Factor de crecimiento epidérmico
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El factor de crecimiento epidérmico (EGF, más conocido por sus siglas en inglés, «epidermal growth factor»), es una proteína que estimula el crecimiento y la diferenciación celular combinándose con su receptor EGFR. El EGF humano tiene una masa molecular de 6 kilodaltons, contiene 53 residuos aminoácidos y tres enlaces disulfuro.[1][2] Ha sido desarrollado como fármaco con el nombre de «nepidermina».[3]
Factor de crecimiento epidérmico | ||||
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Estrutura de RMN coas cores do arco da vella da EGF de rato (N-terminal = azul, C-terminal = vermello). PDB 1a3p | ||||
Estructuras disponibles | ||||
PDB | Buscar ortólogos: PDBe, RCSB | |||
Identificadores | ||||
Identificadores externos | ||||
Locus | Cr. 4 :(109.91 – 110.01 Mb) | |||
Ortólogos | ||||
Especies |
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Entrez |
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UniProt |
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RefSeq (ARNm) |
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El Factor de Crecimiento Epidérmico (Epidermal Growth Factor, EGF) es importante en la curación de heridas y quemaduras; regula la inflamación y la acción de los fibroblastos y estimula el crecimiento de las células epiteliales para la reparación del tejido.[4]
El EGF fue en principio descrito como un péptido secretado, encontrado en las glándulas submaxilares de los ratones y en la orina humana. Desde entonces ha sido hallado en varios tejidos humanos, entre los que podemos señalar como ejemplo la glándula parótida.[5] El EGF humano fue conocido inicialmente como urogastrona ,.[6] y fue el primer factor de crecimiento identificado.[7]
Al igual que el TGF-α—y junto con las hormonas y neurotransmisores—desempeña una importante función en la comunicación intercelular. Todos estos pertenecen a la familia de los factores de crecimiento epidérmico y utilizan el mismo receptor.[8]
EGF tiene capacidad mitogénica sobre una amplia variedad de tipos celulares: epiteliales, hepatocitos y fibroblastos. Esta actividad es importante en la cicatrización de heridas, situación en la que los macrófagos, queratinocitos y otras células inflamatorias que migran a la zona dañada segregan EGF, que se distribuye ampliamente en secreciones tisulares y fluidos.
El TGF-α se identificó originalmente en células transformadas por virus de sarcoma, y está implicado en la proliferación de tejidos epiteliales embrionarios y adultos, así como en procesos de transformación tumoral. TGF-α presenta homologías con el EGF, ya que utiliza el mismo receptor y realiza funciones similares.
El receptor para EGF (EGFR) es en realidad una familia de 4 moléculas con actividad intrínseca tirosina quinasa. La molécula receptora mejor caracterizada se denomina EGFR1, ERB B1 o simplemente EGFR. Se han detectado mutaciones y amplificaciones de EGFR en cáncer de pulmón, de cabeza y cuello, de mama, glioblastomas y otros tipos de cáncer.