Cine de vampiros en Italia
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El Cine de vampiros en Italia comienza tomando el testigo de las producciones estadounidenses de las décadas previas, en 1956 con I vampiri (“Los vampiros'”) (1956), dirigida por Riccardo Freda, y protagonizada por su esposa Gianna Maria Canale. Era una película típicamente gótica del vampirismo, anticipándose a las producciones británicas de la Hammer Films. La historia transcurre en París, donde aparecen varias jóvenes desangradas y comienzan a surgir rumores sobre la presencia de vampiros. Un periodista investiga los casos y llega hasta el castillo de la duquesa Marguerite Du Grand, que vive con su sobrina Giselle. El periodista descubre que los asesinatos se deben a los planes criminales de la duquesa, que usa la sangre de las víctimas para mantenerse joven, gracias a los experimentos científicos de un primo suyo. La historia está inspirada en el relato La buena Lady Ducayne (1896) de Mary Elizabeth Braddon, a su vez inspirada por la historia del personaje histórico de la condesa Báthory.
A raíz de esta película se inicia un fenómeno de proliferación del género vampírico semejante al ocurrido en México, incluyendo comedias de baja calidad como la temprana Tempi duri per i vampiri (“Agárrame ese vampiro”) (1959), una coproducción Francia-Italia dirigida por Steno, que dio lugar a una comedia burda sólo destacable por la aparición de Christopher Lee.