La muerte de Séneca
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La muerte de Séneca es un episodio biográfico en la vida del filósofo romano Séneca que ha dado origen a un tema artístico.
Desde 1599 hay constancia de la existencia en Roma, en la colección Altemps-Borghese, de una antigua escultura, casi de cuerpo entero, mármol negro y alabastro de 183 cm, que representa a un anciano desnudo, de pie y en una extraña postura flexionada. Fue tomada por un retrato de Séneca en el momento de suicidarse (desangrado en una bañera, año 65 d. C.)[1]
A comienzos del siglo XVII fue estudiada por Rubens, que tomó de ella varios apuntes desde distintos puntos de vista (conservados en el Hermitage de San Petersburgo y en la Biblioteca Ambrosiana de Milán), caracterizados por la facilidad y firmeza del trazo, que consigue a la vez la representación de la senectud y una sensación de fortaleza.[2] A partir de ellos, el pintor flamenco compuso su Muerte de Séneca (1612-1613, Alte Pinakothek de Múnich,[3] con una réplica en el Museo del Prado de Madrid, 1612-1615).[4]
En 1807 la estatua romana fue vendida por Camillo Borghese a su cuñado Napoleón y pasó a Francia, exponiéndose en el Museo del Louvre. Descartándose la identificación con Séneca, es actualmente considerada como un Viejo pescador o Pescador africano.[5] Significativamente, Rubens no reproduce el rostro de la estatua, sino el de un busto antiguo de su propia colección que también era identificado en la época como retrato del filósofo romano (uno de los actualmente denominados Pseudo-Séneca).[6]