Catalina de Médici
reina consorte de Francia (1547-1559) / De Wikipedia, la enciclopedia encyclopedia
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Catalina de Médici (Florencia, 13 de abril de 1519-Castillo de Blois, 5 de enero de 1589) fue una noble italiana (florentina), hija de Lorenzo II de Médici y Magdalena de la Tour de Auvernia. Como esposa de Enrique II de Francia, fue reina consorte de Francia desde 1547 hasta 1559, y madre de los reyes franceses Francisco II, Carlos IX y Enrique III. En dicho país es más conocida por la francofonización de su nombre, Catherine de Médicis. Los años durante los cuales reinaron sus hijos han sido llamados «la era de Catalina de Médici» a raíz de su enorme, si bien a veces cambiante, influencia en la vida política de Francia.
Catalina de Médici | ||
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Reina de Francia | ||
Catalina de Médici, por François Clouet (c. 1560) | ||
Reina consorte de Francia | ||
31 de marzo de 1547-10 de junio de 1559 (12 años) | ||
Predecesor | Leonor de Austria | |
Sucesor | María I de Escocia | |
Información personal | ||
Nombre completo | Caterina Maria Romola de' Medici | |
Otros títulos | ||
Coronación | 10 de junio de 1549, Basílica de Saint-Denis | |
Nacimiento |
13 de abril de 1519 Florencia, República de Florencia | |
Fallecimiento |
5 de enero de 1589 (69 años) Castillo de Blois, Francia | |
Sepultura | Saint-Sauveur, Blois. Inhumada en la Basílica de Saint-Denis en 1610. | |
Familia | ||
Dinastía | Médici | |
Padre | Lorenzo II de Médici | |
Madre | Magdalena de la Tour de Auvernia | |
Consorte | Enrique II de Francia (matr. 1533; viu. 1559) | |
Hijos |
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Firma | ||
En 1533, a los catorce años, Catalina contrajo matrimonio con Enrique, segundo hijo de los reyes Francisco I y Claudia de Francia. Enrique habría de convertirse en delfín de Francia tras la muerte de su hermano mayor, Francisco, en 1536. Durante su reinado, Enrique apartó a Catalina de los asuntos de estado en favor de su amante, Diana de Poitiers, quien ejercía una gran influencia sobre el monarca. Sin embargo, la repentina muerte accidental de Enrique empujó a Catalina a la arena política como madre del frágil rey de quince años, Francisco II. A la muerte de este en 1560 Catalina pasó a ser regente del nuevo rey, su hijo de solo diez años Carlos IX, lo que le concedió amplios poderes. Tras la muerte de Carlos en 1574, Catalina volvió a desempeñar un papel clave en el reinado de su tercer hijo, Enrique III, del cual fue consejera casi hasta sus últimos meses de vida.
Los tres hijos de Catalina reinaron en una etapa de constantes guerras civiles y religiosas en Francia. Los problemas que enfrentaba la monarquía eran complejos y de enormes proporciones. Sin embargo, Catalina mantuvo a la monarquía y las instituciones estales funcionando, si bien a un nivel mínimo. Al principio Catalina cedió e hizo concesiones a los rebeldes protestantes calvinistas franceses, los hugonotes. Sin embargo, nunca comprendió del todo las cuestiones teológicas que impulsaron tal movimiento, por lo que más tarde la ira y la frustración la llevaron a aplicar líneas más duras en su política contra ellos.[1] Como consecuencia, llegó a ser culpada de las incesantes persecuciones contra los hugonotes llevadas a cabo durante los reinados de sus hijos, en particular de la Matanza de San Bartolomé en 1572, en la que fueron asesinados miles de hugonotes en París y por toda Francia.
Algunos historiadores han exculpado a Catalina de las peores decisiones de la corona francesa, aunque las evidencias de su crueldad pueden leerse en sus cartas.[2] En la práctica, su autoridad estuvo siempre limitada por los efectos de las guerras civiles, por lo que sus decisiones políticas pueden considerarse como intentos desesperados por mantener a la dinastía Valois en el trono de Francia a cualquier costo. En esta línea, su mecenazgo de las artes también fue un intento de glorificar a una monarquía cuyo prestigio estaba en franca decadencia.[3] Es improbable que sin Catalina sus hijos se hubieran mantenido en el poder,[4] y no en vano los años de sus regencias también se conocen como «la era de Catalina de Médici»,[5] pues de acuerdo con uno de sus biógrafos, Mark Strage, Catalina fue la mujer más importante del siglo XVI en Europa.[6]