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película de 1948 dirigida por Abraham Polonsky De Wikipedia, la enciclopedia libre
La fuerza del destino (título original en inglés: Force of Evil) es una película estadounidense de 1948 de los géneros criminal y film noir protagonizada por John Garfield y dirigida por Abraham Polonsky. Fue adaptada por Polonsky e Ira Wolfert de la novela Tucker's People de Wolfert. Polonsky había sido guionista de la película de boxeo Cuerpo y alma (1947), en la que Garfield también interpretó al protagonista masculino.
| Force of Evil | ||
|---|---|---|
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| Título |
La fuerza del mal El poder del mal La fuerza del destino[1] | |
| Ficha técnica | ||
| Dirección | ||
| Guion |
Abraham Polonsky Ira Wolfert | |
| Música | David Raksin | |
| Fotografía | George Barnes | |
| Protagonistas |
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| Ver todos los créditos (IMDb) | ||
| Datos y cifras | ||
| País |
 Estados Unidos | |
| Año | 1948 | |
| Género | Crímenes, drama y cine negro | |
| Duración | 78 | |
| Idioma(s) | inglés | |
| Compañías | ||
| Productora | The Enterprise Studios | |
| Distribución | Metro-Goldwyn-Mayer | |
| Ficha en IMDb Ficha en FilmAffinity | ||
En 1994 la película fue seleccionada para su conservación en el National Film Registry de los Estados Unidos por la Biblioteca del Congreso por ser estéticamente significativa.[2][3]
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Joe Morse (John Garfield) es un abogado de Nueva York que tiene un bufete propio con su socio Freddie Bauer (Howard Chamberlain), donde uno de sus clientes más rentables es el gánster Ben Tucker (Roy Roberts). Tucker está interesado en lograr el monopolio, en base a una manipulación de una exitosa lotería de números. Podría hacer esto con la ayuda de Joe Morse, llevando a la bancarrota a todas las oficinas de lotería ilegales de la ciudad, para poder hacerse cargo de ellas. Morse muestra pocos reparos en ayudar a Tucker, aunque los avances de la opaca esposa del mismo, Edna (Marie Windsor), hacen las cosas más difíciles. Además, su hermano mayor Leo (Thomas Gómez) dirige él mismo una agencia de lotería. Joe se arriesga a contarle a Leo sobre el plan que Tucker y él están urdiendo, para que Leo, el perdedor, salga impune. Joe se ofrece a dejar que Leo participe en la operación, pero su honesto hermano se sorprende por la propuesta, con lo cual Joe queda atrapado entre los frentes. La situación empeora aún más cuando se enamora de la empleada de Leo, Doris Lowry (Beatrice Pearson), quien permanece leal a Leo y, por lo tanto, se encuentra en peligro. Además, el compañero de Joe, Freddie Bauer, demuestra ser un jugador con intereses propios.
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Esta película fue el debut como director del guionista Polonsky y fue producida bajo la dirección de Roberts Productions, la empresa cinematográfica conjunta de Bob Roberts y la estrella John Garfield, que previamente había producido The Hunt for Millions de Polonsky.[4] La película se rodó en estudio y en lugares destacados como Wall Street y el puente George Washington. Polonsky le pidió al camarógrafo George Barnes que usara las imágenes de Edward Hopper como guía.[5]
Polonsky, Roberts y Garfield fueron el objetivo de las investigaciones del Comité de Actividades Antiamericanas durante el macartismo. Los tres se negaron a revelar los nombres de sus compañeros de izquierda al comité. A partir de entonces, Polonsky solo pudo trabajar con un nombre falso, Roberts abandonó los EE.UU. y Garfield murió después con solo 39 años. No fue hasta 1969 que a Polonsky se le dio otra oportunidad de dirigir con El valle del fugitivo.[6][7][8]
Cuando se estrenó la película, el personal de la revista Variety le dio a la película una crítica mixta, elogiando sus valores de producción pero analizando su enfoque y su lenguaje florido "intrusivo": La fuerza del mal no logra desarrollar la emoción insinuada en el título. Aparentemente, los creadores no pudieron decidir cuál era la mejor manera de presentar la exposición del juego ilícito, y terminaron sin peces ni aves en lo que respecta al contundente melodrama de mafiosos. Una interpretación poética, casi alegórica, sigue inmiscuyéndose en los elementos más duros de la trama. Este factor no agrega distinción y solo hace que las cosas sean más difíciles... Garfield, como era de esperar, aporta una actuación que saca todo el partido del material proporcionado. En el aspecto técnico, a la producción le va mejor que en cuanto a la historia. El montaje físico está expertamente valorado, las tomas locales de Nueva York dan autenticidad; y la filmación de George Barnes, aunque un poco artística, muestra una habilidad artesanal."[9]
El crítico Matthias Merkelbach elogió efusivamente la obra: "El tono nihilista, el excelente guion, un blanco y negro visualmente impactante del camarógrafo George Barnes (Rebecca de Alfred Hitchcock, EE. UU.) y un equipo de actores fantásticos, sobre todo John Garfield y Thomas Gomez en el binomio Caín y Abel como dos desiguales Hermanos: todo trae lo mejor de las claves de estilo del cine negro para florecer en La fuerza del mal de 1948. Con una duración de solo 75 minutos, Abraham Polonsky no pierde ni un minuto y crea un drama muy condensado, tan intenso en la superficie como abismal debajo. Además de la inequívoca crítica al capitalismo, existen conflictos arquetípicos entre personajes maduros en excelentes diálogos, que convierten a Joe Morse en un ícono multifacético de la era clásica del cine negro.""[10]
A Bosley Crowther, el crítico de cine de The New York Times, le gustó la película y escribió: "Pero a pesar de su naturaleza desagradable, debe decirse que esta película es un drama dinámico de crimen y castigo, brillante y ampliamente realizado. A partir de material e ideas que se han trabajado una y otra vez, de modo que se han vuelto obsoletos y trillados desde hace mucho tiempo, reúne suspenso y pavor, una sensación genuina de la desolación del crimen y una terrible sensación de fatalidad. Y atrapa en elocuentes jirones de diálogo sobre la marcha conmovedoras insinuaciones del patetismo de vidas esperanzadas que salieron mal".[11]
El historiador de cine Andrew Sarris escribió en 1968: "La fuerza del mal destaca [...] como una de las grandes películas del cine estadounidense moderno y la escena del taxi de Garfield con Beatrice Pearson le quita algo de brillo al tour de force de Brando- Steiger de Kazan en On the Waterfront ".[12]
En las décadas transcurridas desde su lanzamiento, La fuerza del mal ha sido reconocida por críticos de cine e historiadores como William S. Pechter[13] y Andrew Dickos[14] como un punto culminante del género del cine negro, poderosa en sus imágenes y lenguaje poéticos. Su influencia ha sido reconocida muchas veces por Martin Scorsese en la realización de sus dramas criminales.[15] Dijo Scorsese al respecto: "El drama moral en [La fuerza del mal] es de proporciones casi míticas. No es sólo el individuo el que está corrupto, sino todo el sistema. Esta es una visión tanto política como existencial." [16]
Según los registros de MGM, la película reacudó $948,000 en los EE.UU. y $217,000 en el extranjero.
Listas del American Film Institute:
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