Jardinería del Barroco
historia de la jardinería en el período barroco / De Wikipedia, la enciclopedia encyclopedia
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La jardinería del Barroco se desarrolló en Europa desde el siglo XVII hasta mediados del siglo XVIII. Durante ese período la jardinería estuvo muy vinculada a la arquitectura y el urbanismo, con diseños racionales donde cobró preferencia el gusto por la forma geométrica. Su prototipo fue el jardín francés (también llamado clásico o formal),[1] caracterizado por mayores zonas de césped y un nuevo detalle ornamental, el parterre, como en los Jardines de Versalles, diseñados por André Le Nôtre. El gusto barroco por la teatralidad y la artificiosidad conllevó la construcción de diversos elementos accesorios al jardín, como islas y grutas artificiales, teatros al aire libre, ménageries de animales exóticos, pérgolas, arcos triunfales, etc. Surgió la orangerie, una construcción de grandes ventanales destinada a proteger en invierno naranjos y otras plantas de origen meridional.[2] El modelo de Versalles fue copiado por las grandes cortes monárquicas europeas, con exponentes como los jardines de Schönbrunn (Viena), La Granja (Segovia), Het Loo (Apeldoorn), Drottningholm (Estocolmo) y Peterhof (San Petersburgo).[3]
En esta época surgieron dos tendencias opuestas a la hora de concebir jardines: una más racional, más centrada en la intervención del hombre en la naturaleza, cuyo paradigma fue el «jardín francés» (o «jardín tectónico»), que fue el que más estuvo de moda en este período y se considera el arquetipo del jardín barroco; y otra que otorgaba más libertad a la naturaleza salvaje, con pequeñas intervenciones para acentuar el aire bucólico del paisaje, cuyo principal exponente fue el «jardín inglés» (o «jardín de paisaje»), que tuvo su máximo desarrollo durante el romanticismo, entre los siglos XVIII y XIX.[4]
El jardín francés se articuló en función de diversos factores: el aprovechamiento del terreno y los recursos hidráulicos, la configuración de una perspectiva visual abierta hacia el horizonte y el sometimiento de la vegetación en razón de la escala y la geometría, con setos tallados en forma de topiaria y parterres diseñados conforme a patrones, de los cuales el más arquetípico resultaría ser el «parterre bordado» (broderie). El jardín se estructura por lo general alrededor de un castillo o palacio, y además de las zonas vegetales se da mucha importancia al sistema de caminos y avenidas (allées) que lo envuelve, así como a los canales, estanques y fuentes que, junto a la decoración escultórica, son el principal detalle ornamental del jardín.[5][6] El complemento de todo ello es el bosquete,[nota 1] un tipo de bosque de jardín que se suele podar y acondicionar para albergar espacios de reunión o pabellones de recreo, y que puede ser irregular o configurado en quincunx, un patrón básico de cinco árboles dispuestos como en el dibujo del número cinco de los dados, y que repetido sucesivamente genera unas arboledas alineadas perceptibles en ángulo recto o diagonal.[7]