Animalística
representación artística de animales / De Wikipedia, la enciclopedia encyclopedia
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La animalística o arte animalista es la representación artística de animales.[5] La pintura animalista y la escultura animalista son géneros artísticos de la pintura y la escultura respectivamente; así como también lo son, en su orden, la joyería animalista y la fotografía animalista de la joyería y la fotografía.
En la jerarquía de géneros la pintura animalista y la escultura animalista se les supone un valor inferior a la representación de la figura humana, y se relaciona con la representación del paisaje y los bodegones.
No debe confundirse la animalística con el animalismo, una ideología (la defensa de lo que denominan derechos de los animales —no debe confundirse, a su vez, con el bestialismo o zoofilia—);[6] ni con la animalidad (la condición del animal por contraposición a la del ser humano —humanidad—).[7] Tampoco debe confundirse con la utilización de la piel, pluma y otras partes del cuerpo de los animales para reproducir su apariencia en vida, lo que da origen a objetos artísticos, en la actividad denominada taxidermia.
Los animales domésticos y las especies cinegéticas han sido las más representadas en el arte; siendo la principal el caballo: entre las principales manifestaciones del arte equino están el retrato ecuestre, la pintura de caza y otros subgéneros de la pintura de historia. No debe confundirse el arte equino con el arte ecuestre o equitación.
También hay numerosas representaciones de animales fantásticos, compuestos con partes de distintos animales, o de animales y seres humanos (teriomorfismo); bien míticos (Pegaso, centauros, sirenas, Lamassu, Quetzalcoatl, esfinges, quimeras, grifos, dragones) o simplemente imaginarios (El Bosco).
La utilización de los animales como tema artístico puede tratarlos como figura única (la Vaca de Mirón, el Rinoceronte de Durero, el caballo Whistlejacket de Stubbs, el Perro semihundido de Goya o la Cabra de Picasso), figura central entre otras (el toro en las múltiples representaciones de El rapto de Europa, el corcel dorado de la orfebrería parisina, el caballo de La caída de San Pablo camino de Damasco de Caravaggio), o como figuras secundarias (en pareja —la mula y el buey de las múltiples representaciones de la Natividad, el perro y el pájaro en La Sagrada Familia del pajarito de Murillo—, en solitario —símbolos iconográficos de muchos dioses y santos, el perro de Las Meninas de Velázquez—, o en grupos más numerosos —rebaños de los frescos egipcios y de la Anunciación a los pastores, grupos de caballos en la pintura de batallas—).
Además de las piezas artísticas concebidas por sus autores como obras terminadas, se han conservado algunos extraordinarios ejemplos de apuntes, bocetos y estudios de animales (Pisanello, Leonardo da Vinci, Durero).
Además de la animalística en las artes plásticas hay una literatura animalística protagonizada por animales,[8] en la que, además del género de la fábula, sobresalen algunas obras de muy distintos géneros y de todas las épocas (El asno de oro —Apuleyo—, Viaje a occidente —Wu Cheng'en—, Calila e Dimna, Roman de Renart, El coloquio de los perros —Cervantes—, Moby-Dick —Melville, en la que el animal es más bien una obsesión que una presencia real—, El libro de la selva —Kipling—, ¡Adiós, Cordera! —Clarín—, Colmillo Blanco —Jack London—, Platero y yo —Juan Ramón Jiménez—, Rebelión en la granja —Orwell, una distopía crítica con el estalinismo—, Equus —Peter Shaffer—, etc.)
También hay un cine animalístico (Born Free, El oso, Free Willy, Gorilas en la niebla, Parque Jurásico, etc.) especialmente importante en animación (Bambi, La dama y el vagabundo, 101 dálmatas, El rey león, The Land Before Time, Chicken Run, Antz, A Bug's Life, Ice Age, etc.); al que hay que añadir el cine puramente documental sobre la naturaleza (documentales de naturaleza: El mundo del silencio, El hombre y la Tierra, Planeta Viviente, Le Peuple migrateur), para el que la filmación de animales es parte esencial, como lo es también en los géneros fotográficos correspondiente (fotografía animalística, fotografía de la vida salvaje, fotografía subacuática). Algunas memorables escenas de películas de cualquier género se centran en algún animal (por ejemplo, el caballo en el puente de Octubre de Eisenstein, imitado por Costa Gavras en Desaparecido).[9]