Usuario:HengerberValera2020/Taller2
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{{redirige|Cervical|Vértebras cervicales}}
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El cuello (del latín Collum) es el área de transición entre el cráneo —por arriba—, el tronco y las extremidades superiores —por debajo—. Funciona como un conducto para las estructuras que circulan entre ellos, además de contener estructuras especializadas tales como la laringe, la tráquea, el esófago y las glándula tiroides y paratiroides. Para facilitar la flexibilidad y potenciar la eficacia de los órganos sensoriales que se encuentran en la cabeza, el cuello presenta una estructura relativamente delgada.[1]
El cuello es la región anatómica intercalada entre la cabeza y el tórax. Como elemento esquelético contiene únicamente el segmento cervical de la columna vertebral. Alrededor de esta se disponen diferentes grupos musculares cuya función es muy variada, pues incluye músculos comunes con la región del tronco de la columna vertebral; músculos que mueven la cabeza; músculos que participan en la respiración actuando sobre las primeras costillas; músculos asociados funcionalmente a la extremidad superior; músculos que intervienen en la dinámica del bloque visceral del cuello, y finalmente, músculos de la mímica.
Desde el punto de vista topográfico, se distingue una región posterior, por detrás de la columna vertebral, y una región anterior por delante de ella. En la región posterior, el cuello esta formado únicamente por diferentes planos musculares. En la región anterior, ademas de músculos, se encuentran las vías digestivas (faringe y Esófago) y respiratoria (laringe y traquea) en su transito de la cabeza al tórax y el paquete vasculo-nervioso yugulo-carotideo. Los músculos de la región anterior, junto con diferentes laminas aponeuroticas del cuello, protegen al bloque visceral y vasculo-nervioso formando un marco a su alrededor de importancia en cirugía.
Las estructuras contenidas en el cuello (tanto en el hombre como en el animal) son vulnerables a heridas de diversa índole, ya que el cuello no les ofrece protección ósea —con excepción de la médula espinal, la que está contenida dentro del canal cervical—. La irrigación sanguínea está dada principalmente por las arterias carótidas y el drenaje venoso por las venas yugulares —externa, interna y anterior—.[2]
Algunas lesiones en el cuello son subsanadas con el uso de un collarín.[3]