Los ataques contra posiciones de los Estados Unidos en Oriente Próximo iniciaron el 18 de octubre de 2023, tres aviones no tripulados atacaron bases militares estadounidenses en el norte de Irak y el este de Siria. Los funcionarios del Pentágono admitieron inicialmente que hubo sólo unas pocas víctimas.[8][9][10][11] Sin embargo, 45 personas sufrieron heridas leves y se sospecha que aproximadamente 2 docenas sufren traumatismos craneoencefálicos.[12] El 26 de octubre, el Departamento de Defensa de Estados Unidos dijo que había llevado a cabo ataques contra dos instalaciones en el este de Siria vinculadas a milicias respaldadas por el IRGC en represalia por los ataques.[13] El 8 de noviembre, Estados Unidos informó oficialmente que milicias afiliadas a Irán habían llevado a cabo más de 40 ataques aéreos con drones y cohetes contra bases aéreas estadounidenses en Irak y Siria en tres semanas.[14] El 8 de noviembre, un dron estadounidense MQ-9 Reaper fue derribado por los hutíes en el espacio aéreo internacional cerca de Yemen.[7]
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