Justificación de la guerra de Irak
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La Justificación de la Guerra de Irak (que incluye la invasión a Irak en 2003 y las hostilidades posteriores) ha sido un tema de mucha discusión desde que la Administración de George Bush comenzó una presión militar importante en Irak a finales del 2001. La justificación principal para la guerra de Irak se creó a través de una resolución conjunta entre el Congreso de los Estados Unidos conocida como la Resolución de Irak.
El texto que sigue es una traducción defectuosa. |
Los Estados Unidos mencionaron que la intervención tenía el propósito de retirar "un régimen que desarrolló y usó armas de destrucción masiva, que albergó y apoyó el desarrollo de grupos terroristas, que cometió indignantes violaciones a los derechos humanos y desafió las demandas de las Naciones Unidas y el mundo entero"[1] Se han sugerido razones adicionales como "cambiar el panorama del Medio Oriente y negar el apoyo militar al Islam mediante una presión militar a los países que lo apoyan"[2] La justificación para la invasión a Irak fue "los Estados Unidos, tomando en cuenta la autoridad del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y sus resoluciones 678 y 687, decidió invadir Irak y usar todos los medios necesarios para hacer que Irak respondiera y adoptara las medidas solicitadas por la comunidad internacional".[3]
Al frente de la invasión, los Estados Unidos y el Reino Unido enfatizaron el argumento de que Saddam Hussein estaba desarrollando armas de destrucción masiva y que por lo tanto representaba una amenaza directa a sus vecinos, a los Estados Unidos y a la comunidad Internacional. Los Estados Unidos mencionaron "el 8 de noviembre de 2002, el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó de manera unánime la Resolución 1441, Los 15 miembros del Consejo de Seguridad acordaron dar a Irak una última oportunidad de cumplir con sus obligaciones y desarmar o afrontar las duras consecuencias de no hacerlo. La resolución fortaleció el mandato de la Comisión para el Monitoreo y la Verificación de la ONU y el de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), dándoles la autoridad de ir a cualquier sitio, a cualquier hora y el poder de hablar con quien sea para verificar el desarme de Irak".[4] Desde finales del 2001, a lo largo del 2002 e inicios del 2003, la administración de Bush trabajó en la construcción de un caso para la invasión de Irak, la que culminó con la solicitud del entonces Secretario de Estado Colin Powell dirigida al Consejo de Seguridad en 2003.[5] Poco después de la intervención, la Agencia Central de Inteligencia, la Agencia de Inteligencia y Defensa y otras agencias de inteligencia desacreditaron la evidencia relacionada con las armas iraquíes, así como los lazos con Al-Qaeda y en este punto la Administración de Bush y Blair comenzaron a cambiar a justificaciones secundarias para la guerra como el historial de derechos humanos de Hussein y la promoción de la democracia en Irak.[6][7] La opinión pública mostró que los ciudadanos de casi todos los países se opusieron a la intervención militar incluso con la aprobación de las Naciones Unidas y vieron a los Estados Unidos como una amenaza a la paz mundial.[8][9] El secretario general de la ONU, Kofi Annan describió a esta guerra como ilegal, mencionando en una entrevista en septiembre de 2004 que "esta intervención no estaba apoyada por el Consejo de Seguridad"[10]
Los puntos de crítica a esta guerra se centraron en la falsedad de las evidencias y el constante cambio de la justificación de la guerra, adicionalmente se criticó a la Administración de Bush bajo el supuesto de que fabricaron las evidencias para justificar la invasión.[11] Los que apoyaron esta intervención decían que la amenaza de Irak y Saddam Hussein era real. Estados Unidos encabezó el proceso de "re-direccionamiento de las armas de destrucción masiva de Irak y la re-ubicación de los científicos, ingenieros en empleos de civiles que participaron en su creación, y se opusieron a la emigración de esta comunidad de Irak."[12]
Otro críticos han dicho que la guerra de Irak tiene muchas similitudes con la Guerra de Corea y la Guerra de Vietnam.[13]
Los Estados Unidos declararon terminado oficialmente su papel de combatientes en Irak el 31 de agosto de 2010, sin embargo cientos de tropas permanecieron en el país hasta que todas las tropas de Estados Unidos fueron retiradas en diciembre de 2011; mientras tanto, algunas tropas lucharon contra los insurgentes iraquíes. En junio de 2014, las fuerzas de Estados Unidos fueron re-instaladas en Irak debido al escalamiento de la inestabilidad en la región y para junio de 2015 el número de tropas terrestres era de alrededor de 3,550. Entre diciembre de 2011 y junio de 2014, el Departamento de la Defensa estimó oficialmente que había entre 200 y 300 sujetos en el personal base en la Embajada de los Estados Unidos en Bagdad.[14]