Elecciones municipales de Perú de 1993
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Las elecciones municipales de Perú de 1993 se llevaron a cabo el viernes 29 de enero de 1993 en todo el Perú para elegir a los alcaldes provinciales y distritales para el período 1993-1995. Fueron convocadas por Alberto Fujimori Fujimori. La fecha de los comicios fue pospuesta debido al autogolpe de Fujimori en abril de 1992 y las elecciones constituyentes en noviembre de ese mismo año. Son las únicas elecciones municipales que se realizaron un día que no fuera domingo.
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Elecciones municipales de Perú de 1993 Autoridades locales para el período 1993-1995 | |||||||||||
Fecha | 29 de enero de 1993 | ||||||||||
Demografía electoral | |||||||||||
Población | 23 009 480 | ||||||||||
Hab. registrados | 11 190 038 | ||||||||||
Votantes | 7 322 176 | ||||||||||
Participación | |||||||||||
65.43 % ![]() | |||||||||||
Votos válidos | 5 479 754 | ||||||||||
Votos en blanco | 399 295 | ||||||||||
Votos nulos | 1 443 127 | ||||||||||
Resultados | |||||||||||
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Acción Popular | ||||||||||
Votos | 675 826 | ||||||||||
Alcaldías provinciales | 41 | ||||||||||
12.33 % | |||||||||||
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Partido Aprista Peruano | ||||||||||
Votos | 639 485 ![]() | ||||||||||
Alcaldías provinciales | 26 | ||||||||||
11.67 % | |||||||||||
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Partido Popular Cristiano | ||||||||||
Votos | 290 154 | ||||||||||
Alcaldías provinciales | 7 | ||||||||||
5.30 % | |||||||||||
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Izquierda Unida | ||||||||||
Votos | 220 188 ![]() | ||||||||||
Alcaldías provinciales | 26 | ||||||||||
4.02 % | |||||||||||
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Frente Nacional de Trabajadores y Campesinos | ||||||||||
Votos | 178 813 | ||||||||||
Alcaldías provinciales | 11 | ||||||||||
3.26 % | |||||||||||
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Movimiento Democrático de Izquierda | ||||||||||
Votos | 26 387 | ||||||||||
Alcaldías provinciales | 0 | ||||||||||
0.48 % | |||||||||||
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Otros | ||||||||||
Votos | 3 448 901 | ||||||||||
Alcaldías provinciales | 65 | ||||||||||
62.94 % |
El fujimorismo representado por la alianza Cambio 90 - Nueva Mayoría, que ganó las elecciones constituyentes con un amplio margen, fue incapaz de articular candidaturas a nivel nacional debido a una serie de conflictos internos. Apenas logró presentar candidatos en seis provincias y, de manera intempestiva, su candidatura en Lima fue retirada poco más de una semana antes del día de la elección. Además, el desinterés del Ejecutivo por los comicios permitió una cierta autonomía del sistema electoral, aunque el régimen continuaba a tomar el control poco a poco, siendo los inicios de la injerencia de la dictadura fujimorista en la organización electoral.[1]
Los representantes del sistema partidario dominante en la década de 1980 (Acción Popular, el Partido Popular Cristiano, el Partido Aprista Peruano e Izquierda Unida) mantenían todavía una organización a nivel nacional que les permitió presentar candidatos a lo largo del territorio de la República. Sin embargo, su influencia se fue diluyendo frente a la inmensa cantidad de movimientos independientes que surgieron en todo el país. Este fenómeno, que ya había comenzado en las elecciones de 1989, se consolidó en estos comicios, con una presencia sin precedentes de listas independientes. Solo en Lima se presentaron inicialmente 800 listas, aunque finalmente compitieron 38, el mayor número en la historia.[2]
A pesar de las capturas de Abimael Guzmán y Víctor Polay Campos meses antes, líderes de Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru respectivamente, estos grupos desataron una ola de atentados y asesinatos selectivos de candidatos municipales, además de convocar un paro armado para el día de las elecciones. Aunque la violencia no alcanzó los niveles de los comicios de 1989, un total de cuatro alcaldes y dieciséis candidatos a alcalde fueron asesinados durante la campaña municipal. Estos actos de terror tuvieron un impacto significativo en el clima electoral y la participación ciudadana.[3]
El día de la jornada electoral se caracterizó por un caos administrativo gestionado por el Jurado Nacional de Elecciones, incluyendo problemas de movilidad, falta de distribución y errores en el material electoral, así como la ausencia de un gran número de miembros de mesa. Un ejemplo notable fue la presencia del símbolo del Movimiento Obras del independiente Ricardo Belmont en las boletas de votación distritales en Lima, lo que llevó a su organización a obtener la victoria en distritos donde no había presentado candidatos. Esta confusión subraya la ineficacia del sistema electoral y la presencia de un gobierno que no actuaba con neutralidad.[4]
Los resultados confirmaron el ascenso de los movimientos independientes y el fracaso de los partidos políticos nacionales. Acción Popular resultó ser el partido más votado y con mayor número de concejos provinciales, aunque con el peor resultado de su historia en votos hasta ese momento. El Partido Aprista Peruano empeoró sus ya bajos resultados de la elección anterior y fue igualado en número de alcaldías provinciales por Izquierda Unida. El fujimorismo solo pudo ganar en Tacna. Los independientes lograron el control de 65 concejos provinciales, incluyendo Lima gracias a la reelección de Belmont, su mayor número hasta ese momento.[5]
Este escenario electoral no solo evidenció el debilitamiento de los partidos tradicionales, sino que también marcó el inicio de una nueva era dominada por los movimientos independientes en el ámbito subnacional, reflejando un cambio profundo en el panorama político peruano. Esta tendencia, que ya se había manifestado en 1989, se consolidó firmemente, presagiando el declive del sistema de partidos tradicionales. Además, este periodo estuvo marcado por la cada vez mayor intervención del gobierno de Fujimori en el sistema electoral, un preludio de la consolidación de su régimen autoritario y el control sobre las instituciones democráticas.