Conquista fatimí de Egipto
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La conquista fatimí de Egipto se verificó en el 969, cuando las tropas del califato fatimí a las órdenes del general Chauhar se apoderaron del territorio, que hasta entonces había gobernado autónomamente la dinastía ijshidí en nombre del califa abasí.
Los fatimíes habían tratado repetida e infructuosamente de conquistar Egipto desde que se hicieron con el poder en Ifriqiya en el 909; el califato abasí, aún poderoso, lo impidió. En la década del 960, sin embargo, los fatimíes habían consolidado y aumentado su poder, mientras que su rival oriental se había sumido en la decadencia y los ijshidíes sufrían también una larga crisis: las incursiones extranjeras y una grave hambruna se sumaron a la muerte en el 968 del caudillo Abú al-Misk Kafur. Este fallecimiento creó un vacío de poder que desató las luchas entre las distintas facciones en Fustat, la capital de Egipto. La crisis se agudizó por las campañas simultáneas bizantinas contra los Estados musulmanes del Mediterráneo oriental. Entretanto, los agentes fatimíes operaban abiertamente en Egipto, y los notables empezaron a aceptar e incluso a ansiar la toma del poder por el califato occidental con la esperanza de acabar así con la inestabilidad y la inseguridad.
La coyuntura hizo que el califa fatimí al-Muiz organizase una gran expedición para conquistar Egipto. La dirigió Chauhar; partió de Raqqada el 6 de febrero del 969 y llegó al delta del Nilo dos meses después. Los grupos ijshidíes prefirieron negociar la capitulación que oponerse al invasor; Chauhar concedió un perdón (amān), prometiendo respetar los derechos de los notables egipcios y de la población y emprender la yihad contra los bizantinos. El ejército fatimí venció a los soldados ijshidíes que trataron de impedir su cruce del Nilo entre el 29 de junio y 3 de julio, al tiempo que los agentes fatimíes aprovechaban la confusión para apoderarse de Fustat y declarar su sumisión a al-Muiz. Chauhar confirmó el amān y tomó posesión de la ciudad el 6 de julio; la oración de viernes se leyó en nombre de al-Muiz ya el 9 de julio.
Chauhar sirvió en calidad de virrey de la región durante los cuatro años siguientes, sofocando rebeliones y emprendiendo la construcción de una capital nueva, El Cairo. Sus intentos de adueñarse de otros territorios antiguamente ijshidíes como el Levante y de atacar a los bizantinos, fracasaron; avanzó velozmente al comienzo, pero luego los ejércitos fatimíes fueron aniquilados y Egipto sufrió la invasión cármata, que fue frenada justo al norte de El Cairo. Al-Muiz llegó a Egipto en el 973, y se instaló en El Cairo, que a partir de entonces fue la capital del califato hasta su desaparición.