Guerra civil española en Castilla y León
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El desarrollo de la guerra civil española en la actual autonomía de Castilla y León ha sido poco estudiado. Si bien es cierto que en esta comunidad no hubo guerra propiamente dicha, ya que la mayor parte del territorio, con el apoyo de una parte de la población, quedó bajo el control de los sublevados en unos pocos días a partir del golpe militar del 18 de julio de 1936 también ha existido desidia de historiadores y especialistas de la propia región que, salvo contadas excepciones, no han considerado relevante ni necesario su estudio. En la bibliografía existente se habla sobre todo de la guerra de columnas en la Sierra de Guadarrama y de la formación del Frente Norte. Castilla y León constituyó el germen y la sede del nuevo Estado español con la Junta de Defensa Nacional en Burgos, el Gobierno General en Valladolid y el Cuartel General del Generalísimo en Salamanca.
La guerra que tuvo lugar en Castilla y León entre 1936 y 1939 debe inscribirse en el contexto de la guerra civil española (17-18 de julio de 1936 - 1 de abril de 1939) y que tuvo como origen un alzamiento militar contra el gobierno de la República Española que tenía como objetivo establecer una junta militar y suprimir el sistema parlamentario. Durante el verano de 1936 España quedó dividida en dos zonas. En la zona gubernamental, el Estado se desmoronó a causa del golpe sufrido y de la revolución social que se desencadenó. En la zona dominada por los rebeldes se impuso el estado de guerra bajo el férreo control de los jefes militares, y dio comienzo una fuerte represión. A partir de noviembre de 1936, cuando los rebeldes fueron incapaces de tomar Madrid, el golpe de Estado se convirtió en una guerra civil abierta entre el gobierno legítimo de la República Española y quienes querían derrocarlo para conformar un gobierno para un nuevo Estado (autodenominado Estado español), que acabó con la victoria de este último y supuso la instauración de una dictadura, con el general Francisco Franco como Jefe del Estado hasta su muerte en 1975.
En 1936, el territorio de la actual comunidad autónoma de Castilla y León se dividía en dos regiones: León y Castilla la Vieja. Las regiones no tenían entidad administrativa.
En el territorio actualmente denominado Castilla y León los sublevados no tuvieron ningún problema para hacerse rápidamente con el control de todas las provincias. Aunque bien es cierto que el alzamiento contó con el apoyo de grandes sectores de la población, lo más característico de la Guerra Civil en Castilla y León es la represión desencadenada por las nuevas autoridades, incluso en los lugares donde no hubo ninguna resistencia (que fueron la mayor parte del territorio), represión que se cebó especialmente con los miembros de las organizaciones integrantes del Frente Popular, los alcaldes y concejales de esas organizaciones, los dirigentes de las organizaciones sindicales (en especial las sociedades de obreros del campo), los maestros y los masones.