Adaptación al cambio climático
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La adaptación al cambio climático es la respuesta al calentamiento global que busca reducir la vulnerabilidad de los sistemas sociales y biológicos a los efectos del cambio climático.[1] Esta puede ser planificada como parte de las políticas públicas, ya sea en reacción o anticipación al cambio climático, o espontánea, es decir, sin intervención del gobierno.[2] La adaptación planificada ya se está produciendo de forma limitada.[3] Las barreras, límites y costos de la adaptación futura no se comprenden completamente.[3] La adaptación al cambio climático probablemente costará miles de millones de dólares anuales durante las próximas décadas, aunque se desconoce la cantidad real de dinero que se necesita.[cita requerida]
Un concepto relacionado con la adaptación es la mitigación del cambio climático,[4] que consiste en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y aumentar la eliminación de estos gases de la atmósfera (a través de los sumideros de carbono).[5] Sin embargo, incluso las reducciones más eficaces en las emisiones no evitan más impactos del cambio climático, por lo que la necesidad de adaptación es inevitable.[6] Incluso si las emisiones se estabilizan relativamente pronto, el cambio climático y sus efectos durarán muchos años, y la adaptación será igualmente necesaria.[7] Si el calentamiento global no se mitiga entonces, a largo plazo, probablemente excederá la capacidad de adaptación de los sistemas humanos, naturales y gestionados.[6][8] Para los sistemas humanos, los costos económicos y sociales del cambio climático no mitigado serían muy elevados.[6]
Otro concepto relacionado con la adaptación es la capacidad de adaptación, que es la habilidad de un sistema (humano, natural o gestionado) para ajustarse al cambio climático (incluidos la variabilidad y extremos climáticos), moderar los daños potenciales, aprovechar las oportunidades o hacer frente a las consecuencias.[9] El desafío de la adaptación crece con la magnitud y la velocidad de cambio climático. Un límite fisiológico teórico para la adaptación es que los seres humanos no pueden sobrevivir a temperaturas medias de más de 35 °C (95 °F).[10]
La adaptación al cambio climático es especialmente importante en los países en desarrollo ya que se prevé que son los más afectados por los efectos del cambio climático.[11] La capacidad de adaptación se distribuye de manera desigual en las diferentes regiones y poblaciones, está estrechamente relacionada con el desarrollo social y económico,[12] y los países en desarrollo tienen en general menos capacidad de adaptación.[13]
Los países donantes prometieron una anual de $ 100 millones en 2020 a través del Fondo Verde para el Clima para ayudar a los países en desarrollo a adaptarse al cambio climático. Sin embargo, mientras que el fondo fue creado durante la COP16, los compromisos concretos de los países desarrollados no han sido inminentes.[14][15][16] Organizaciones medioambientales y personajes públicos han hecho hincapié en los cambios en el clima y los peligros que conllevan, además de fomentar la adaptación de la infraestructura y la reducción de las emisiones.[17]