Cuestión española (Naciones Unidas)
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Se conoce como Cuestión Española al conjunto de circunstancias geopolíticas y diplomáticas que marcaron la relación entre España y las Naciones Unidas entre 1945 y 1955, centradas en el hecho de que la ONU le negó el ingreso al país en la organización debido a la simpatía que el régimen de Franco tuvo hacia las Potencias del Eje, derrotadas tras la Segunda Guerra Mundial.
La cuestión Española desapareció cuando España ingresó oficialmente en la ONU el 4 de diciembre de 1955[1], lo que fue posible gracias al «deshielo» que se produjo en las relaciones entre los dos bloques tras la muerte de Stalin en 1953, ya que «se abrió paso la idea de una ampliación de la ONU, para admitir a aquellos países que figuraron en el bando perdedor de la Guerra Mundial o fueron neutrales, y que ahora estaban alineados junto a una u otra superpotencia», que era el caso de España. Así el 8 de diciembre de 1955 la Asamblea General de la ONU admitió a dieciocho nuevos miembros, entre ellos España, junto con Italia, Portugal, Hungría, Rumania, Bulgaria, Albania, Austria y otros diez países más.[2] No hubo ningún voto en contra y solo dos abstenciones, México y Bélgica.[3] Era el final del aislamiento del franquismo.[4]