Historia de las cúpulas persas
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Las cúpulas persas o cúpulas iraníes tienen un origen antiguo y una historia que se extiende a la era moderna. El uso de cúpulas en la antigua Mesopotamia se sucedió a través de los imperios que gobernaron la región del Gran Irán.
La antigua tradición de cubrir las audiencias reales con tiendas en forma de carpa que representaban los cielos, derivó en el uso las cúpulas monumentales hechas de piedra y ladrillo. Ello fue posible debido a la invención de la trompa,[1] un elemento estructural que permitía la transición desde la base circular de las pesadas cúpulas hasta los macizos muros de soporte de los recintos, generalmente cuadrados (aunque también octogonales). Las cúpulas remataban las cubiertas de los palacios reales, fortalezas y templos, entre otras edificaciones.
Con la introducción del Islam en el siglo VII, también la arquitectura de las mezquitas y mausoleos adoptó y desarrolló este elemento. Las innovaciones estructurales se sucedieron, con el uso de cúpulas apuntadas, de tambores, de techos cónicos, de cáscaras dobles y triples, y el empleo de mocárabes o muqarbas,[2] y de formas bulbosas. Para decorar tanto el exterior como las superficies interiores se utilizaron patrones decorativos de ladrillo, costillas entrelazadas, yesos pintados y coloridos mosaicos de azulejos.