la principal organización internacional de partidos liberales, incluyendo los social liberales.
Las dos principales corrientes del liberalismo social se vieron en Inglaterra con el new liberalism, propugnado por Leonard Trelawny Hobhouse, y en Francia con el solidarismo, abanderado por Alfred Fouillée, Célestin Bouglé y, sobre todos, Léon Bourgeois. En España también tuvo importancia el krausoinstitucionalismo, corriente krausista del liberalismo social que encabezaron Francisco Giner de los Ríos y Gumersindo de Azcárate.
Esta lista presenta algunos de los más notables pensadores y políticos que generalmente son considerados como los más significativos contribuidores al desarrollo y evolución del socioliberalismo como ideología política.
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